Chiclayo, 9 mar.- Alrededor del mediodía en la calle María Izaga, cuando una empresa de telefonía instalaba cables en una casa, una asta fue desprendida del techo junto a un sólido adorno que fácilmente le hubieran reventado la cabeza a alguien, quizás hasta matarla. El cable estaba enredado en la asta y la tensión la trajo abajo. Cientos de personas que transitan diariamente por allí pudieron ser víctimas, pero a las grandes empresas de comunicación no les importa instalar cables de cualquier forma. Parece que fueran dueñas de los techos porque instalan como se les da la gana. Basta de contaminación visual y de ser un peligro con su informalidad. (Foto: Joy Paz / Si quieres ver más fotos y el archivo de fotonoticias ingresa a

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