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¿Por qué estamos como estamos?

REVOLUCIONA TU TALENTO   |   Jorge Antonio Cumpa   |   Julio 29, 2022

Hace unos años a John C. Maxwell, experto en liderazgo a nivel mundial, le preguntaron: “¿Qué opinas acerca de escribir un libro sobre la ética en los negocios?”, a lo que él respondió: “No existe tal cosa”. “¿Qué quieres decir con eso?”, le repreguntaron. Entonces él sentenció: “No existe eso de la ética en los negocios, solamente existe la ética. Las personas insisten en usar una ética para su vida profesional, otra para su vida espiritual y hasta otra para el hogar con su familia. Eso los pone en problemas. Ética es ética. Si deseas ser ético, vivirás tu vida con un estándar general para todas las áreas de la misma”.

Esta conversación dio origen al libro “Ética: La única regla para tomar decisiones”, sobre el cual está basado en parte este artículo. Estoy absolutamente de acuerdo con que la ética es una sola y no depende del rol o circunstancias que vivimos. 

Recuerdo que, en mi último año en la universidad, estudié el curso “Deontología”, en el cual se abordan los deberes y principios éticos que afectan a una profesión; allí aprendí muchas lecciones, la más importante fue que hacer lo correcto puede no siempre ser fácil, pero siempre es lo mejor.

Nuestro país atraviesa por momentos duros, la mayoría de las personas nos sentimos frustrados por los constantes problemas sociales, políticos y económicos, cuyo origen es la corrupción. Sufrimos por la falta de honradez e integridad de quienes nos representan en las diferentes organizaciones públicas y privadas.

En estas fechas, en las que recordamos que hubo hombres y mujeres valerosos que dieron su vida para que seamos un país independiente y soberano, me pregunto por qué tenemos ese lamentable nivel de ética en nuestro país y he encontrado en el libro de John Maxwell, el cual he mencionado líneas arriba, la respuesta. Las razones son 3:

  1. Hacemos lo que es más conveniente y no lo que se debe hacer.
  2. Hacemos lo que debemos para ganar sin importar las consecuencias.
  3. Justificamos nuestras opciones con relatividad y terminamos justificando los medios con tal de que se cumpla el fin que queremos.

Quiero ser un ciudadano ético y creo que tú también deseas esto para ti y para los demás, pero también deseo que quienes nos lideran y representan lo sean. Sé que para lograrlo es necesario reenfocar nuestros pensamientos para tomar mejores decisiones, conseguirlo requiere de hacerse algunas preguntas y responderlas con un “No” sincero y rotundo. John resume estas preguntas en 6 que te muestro a continuación:

  1. ¿Tomaré decisiones emocionales o apresuradas?
  2. ¿Comprometeré la verdad?
  3. ¿Tomaré atajos?
  4. ¿Romperé mis compromisos?
  5. ¿Cederé ante la opinión de los demás?
  6. ¿Haré promesas que no puedo cumplir?

Qué difícil resulta poder responder a estas preguntas sin renunciar al orgullo, poder y al placer que produce el dinero. Me pregunto si nuestros líderes empresariales y políticos se han preguntado o se preguntarán esto alguna vez. Pienso que, si algunos lo hicieran, muchos tendrían que renunciar inmediatamente a sus cargos por no ser quien ofrecieron ser para sus seguidores y sobre quienes tienen responsabilidad.

Ya que muchas de las cosas que suceden en nuestro país se deben a la política, es importante que quienes hoy nos representan, 201 años después de habernos convertido en un país independiente pero aún con el sueño de la independencia de la corrupción, reflexionen sobre cómo viven la ética. Lamentablemente, una vez en el poder, es difícil pensar en abandonarlo y por eso muchos se apartan de la ética. Dice un viejo dicho que la política es como una droga, una vez que la pruebas no quieres dejarla, pero cuando hay ausencia de ética la autoridad se pierde y el poder se llega a perder tarde o temprano. Esto John Maxwell lo denomina el ciclo del poder, que muy bien gráfica lo que pienso que sucederá (de hecho, espero que suceda pronto) por el bien de todos. El ciclo va así:

1.- La recepción del poder: el poder en sí es neutral, como el dinero. Es un medio que se puede utilizar para bien o para mal. Aun así, puede ser peligrosa, sobre todo para las personas que logran éxito rápido y obtienen con facilidad el poder antes de   estar preparada para esto.

2.- El abuso del poder: uno de los peligros del poder es que a esos que se les confía dicho poder comienzan a hacer de su preservación su mayor preocupación. No entienden que el poder recibido, ya sea en negocios, gobierno o relaciones personales, se le ha dado con el propósito de servicio. Los que quieren mantener   su poder a toda costa son los más propensos a comprometer sus patrones éticos con tal de retenerlo.

3.- La pérdida del poder: es inevitable, pero todo el que abusa del poder lo pierde. Los directores ejecutivos abusadores, como dictadores, viven con los minutos prestados.

Por eso estamos como estamos. La falta de ética en nuestros representantes (y también en muchos ciudadanos), nos ha colocado en una posición difícil y de frustración permanente, pero recuerda que todo lo empieza llega a su fin, a veces antes de lo esperado, a veces tarde, pero sucederá. El ciclo del poder nos lo muestra claramente, recibir el poder para luego abusar de él, solo tiene como fin la pérdida del mismo.

Tengo la esperanza de que las cosas mejorarán, de que surgirán liderazgos reales con visión, sobre todo con ética como brújula para la toma de decisiones, no sé cuándo, pero el ciclo del poder se cumplirá, tal vez será necesario que suceda una y otra vez, hasta que podamos construir el país que queremos y sueño con que podamos gritar a una sola voz: ¡Viva la patria! ¡Viva la libertad! ¡Viva la independencia!

Ilustración: Infobae

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