Blogs
Un cuerpo en la vereda
| Poesía y narrativa peruana / Moscas de bar | Enero 08, 2013
Sáenz Peña cuadra dos.
En medio de la vereda hay un bulto,
está extendido a lo largo,
cubierto con una colcha sucia y maltrecha,
tan sucia que antes era blanca y hoy es marrón,
tan maltrecha que sólo se ven hilachas.
De un pequeño agujero en la tela se ve algo:
un dedo;
un dedo meñique saliendo al aire,
un dedo tieso y calloso,
un dedo sucio con la uña larga,
amarillenta
y cuadrada.
¿Aquel hombre estará durmiendo?,
o
¿estará muerto?
Muerto como un perro vagabundo que ha comido un bocado envenenado.
Tieso,
boca arriba,
con la pata estirada
¿Quién sabe?
Pues, todos se hacen a un lado y pasan caminando.
Tal vez algún barredor municipal lo recoja con su escoba,
lo ponga en su recogedor de latón de aceite,
lo desmonte de cabeza en su cilindro de basura, y
continúe su camino.
O tal vez se pare solo y siga caminado.
Total, ¿a quién le importa?
Pues muchos como yo escriben cosas como estas
y aun nadie se va y lo recoge.
Ni yo.
Pues yo como todos,
me hice a un lado y pase apurado.
No les culpo.
Magia negra y rey verde
--------------------------------
¿Quién hace cuenta
de la sangre que derramo?
¿Quién hace cuenta
del hueso adolorido?
¿Quién?
SÃ aquÃ, el dinero es el rey,
mueve montañas,
no la fe.
Es una magia oscura la que aquà se utiliza,
una hipnosis diabólica que infla tu pecho
y pone tu mano en el martillo,
magia negra que no respeta al individuo.
Progreso le llaman,
al construir más objetos,
denigrando al sujeto,
sosegando su dignidad
por la necesidad.
Grandes edificios
levantados por magos inhumanos,
sobre el cimiento de peones
que sucumben al capitalismo.
¡Ay!, y ¿a quién le incomoda mi dedo torcido?
¿A quién le acongoja mi hombro dislocado
y mi lomo jorobado?
¡¿A quién?!
Sà con dinero se curan todos los males…
¡A darle latigazos al burro!,
que si no le arreas no anda;
a darle verde alfalfa de papel,
que si no come
no anda.
Productivos y obedientes ciudadanos consumistas,
bajo cuya piel alguna vez solÃan existir
divinas criaturas humanas,
de ojos puros,
mentes agudas y amantes de la sabidurÃa,
al servicio fiel de un corazón feliz
y un alma plena y libre.
¡Qué nos ha pasado!
Todo está ya claudicado por ojeras,
colegios estatales
y profesores manufactureros reprobados en conocimientos,
dogmas prestablecidos
que predican
que cada ser humano es único,
pero que enseñan que el camino
para su felicidad es el mismo…
La familia asesinada
por la televisión e internet,
por nuestra propia frÃa obsesión
sembrada en nuestro
agonizante corazón,
mendigo de superficiales orgasmos,
crédulos y empecinados en que el abrazo de mi papá
lo remplazaré si me compro un IPod,
y el de mi madre,
con una laptop.
¡A construir, pues!
A construir este imperio de grandes cosas,
diseñado por destructores de alma,
a construirlo con la sangre y llagas
de quienes aún ven a Dios en la naturaleza,
a construirlo tan enorme como el ego y el vacÃo
de quienes caminan mirando hacia el cielo,
y sólo ven ventanas…
Autor: Javier Burga (Lambayeque, 1989)
Foto: Juan Gil
Compartir en
Comentarios
Déjanos un comentario
Visita mas contenido
Da clic Aquí para que revise otras publicaciones sobre Blogs