Blogs

Notas sobre el audiovisual: entrevista al realizador Manuel Eyzaguirre

Manuel Eyzaguirre, realizador y docente universitario, nos habla de su trabajo más reciente: “Viajero” (2012), corto documental que ha sido premiado por el Ministerio de Cultura y que también participó en el reciente Festival Internacional de Cortos Fenaco Lambayeque 2012.

  |   César Vargas / Muchas pelí­culas   |   Noviembre 22, 2012

¿Cómo nace “Viajero”?

Yo siempre he vivido tensionado con el trabajo de mi papá. Hay cosas que nunca pude entender pese a la cercanía que tuve con su trabajo. No entendía porque su distanciamiento con la familia. Eso como punto de partida. Hace dos años, con mi papá cerca de jubilarse y enfermo, nace la curiosidad de entrevistarlo y saber qué me puede contar sobre su vida. 


¿Cómo fue el proceso de grabación?

Grabamos toda una tarde. Ya le había comentado sobre el documental. En principio, la idea era estar con él en la ruta pero por motivos logísticos y de presupuesto decidimos grabarlo en su cuarto que es su refugio cada vez que regresa de viaje. La cámara le sirvió como un medio de catarsis. Hay muchas cosas que él ha querido contar. Conforme avanzaba el relato, me daba cuenta que se sentía muy culpable. Por eso quería que la cámara lo escuchara, lo redimiera. Incluso llegó un momento en que pude observar que con el tiempo se ha vuelto un activista de los derechos de los transportistas. Tiene la idea muy clara de que los transportistas pueden cambiar la situación del transporte mejorando su modo de vida.

 

¿En cuanto al tratamiento?

Se trata de que él cuente lo que lo ha pasado. Ni yo como realizador ni él como personaje quisimos ser condescendientes y mostrarlo como un héroe o un chofer notable. Él es un chofer más, que le dio educación a sus hijos, que no pudo manejar su vida correctamente. En ese sentido, “Viajero” se convierte en el espejo de una realidad clarísima de un chofer y no la obra de homenaje a un padre. Simplemente es la historia de chofer que ha cometido errores, que hoy intenta redimirlos y que quiere convertirse en un activista y cuenta la historia de muchos choferes en el país.


¿Tu posición con respecto al documental?

Con respecto al documental, yo no me siento un gran narrador. Quiero contar las historias que conozco, que son las historias de mi familia. Ya lo hice con “La abuela Genoveva” (2008) para entender un poco cómo la enfermedad de mi abuela afecta a mi familia, cómo había sido la relación en el pasado con ella. 

Utilizo el plano fijo, la ausencia de efectos, el corte simple ya como una norma narrativa del documental -sobre todo cuando uno está contando una historia tan íntima-, material de archivo sin ningún tipo de manipulación, lo más sencillo, lo más minimalista posible para contar una historia igual de mínima, pero que involucra a muchos más gente. 

Yo estoy de acuerdo con que un trabajo debe ayudar y colaborar a mejorar la vida de los demás o a que se identifiquen con esa realidad que yo cuento que puede ser muy  personal, yo abro mi mundo sin querer ser sensacionalista sino para que los otros se involucren. En el caso de “La abuela Genoveva”, ha sido publicado en Chile, Argentina, España y he recibido comentarios de gente que se siente identificada con lo que yo vivo y ayuda a que ellos también puedan guiar un poco sus vidas. 


¿Cuál es el siguiente paso en la difusión y exhibición de “Viajero”?

Una de las finalidades del documental es llegar a las charlas psicológicas de los transportistas. Las empresas de transporte están exigiendo hacer estas charlas y qué mejor que el cine como medio de evocación, de recuerdo, de nostalgia y de denuncia también. En el documental, mi papá es un sujeto paradigma, representativo. Hay una parte en el documental donde cuenta lo que significa trabajar como chofer. El tema es que los choferes puedan aprender a prevenir accidentes a partir de una película, que tenga un valor didáctico y no solamente artístico.

“Viajero” ya se ha proyectado en algunas ocasiones. En una sesión,  uno de los chicos que vio el corto me dijo que identificaba a su papá en la historia del mío, porque había cometido los mismos errores sin ser chofer. Yo lo que quiero es que genere la mayor cantidad de impacto, pero que sea vista también por el público que debe verla. Es el chofer interprovincial el que debe reflexionar, al que se le acusa siempre de irresponsable, es el que debe ver el documental acompañado de un consejero o de un tutor.


¿Vienen nuevos proyectos?

Me interesa contar cosas que han quedado pendientes en mi vida, que no he entendido y que me hacer sufrir como persona. Por ejemplo, las riñas entre mi hermana, mi prima, mi tía y mi abuela, que son la base de mi proyecto de largometraje “Domingo”. Hay muchas cosas que me remiten al pasado, a una ausencia de la figura masculina, que considero es el gran problema de mi entorno familiar y, creo, es un grave problema contemporáneo. Gran parte de las historias que cuento y que quiero contar están basadas en este elemento. No es una urgencia para mí tener un gran equipo técnico, un gran equipo humano para hacer un algo bien hecho y que tenga un valor didáctico y reflexivo. 

 

Sobre el premio recibido por el Ministerio de Cultura

Una de las cosas que a mí me gustaría es que la gente se genere mayores expectativas. En relación a los premios, yo veo en las redes sociales el cariño de la gente y me emociona como realizador y como profesor, pero me emociona en función en que a ellos les emociona para hacer cosas, que esta expectativa genera en ellos seguir haciendo cine. A mí me gustaría que por lo menos una vez al mes o por lo menos al año pueda ver una película chiclayana en la cartelera. Ese es el gran logro. Creo que los premios, más allá del dinero, del prestigio personal o del prestigio para la universidad, es decirle a la gente que tiene que hacer cine en las universidades, que haya una continuidad de ese trabajo fuera de las universidades.


Sobre ello, y sobre tu labor como docente, ¿cómo ves la situación de lo hecho en las universidades? 

En los primeros ciclos de la vida universitaria uno puede experimentar haciendo cosas personales, que quizá no involucran a muchos, muy expresivas, excesivas, etc., pero llega un momento en el que la vida universitaria nos lleva a tener que vincularlo con el entorno. Yo sí creo que el cine puede cambiar gran parte de la sociedad, puede hacer reflexionar, puede mover a las masas. 

He visto la evolución de los cortos universitarios en desde el año 2000 hasta ahora, 2012. Recuerdo los cortos de los primeros años, de muy marcada influencia televisiva y me agrada haber visto cómo ha evolucionando el tema. Hay muchos factores, la presencia de más jóvenes universitarios, propuestas colectivas como la de los cineclubes, etc. 


¿Consideras entonces que el cine universitario está llamado a cumplir una función importante en el desarrollo del audiovisual en Lambayeque?

El cine universitario es básico en el Perú, sobre todo en la zona norte. El sur sí tiene actividad fuera de las universidades. El norte, en cambio, se va a sustentar en el cine hecho en las universidades y en que se le de continuidad. El futuro del cine en el norte del Perú está ahí. Esta región es tan comercial que le da poca oportunidad a los jóvenes para desarrollarlos, pero podemos buscar a los más destacados para formarlos fuera, y luego regresen y sigan haciendo cosas.

Ya se va a dar con esta iniciativa de “Trampas de tu lado oscuro”  de Óscar Liza, y “Pueblo Viejo” de Hans Matos, con los que ya el próximo año podemos tener dos estrenos chiclayanos en cartelera. Y si vemos el primer caso, Óscar Liza es el productor y financista, pero está trabajando con gente egresada de universidades. Ahí está el valor del premio también. Yo como profesor tengo el respaldo para que la universidad continúe apoyándome para que los chicos hagan cosas. Pero tiene que haber una continuidad, no se puede detener esto.

Compartir en

Facebook   Twitter   WhatsApp

375 Vistas    

Comentarios

4 comentarios

Déjanos un comentario

Visita mas contenido

Da clic Aquí para que revise otras publicaciones sobre Blogs