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Donnie Darko: el final está cerca

Se ha inaugurado el Cineclub de la Universidad San Martín de Porres en la filial de nuestra ciudad. Para comenzar, han programado un ciclo de cine americano independiente. Comentaremos ahora “Donnie Darko” (2001) de Richard Kelly, que se proyectará esta semana.

  |   César Vargas / Muchas pelí­culas   |   Abril 30, 2013

“Donnie Darko” (2001), de Richard Kelly, es principalmente una película adolescente. En el camino toma la forma de drama suburbano, película fantástica, de terror y, claro está, de ciencia ficción. El director Richard Kelly en su opera prima muestra tantas virtudes como defectos, pero más allá de ello la propuesta se mantiene y supera obstáculos gracias a lo llamativo del guión y de los elementos que están por aquí y allá.

Toda la película es desmitificadora en cierto punto. Ambientada a finales de la década de los ochenta, muestra una comunidad de los suburbios, miembros de una sociedad progresista, recuperada de los traumas de Vietnam y la estafa de Watergate. Sin embargo, la presencia del protagonista, el joven problemático Donnie Darko (Jake Gyllenhaal) contradice todo ese optimismo. Introvertido, esquizofrénico y friki, la personalidad de Donnie representa cierto punto de cordura entre tanta normalidad.

Donnie es un muchacho marcado por la fatalidad, predestinado a la inmolación. El motor de avión que cae en su habitación (y que será determinante en el desarrollo de la historia) representa solo el inicio de la agonía. Como Casandra, personaje de la mitología griega, su visión del futuro es una condena más que un alivio.

Su presencia, además, desmitifica el contexto que lo rodea, al tiempo que la altera. Esta propuesta en el guión es correspondiente con la propuesta ‘científica’. La teoría del universo tangencial, que utiliza dispositivos para acercarse al universo real alterándolo (el motor de avión que cae sobre la habitación de Donnie). Solo un agente vector (Donnie en este caso), puede ver sobre la línea del tiempo y hallar la forma de detener el universo tangencial antes que destruya el universo real.

Richard Kelly cuenta con solvencia la historia de Donnie y de los personajes secundarios, pero en el uso de referencias y guiños va perdiendo la estabilidad. Como en los años ochenta, los adolescentes son protagonistas, van y vienen en bicicleta, y conviven violentamente en el colegio. Como en las películas de ciencia ficción y fantasía de los ochenta importan las teorías sobre el tiempo y los objetos que caen del cielo. De ahí las constantes referencias –aunque a veces muy vagas– a “Volver al futuro” (1985), de Robert Zemeckis, y “E.T.” (1982), de Steven Spielberg, y a programas televisivos como ‘Los Pitufos’ o ‘Matrimonio con hijos’. En relación a las referencias narrativas y visuales del director son notorias la influencia del cine de David Lynch y sus atmósferas aparentemente comunes pero amenazantes, los momentos alucinados al estilo de las películas de terror de Sam Raimi y Wes Craven.

Las alucinaciones de Donnie contraponen la ilusión de estabilidad y orden. Esta ilusión se manifiesta en una visión simplista de la vida como la de su profesora de gimnasia (Beth Grant), en los charlatanes que se aprovechan de la buena fe de las personas (como el motivador Jim Cunningham, interpretado por Patrick Swayze) o en las promesas cristalinas de salvación. La verdad es dolorosa, Donnie se enfrenta a ella y sufre, su presencia representa el verdadero instrumento de salvación, un mesías disfrazado de ángel caído.

En una de las mejores escenas de la película, la profesora de idiomas (Drew Barrymore), le pregunta a Donnie sobre su interpretación de ‘Los destructores’ de Graham Greene. Donnie interpreta –o vaticina– la destrucción vista por las generaciones jóvenes como una nueva forma de creación. Estas palabras parecen materializarse en las masacres de Columbine, Dallas, Texas, Chicago, propiciadas todas por estudiantes de colegio, incomprendidos, abandonados a su suerte por el progreso y el simplismo, atormentados como Donnie, pero sin la capacidad de salvarse o salvar a otros. La mirada del joven Darko apunta hacia el futuro, advirtiendo la desgracia que está por venir.

 

Puede ver “Donnie Darko” mañana, a las 5:45 p.m., en el Cineclub de la Universidad San Martín de Porres – Filial Norte (Av. Los Eucaliptos s/n – Urb. La Pradera). El ingreso es libre.

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