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El paradigma que no te permite crecer profesionalmente

REVOLUCIONA TU TALENTO   |   Jorge Antonio Cumpa   |   Febrero 23, 2022

“Cuando tenga tiempo podré hacer eso que me gustaría”, “Si tuviera más dinero podría estudiar mi maestría”, “Si tuviera quien me ayude yo lograría mejores resultados”, “Cuando tenga más experiencia podré conseguir un mejor trabajo”... ¿Te suenan familiares algunas de estas frases?

Te cuento que a mí me resultan muy familiares ya que, en algún momento de mi vida, he utilizado estas frases, y también porque las escucho con mucha frecuencia en mis mentorías individuales y grupales.

Hay personas que suelen utilizar este tipo de frases para justificar un comportamiento que eventualmente podrían realizar; sin embargo, acuden a este paradigma para autojustificar su falta de acción, basándose en que, por no contar con algo, no pueden lograr lo que quieren.

Vamos a llamar a este paradigma el “paradigma de la condición limitante”. Me gusta llamarlo así porque es una manera de identificar que hay una condición que limita una acción. Es probable que utilicemos este paradigma antes de dar inicio a una acción, la cual regularmente requiere de un cierto nivel de esfuerzo por encima del esfuerzo promedio que solemos dar.

Al utilizar este paradigma, básicamente, nos ayudamos a sentirnos bien con nosotros mismos, dándonos la sensación de no poder lograr lo que queremos porque hay algo que está fuera de nuestro alcance que no nos lo permite. 

Superar este paradigma ha significado de gran ayuda para lograr mi desarrollo profesional durante los últimos 10 años de mi vida; por ello, quiero darte alcances para que tú también puedas superarlo y para lo cual te quiero hablar sobre el círculo de influencia.

Esta es una teoría muy difundida entre diferentes autores de desarrollo personal, la cual habla sobre cómo es que las personas tenemos la capacidad de tomar decisiones sobre nuestra propia vida, a partir de factores que se encuentran bajo nuestro control y, de esta manera, poder generar un determinado resultado en nuestra profesión, carrera, trabajo, familia, etc. Por ejemplo, puedes controlar la hora en la que te levantas, puedes controlar el esfuerzo que les asignas a una actividad, puedes controlar el tiempo que le dedicas a cierta acción; es decir, puedes actuar y decidir sobre factores que no dependen de otros, sino que dependen únicamente de ti.

Por otro lado, como opuesto al círculo de influencia encontramos el círculo de la preocupación; en este caso, nos encontramos limitados por algo que no podemos controlar y que nos genera una condición que no nos permite avanzar hacia lo que queremos. Por ejemplo, el clima y el tráfico son algo que no podemos controlar, tampoco podemos controlar lo que sucede en la vida de otras personas ni sus decisiones. Se le conoce como círculo de preocupación porque nos genera justamente eso y, sin embargo, no podemos hacer absolutamente nada para cambiarlo, salvo que desarrollemos un alto nivel de influencia sobre las personas de quienes dependen las situaciones que suceden a nuestro alrededor. Fuera de eso, es muy probable que no puedas hacer mucho.

Te hablo de esto porque pienso que cambiar el paradigma de la condición limitante implica centrarnos en el círculo de influencia y no en el círculo de la preocupación.

Quiero explicarte ahora, rápidamente, cómo es que puedes comenzar a centrarte en el círculo de la influencia para poder tomar acción frente a ciertas situaciones que “aparentemente” no dependen de ti, pero que en el fondo realmente sí dependen de lo que tú puedas y estés dispuesto a realizar.

Te comparto 3 pasos para que puedas aprender a controlar y cambiar el paradigma de la condición limitante:

  1. Asume responsabilidad por aquello que está dentro de tu círculo de influencia. Este primer paso es clave ya que te permitirá poder tomar control de aquello que sí puedes decidir y hacer.
  2. No bases tus objetivos y metas en aspectos o situaciones que se encuentran dentro del círculo de preocupación. Cuando lo hacemos así es muy probable que entres en un círculo de frustración permanente, ya que difícilmente podrás cambiar las situaciones que están fuera de tu control y esto genera que tampoco puedas avanzar hacia lo que quieres lograr.
  3. Haz un cambio de paradigma. Para lograr esto te propongo que pases del paradigma de la “condición limitante” al paradigma de la “autorresponsabilidad”. ¿Cómo lo puedes hacer? Pues básicamente necesitas cambiar la manera en cómo te refieres a las condiciones que están limitando o dificultando comenzar o alcanzar una determinada acción, actividad o meta, y convertir esa idea en una pregunta que genere responsabilidad propia sobre lo que se debe hacer para conseguir lo que quieres. Por ejemplo, en vez de decir “Cuando tenga tiempo podría hacer eso que me gustaría”, podrías comenzar a preguntarte “¿Cómo genero el tiempo suficiente para poder hacer aquello que me gustaría?”. En vez de decir “Si tuviera más dinero podría estudiar mi maestría”, sería conveniente que te preguntes “¿Cómo consigo el dinero suficiente para poder estudiar mi maestría?”. En vez de pensar “Si tuviera quién me ayude lograría mejores resultados”, comienza a preguntarte a ti mismo “¿A quién puedo recurrir para que me ayude y de esta manera conseguir un mejor resultado?”.

 

Finalmente, cuando venga a tu mente una frase como “En el momento que tenga más experiencia podré conseguir un mejor trabajo”, comienza a preguntarte “¿Cómo puedo adquirir mayor experiencia para poder desarrollarme profesionalmente y de esta forma conseguir un mejor trabajo?”.

¿Te das cuenta de lo que está sucediendo? Básicamente, lo que estás haciendo es asumir responsabilidad por aquello que está dentro de tu círculo de influencia, sobre aquello que puedes decidir y hacer al cambiar estas frases por preguntas como las que te he planteado; también sucede que estás basando tus objetivos y metas en aspectos que se encuentran dentro de tu círculo de influencia, es decir, bajo tu control.

Confío en que estos pasos podrían significar un cambio importante en la manera en cómo te hablas a ti mismo y, por tanto, en el enfoque que tienes para conseguir los resultados que deseas en tu vida.

Imagen: gestion.com.do

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