Hace unos días conversé con una persona sobre la pasión. Esta persona me habló de todo lo que le gusta hacer y le “enciende” el corazón. Así como él, muchas personas creen que su pasión es lo que más les gusta hacer, cuando en realidad he descubierto que esto es falso. La pasión no es lo que te gusta hacer, sino lo que consigues al hacer lo que te gusta hacer; es decir, una razón profunda que le da sentido a tus actividades cotidianas.

Plantéate esta pregunta: ¿qué es lo que más me gusta hacer que me llena de energía y es algo en lo que busco excelencia? Cuando he compartido esta pregunta en algunas de mis experiencias de formación, las personas responden con palabras o frases como “viajar”, “organizar actividades”, “jugar tal o cual deporte”, “pasar tiempo con mi familia o amigos”, etc. 

Ahora pregúntate: eso que tanto te gusta hacer… ¿por qué y para qué lo haces? Ajá, ahí viene lo más interesante; muchas veces no nos hemos preguntado esto y no nos damos cuenta que detrás de un “simple” viaje o de la “sencilla” tarea de organizar alguna actividad, fiesta o evento, hay un por qué y un para qué, una razón profundamente gratificante.

Por ejemplo, tomemos el caso de “Sonia”, un nombre ficticio para una persona a la que he podido acompañar como mentor. Ella me dijo que lo que le apasiona es “organizar las actividades recreativas o de confraternidad en su trabajo”. Cuando empezamos a profundizar y entramos a las preguntas del por qué y del para qué, ella misma se sorprendió por su respuesta, me dijo algo así: “Me gusta que las personas estén cómodas y se diviertan en una actividad que debería ser para eso”.

Creo que ya viste hacia dónde voy, ¿verdad? En el momento en que Sonia dio esta respuesta, sus ojos se iluminaron y empezó a compartir conmigo que ella siempre es la mejor anfitriona en casa, cuando se reúne con sus amigos se encarga de coordinar y organizar lo que van a hacer o comer, y cuando hay algún almuerzo o reunión familiar siempre está haciendo todo lo necesario para que la actividad sea extraordinaria. 

Con estas preguntas, descubrió que su verdadera pasión no es organizar actividades, sino hacer que las personas estén cómodas para que se diviertan. Tiene sentido. Después de todo, Sonia hace esto cuando organiza una actividad, tanto a nivel laboral, familiar o amical.

La conversación no quedó allí, Sonia descubrió que hace muchas otras cosas más por hacer que las personas estén cómodas y se diviertan; cuando empezó a enumerarlas, se dio cuenta que todas las cosas que hace con ese fin, la encienden, sacan lo mejor de ella pues se llena de energía y las hace buscando excelencia.

Para Sonia, descubrir su pasión significó darle sentido a muchas de las cosas que hacía y empezar a hacerlas de forma aún más significativa e intencional y, por tanto, conseguir mejores resultados en su día a día.

Existe una gran conexión entre encontrar tu pasión y desarrollar tu potencial, ya que vivir con pasión hace que marques la diferencia, activando todas tus capacidades y desarrollando las que aún necesitas potenciar.

Creo que es difícil vivir una vida plena haciendo algo que no te gusta, es decir, realizar actividades sin pasión. Entonces, ¿cómo puedes descubrir tu pasión? Te recomiendo seguir estos 4 pasos:

1. Redacta una lista de todo lo que espontáneamente te gusta hacer, en lo cual inviertes energía y buscas excelencia naturalmente.
2. Encuentra los patrones comunes entre estas diferentes actividades.
3. Ahora pregúntate: ¿por qué me gusta hacer esto? o ¿para qué lo hago?
4. Al tener la respuesta, escribe la declaración de tu pasión utilizando esta fórmula: “Lo que me apasiona es (lo que haces en el fondo, no lo superficial ni evidente) para que (lo que buscas cuando haces lo que haces)”. Por ejemplo: “Lo que me apasiona es promover el pensamiento crítico para lograr una sociedad más consciente, justa, democrática y tolerante”.

En mi caso, descubrir que mi pasión es “compartir información de valor con las personas para que puedan vivir una vida extraordinaria” lo cambió todo. Este descubrimiento me permitió darme cuenta por qué me gusta tanto dar charlas, conferencias, enseñar, escribir, organizar talleres, experiencias formativas, participar de conversatorios, dialogar con personas con un sentido de profundidad y reflexión únicas, entre otras actividades.

Al descubrir tu pasión, podrás encender esa llama que muchas personas llaman “motivación”, pero que en realidad es un sentido de propósito y significado que nos hace únicos y nos impulsa a hacer, lo que para otros parece insignificante, de forma completamente significativa y extraordinaria.

Ilustración: https://www.hudipro.com/