Blogs
El cine y Bigas Luna: “La teta y la lunaâ€

| César Vargas / Muchas películas | Abril 09, 2013
En “La teta y la luna†(1994), Bigas Luna asume una temática recurrente: la infancia como el origen de la personalidad. En este caso se concentra en la sexualidad, en la formación de placeres, fobias y filias de las personas. Su visión de la infancia es pues desmitificadora, cargada de sexualidad y de juego en igual medida.
La pelÃcula busca los orÃgenes de la sexualidad humana y los ubica en la infancia. Con el descubrimiento consciente y sensible de ella, aparecen también los placeres y las pasiones, los miedos, los celos y toda la gama de emociones humanas. Teté, el niño protagonista de la pelÃcula se siente desplazado con el nacimiento de su pequeño hermano, lo ve como un cerdo que llega a romper la armonÃa familiar. A partir de este quiebre de la relación edÃpica de Teté con su madre, surge la necesidad de buscar un reemplazo. Las relaciones entre personas acaso sean eso, propone el director, la búsqueda de lo perdido, de lo originario y fundamental.
Los placeres primarios y ‘sucios’ de la infancia se ilustran a manera de cuento picaresco y fantástico, como crónica de un crecimiento Ãntimo e incierto. Además del conflicto edÃpico se muestran fijaciones primarias, la fijación oral (en el caso de Teté y la teta materna que ha perdido) y las esfÃnteres (convertidas en espectáculo por el cirquero Maurice). Incluso la relación entre la bailarina Estrellita y uno de los jóvenes del pueblo, resulta más un juego que una relación pasional, llena de fetichismos.
Ante la mirada de Teté, el mundo adulto resulta absurdo en su orden y búsqueda de la perfección. Escalar lo más alto posible como la tradición catalana de los ‘castells’ (torres humanas) es un acto de inserción en la vida social, de madurez ante los otros. Un niño mira esto asombrado y extrañado a la vez, para un adulto se trata, en cambio, de una prueba de valentÃa. Ese es el tránsito en la actitud que hace Teté en el exterior, en el interior –igual que todos los personajes– su estado originario permanecerá para siempre.
La pelÃcula resalta y exalta dos etapas de la vida. La infancia en primer lugar, pero también la vejez. Teté solo puede ser amigo de alguien tan desprejuiciado como él. Su abuelo materno, marginado y desatendido de los demás es su compañero, confidente y amigo. En él está la infancia de todas las generaciones, aquella que vuelve y a la Luna (los orÃgenes simbólicos de la vida y de los sueños, respectivamente) para convertir su cotidianeidad en algo más trascendente.
“La teta y la Luna†probablemente no sea le pelÃcula más lograda de Juan José Bigas Luna, ni tampoco la más vigorosa en su interesante filmografÃa, pero resulta conmovedora y tierna. A diferencia de “Las edades de Lulú†(1990) o “Jamón, jamón†(1992), donde la sexualidad y el erotismo se descubren o se asumen para su exaltación en plenitud, aquà se busca el redescubrimiento de esta sexualidad, el retorno al asombro por la vida, a lo esencial y placentero.
Ficha técnica
TÃtulo original: La teta y la Luna
Dirección: Juan José Bigas Luna
Guión: Cuca Canals y Juan José Bigas Luna
Reparto: Mathilda May, Biel Durán, Gerard Darmon, Miguel Póveda, Abel Folk, Genis Sánchez, Laura Maña, Xavier Massé
PaÃs: España / Duración: 87 minutos /Año: 1994
Compartir en
Comentarios
Déjanos un comentario
Visita mas contenido
Da clic Aquí para que revise otras publicaciones sobre Blogs