Noticias
Sobre el atentado a la Cruz de Motupe
| Gerardo Carrillo | Julio 10, 2011
Por Gerardo Carrillo
Picsi o el infierno
La principal causa del robo de la Cruz de Motupe, el martes en la madrugada, fue la delincuencia descontrolada y ascendente que en los últimos años sufren las ciudades norteñas de Piura, Trujillo y Chiclayo. No fue pues la voluntad de ningún demonio, como algunos dolidos feligreses y hasta el mismo presidente han acusado, sino las frÃas decisiones de hombres que simplemente no valoran nada, salvo el dinero. Negocios son negocios.
La fe en una religión o en Dios es algo que los delincuentes a lo mucho conocen, pero claramente no practican. Y si la conocen es para saber que pueden robar de sus templos o para aprovechar cualquier situación (`Los Norteños´ de Trujillo afirmaron falsamente tener el madero e intentaron cobrar un rescate que terminó en balacera con la policÃa). Esto demuestra que a los delincuentes poco les importa el infierno, más les preocupa Picsi y un largo encierro que, en uno de los paÃses con las peores condiciones carcelarias de Latinoamérica, es un verdadero castigo para los presos no poderosos.
Al menos uno de los involucrados del robo sacrÃlego conocerá nuestro famoso penal. Ayer, Óscar Risco Cabrera, de 45 años, fue apresado en la madrugada con cinco mil soles y es acusado por haber solicitado a uno de los guardias dejar abierta la puerta de acceso a la cruz. Lo increÃble es que el dÃa del hallazgo de la cruz despedazada, el miércoles, apareció frente a las cámaras de diversas revistas y noticieros nacionales como un seguidor más que, entre solllozos, se lamentaba del sacrilegio.
A pesar de este acto de cinismo total, creo que más abominables siempre serán los violadores y asesinos de niños. Ellos finalmente siempre serán la razón para creer que en algún lado hay infiernos inspirados en Nerón, que finalmente Lucifer existe y es un justo exterminador de toda la mierda humana. Y que la justicia por las propias manos, en este caso, parece justificable. Pero estos ladrones de oro o joyas, que definitivamente merecen un castigo ejemplar por dar un "golpe a lo más sagrado" como lo ha calificado el Cardenal Cipriani, no merecen ser linchados por exaltados feligreses, como ya se intentó con Risco y a quien la policÃa tuvo que proteger. El ojo por ojo no es una solución, ya lo dijo Gandhi.
PolicÃa insuficiente
No hay otra solución que reforzar la seguridad ciudadana con más efectivos de serenazgo, con cámaras interconectadas, más camionetas patrullando, comités vecinales, entre otras medidas. Y para esta tarea deben involucrarse los municipios, los empresarios y la comunidad en general. La policÃa en el Perú es insuficiente. El diario Perú 21 informó, en su edición del miércoles, que "normalmente" sólo ocho policÃas brindan seguridad a una población de 28 mil habitantes en Motupe. ¿Es en serio? SÃ, aunque parezca irreal. El Perú sólo cuenta con un poco más de 100 mil policÃas, 20 mil de ellos dedicados a labores administrativas y 80 mil destinados a las calles (este número de efectivos brindó seguridad en la segunda vuelta presidencial). Los 80 mil deben dividirse en dos turnos de doce horas, es decir, en este momento que tranquilamente lees, 40 mil policÃas resguardan a casi 30 millones de peruanos. Y con ese número de efectivos ni las casas de Dios, menos los mortales con algo de ingresos, están libres del robo o la extorsión.
Compartir en
Comentarios
Déjanos un comentario
Visita mas contenido
Da clic Aquí para que revise otras publicaciones sobre Noticias