¿Te ha pasado que se viene a tu mente una gran idea, un proyecto, algo importante que quisieras lograr en tu vida, pero de ese momento ya pasó mucho tiempo y aún lo sigues postergando?

Probablemente, aquello importante que quieres lograr sea un emprendimiento o un proyecto social, hacer algo en tu vida personal o familiar, o simplemente tomar una decisión que conlleva muchos pasos que tal vez lo vuelven complicado; si es esta tu situación, quiero compartir contigo tres claves para que puedas empezar de una vez, aquello que vienes postergando hace mucho tiempo.

1- ¿Qué es lo que realmente quieres lograr? Muchas veces quieres algo, pero no lo tienes totalmente claro, y eso hace muy complicado pasar de una buena idea a la acción. La clave número 1 es “definir con claridad aquello importante que quieres lograr”. Esto te aporta dirección y motivación, dos elementos claves si quieres arrancar. Te propongo dos preguntas para que logres aplicar esta clave: 

A. ¿Qué quieres lograr? Descríbelo en una frase, en una idea concreta, algo que quieres ser o hacer, y escríbelo cuantas veces sea necesaria hasta que al leerlo pienses “esto es lo que realmente quiero para mí”. Al responder esta pregunta tienes claridad en cuanto a tu dirección.

B. ¿Por qué quieres lograr esto? Piensa, en el fondo, qué te mueve a querer lograr eso, cuál es el motivo de fondo que va a hacer que te esfuerces y que trabajes para alcanzarlo. Es importante que lo escribas hasta sentir que tu pasión por lo que quieres lograr se enciende tanto que lo quieres alcanzar ¡ya!

2- ¿Te pones a pensar y pensar hasta el punto de que te parece muy difícil lograrlo y te paralizas? Al tener claro lo que quieres y por qué lo quieres, querrás pasar a la acción, pero quizás te interrumpen pensamientos de análisis, los cuales, lejos de llevarnos a la acción, te paralizan y más bien te vuelven a colocar en la posición de postergar. Esta es una etapa en la que el exceso de información se vuelve contraproducente y genera ansiedad, parálisis, indecisión e insatisfacción. La clave número 2 es “dejar de analizar y empezar a actuar”, teniendo en cuenta que solo las acciones producen resultados. Te propongo dos técnicas para que logres aplicar esta clave:

A. Primero es el compromiso, luego el plan. Piensa en cuál sería ese paso que, si lo das, sentirías que ya estás actuando, que ya estás caminando hacia lo que quieres lograr. ¿Lo tienes? Pues ahora asume un compromiso tangible para que “no te quede de otra”. Por ejemplo, si pasar a la acción requiere una reunión con alguien, primero pacta la reunión y luego la preparas; en eso consiste asumir primero el compromiso y luego trabajar en el plan.

B. Plan piloto. Muchas veces, esta etapa de parálisis se produce por el miedo a equivocarte o a que las cosas no salgan como esperas; por ello, la segunda técnica consiste en hacer una prueba de aquello que quieres lograr. Tal vez no será perfecto, no será como lo habías soñado, pero al menos te dará claridad sobre qué funciona y qué no. Una buena oportunidad para hacer algo como plan piloto es hacerlo gratis y con alguien conocido. Por ejemplo, si quieres ofrecer un servicio profesional, pero temes no ser aceptado, busca a una persona a quien crees que le podría servir y ofrécelo de forma gratuita para que pruebes si funciona o no; permítete el error y también la posibilidad de mejorar lo que hayas hecho.

3- ¿Empezaste, pero por alguna razón las cosas no salieron como lo esperabas y volviste a postergar? En ocasiones, pasas a la acción, pero al hacerlo te encuentras con obstáculos o una sensación de insatisfacción con los resultados obtenidos. Esto produce que te cuestiones sobre la conveniencia de continuar, te llenas nuevamente de temores y vuelves a paralizarte. La clave número 3 es “mejorar y volver a empezar”. Si algo he aprendido es que la disminución de nuestra autoconfianza por la falta de resultados, puede ser un gran enemigo para lograr lo que queremos; y para incrementarla es necesario mejorar la idea y la forma de ejecutarla para garantizar también mejores resultados. Te propongo dos acciones que puedes llevar a cabo para aplicar esta última clave:

A. Prepárate. Pregúntate qué necesitas aprender para poder tener mejores resultados, tanto a nivel de conocimientos directos sobre lo que quieres hacer, como a nivel de conocimientos indirectos. Por ejemplo, puedes conocer muy bien todo lo relacionado con el área de tu proyecto, pero no sabes vender, y eso afecta tus resultados ¿No crees que sería conveniente formarte en ventas? Piensa entonces qué necesitas aprender para estar mejor preparado.

B. Busca un mentor. Es muy probable que el camino que tú quieres recorrer, ya lo haya recorrido antes alguien más. ¿No crees que esa persona te puede enseñar los atajos y evitarte muchas frustraciones? Yo pienso que sí, un mentor es una persona que desde su experiencia te ayuda a superar los obstáculos que se te presentan y acelerar tu avance hacia lo que quieres lograr.

Ahora tienes tres claves para pasar de la intención a la acción y te he compartido dos preguntas, dos técnicas y dos acciones que puedes ejecutar cuanto antes. ¿Seguirás postergando o empezarás a hacer realidad aquello importante que quieres lograr en tu vida?

Imagen: http://ideasnovedosas.com/