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Django desencadenado

Se ha estrenado “Django desencadenado” (2012), la película más reciente de Quentin Tarantino. De esta forma, el realizador estadounidense se acerca a las formas del western americano y de su par el spaghetti western. Comentaremos esta película que cuenta en el reparto con Jamie Foxx, Christoph Waltz, Leonardo DiCaprio y Samuel L. Jackson.

  |   César Vargas / Muchas pelí­culas   |   Marzo 27, 2013

“Django desencadenado” (2012) es una película tan absurda como brillante. Comienza como una película esclavista y termina como un blaxploitation y en el camino se camufla usando guiños, referencias, burlas y homenajes de una infinidad de géneros. Principalmente se asume y se conduce con dos grandes referencias de cine italiano de finales de los años cincuenta e inicios de los sesenta: el péplum o género épico y el spaghetti western. El primero aparece representado por la saga de películas de “Hércules” (que comienzan en 1959) y el segundo por “Django” (1966) de Sergio Corbucci y sus descendientes (los legítimos y los bastardos, que van y vienen durante la década posterior).

El más reciente trabajo de Quentin Tarantino utiliza una estructura similar a su antecesora, “Bastardos sin gloria” (2009). La historia de la película se aproxima a una lugar y un momento histórico determinados, el sur de Estados Unidos en los dos años previos a la Guerra Civil, que es tomada solo como excusa y no con intenciones revisionistas. Aquí también la impostación, la plena conciencia de la puesta en escena es fundamental para que se desarrollen los hechos. Igualmente se destruye un determinado orden social, un estado de las cosas que desaparece por obra y gracia de la pirotecnia apocalíptica, pero que no marca un final sino un nuevo comienzo.

La película se divide en dos partes. La primera donde se conocen  los protagonistas, Django (Jamie Foxx) y el doctor King Schultz (Christoph Waltz). Django es un negro esclavo y Schultz un cazarrecompensas alemán camuflado de dentista. Con su encuentro se liberarán mutuamente. Django es liberado de la opresión esclavista y Schultz de su conciencia redentora. Del pacto entre ambos se define un modo de convivencia y se marca el inicio de un viaje de aprendizaje para el primero. El esclavo se transforma en cazarrecompenzas y, posteriormente, en el redentor de sus hermanos oprimidos. La segunda parte constituye la gran aventura, la tarea definitiva de un Sigfrido negro (o tal vez de Hércules), del héroe creado para salvar a su amada Broomhilda y acabar con los villanos. Es además el enfrentamiento con el poder y la opulencia que marcan la opresión. ‘Candyland’ y su propietario, Calvin Candie (Leonardo DiCaprio), grafican ello. Su presencia señala las estructuras sociales que propician el sometimiento físico y espiritual de las personas, es decir la esclavitud. Ello es acompañado además por Stephen (Samuel L. Jackson), el negro con alma de blanco que secunda a su amo Calvin y que dirige los destinos de la propiedad desde las sombras.

En ambas partes de la película el juego de la impostación, de la seguridad y la actitud son fundamentales. Schultz es el maestro de la puesta en escena, de la creación improvisada pero segura. Es él quién adiestra y crea al héroe, quien compone las escenas a plena voluntad, puede ganar o perder pero siempre arriesga. A la personalidad de Schultz se opone la de Calvin, también maestro de la impostura, pero fanático y amenazante. Uno es modesto y noble, el otro, refinado y temible. Pareciera que Tarantino hubiese encontrado su alter ego para dividirlo entre estos dos personajes. Sin embargo, es el doctor alemán quien más se acerca al realizador por su carácter paternal, su carisma y personalidad entrañable.

Django como creación de Schultz es un monolito. Se mantiene sólido como mármol en todo momento. Su personaje tiene mucho de los interpretados por Charles Bronson y Steve Reeves (el Hércules de la saga mencionada anteriormente), que concentran todas sus emociones en la mirada y en único y rápido reflejo para lanzarse al ataque. Stephen es otro ser creado, en este caso por Calvin y por el sistema esclavista. Su andar dispar, su mirada siempre alerta lo convierten en una amenaza, una arpía atento al momento preciso para atacar.

“Django desencadenado” no es una película histórica, aunque la fecha que indica el tiempo en que se desarrollan los hechos es inmediatamente anterior al inicio de la Guerra Civil en Estados Unidos, y acaso sea un preludio de la violencia que está por llegar. Son muchos los momentos e iguales en cantidad los excesos y desequilibrios. Se va del heroísmo crudo a la venganza aún más despiadada, de la ceremonia a la burla, del homenaje a la parodia. La fotografía, la dirección artística y el vestuario construyen una versión idílica y postiza del sur de Estados Unidos (sazonada con una poderosa y anacrónica banda sonora que va de Ennio Morricone hasta James Brown), como en su momento lo hicieron “Lo que el viento se llevó” (1939) de Victor Fleming o “El nacimiento de una nación” (1915) de David W. Griffith. Esta última se ve parodiada en una de las mejores escenas de la primera parte de la película.

El principal problema de la película está en su resolución. El epílogo parece injertado, añadido a la fuerza para lucir la pirotecnia y la osadía de un Django que para ese entonces ha regresado del infierno con los hombros salpicados de cenizas. De ahí que el personaje tenga que ver más con las blaxploitation que con el gran western americano o el spaghetti western (más allá de las referencias antes mencionadas). La estirpe de este héroe se aleja de John Wayne, Alan Ladd o Clint Eastwood y, al contrario, es más próxima a Black Dynamite y sus hermanos afroamericanos de la década del setenta. Y es que Django es el muchacho maltratado socialmente durante toda su vida hasta que llega el momento de cobrar venganza, matar a los opresores y quedarse con la chica, todo al ritmo de buena música, usando lentes oscuros y enfundando los puños en guantes negros.

 

Ficha técnica

Título original: Django Unchained

Dirección: Quentin Tarantino

Guión: Quentin Tarantino

Reparto: Jamie Foxx, Christoph Waltz, Leonardo DiCaprio, Kerry Washington, Samuel L. Jackson, Walton Goggins, Dennis Christopher, James Remar, Michael Parks, Don Johnson, Franco Nero, Quentin Tarantino.

País: Estados Unidos / Duración: 165 minutos / Año: 2012

Puede ver “Django desencadenado” en las salas de Cineplanet del C.C. Real Plaza (Chiclayo). 

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