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Bob Dylan: hombre de todas las estaciones

  |   Nicky Rodrí­guez / Vinilo   |   Mayo 09, 2014


Cualquiera que haya acudido a misa de seguro ha escuchado el cántico que dice “saber que vendrás, saber que estarás…”. Casi siempre, este es el primer contacto en la vida de una persona  con Bob Dylan. Y es que “la respuesta está soplando en el viento”, como decía la letra original -antes de la transformación- de su reflexivo Blowin’ in the wind. Paradójicamente, con los años Dylan abrazaría al cristianismo, llegando a su pico más celestial en 1979 con el álbum Slow train coming.

Pero no es por este álbum, sino por muchos que Dylan está considerado entre los artistas más influyentes en la música del siglo XX  junto a los Beatles y Elvis Presley.  Dylan, tal vez de los tres es el menos conocido, pero no por ello el menos importante. En realidad lo que hace genial al maestro no es su música, ni es lo que dice, sino cómo lo dice.

Dylan nació en Duluth, Minessota, el 24 de mayo de 1941. Desde adolescente fue amante de la música country, el blues y el moderno rockabilly (en aquellos años). De ascendencia judía, es el actor individual más revolucionario que existe; su obra se enfoca en lo social y se apoya en su gran lírica, convirtiéndose así en un cronista de los sucesos estadounidenses. Esto lo llevó a iniciarse como vocero de música folk y, a pesar de no destacar mucho como guitarrista o cantante, logró abrirse paso en el género hasta convertirse en el artista folkrock más importante e influyente de todos los tiempos.

Dylan es un personaje controvertido, irónico, cambiante, versátil, un artista interesado en el dinero y la fama, que ha sabido moverse en los medios sociales, capaz de traicionar la música folk para tocar rock y luego abrazar al country o al góspel. El 15 de marzo de 1982 entró en el Rock and Roll Hall of fame y su comentario fue el siguiente: “esto me parece realmente asombroso, ya que yo no se leer ni  escribir una sola nota”.

A inicios de este año, Robert Zimmerman o Bob Dylan, como en sus mejores tiempos, ha vuelto a ser criticado entre los guardianes de la pureza ideológica porque no es la primera vez que sus canciones son utilizadas en publicidad (en un anuncio de Cadillac, por ejemplo). También la aparición del cantautor en el spot de Chrysler, otra conocida marca de autos, le ha valido nuevamente el calificativo de “vendido”. Como cuando en los sesenta, al alejarse del folk, le gritaron “Judas” y Dylan respondió “I dont believe in you”, para luego decirle a la banda “play fuckin’ loud” y empezar uno de sus mejores y más recordados conciertos de su carrera.

 

Bob siempre destacó como un agudo letrista, pero también fue cuestionado como cantante, siendo duramente criticado por tener esa voz chirriante. Como anécdota, un día cuando escuchaba a Dylan en la sala de mi casa llegó mi viejo y le dije “escucha esto” (era la canción “All  really want to do”), él un poco perturbado por la voz nasal y mal engrasada del cantante me dijo “¿No me digas que este es famoso?”.

Con los años, su particular voz y manera de cantar fue aceptada como instrumento de sus textos y musicalidad. Dylan no era comercial, no portaba grandes melodías, la gente prestaba atención al contenido de sus largas frases, sin importarle lo demás. A los 21 años compuso una de sus más apreciadas canciones “Blowin’ in the wind”, un himno dentro de la música que cuestionaba el status quo social y político de la época, además de ser una de las canciones más versionadas por innumerables artistas en muchos géneros e idiomas: The Hollies, Neil Young, Sam Cooke,  Bruce Springsteen, Elvis Presley, Stevie Wonder, Stan Getz, Marlene Dietrich,  por citar algunos.

A pesar de las duras críticas por su técnica vocal, Dylan ha influenciado a muchos cantantes como Mark Knopfler, líder de Dire Straits, en su archi popular tema “Sultans of swing”; a Gerry Rafferty  en su clásico “Stuck in the middle with you”; al vocalista de Mouse of the traps en su tema “Music execution”, a Tom Petty en su éxito “Last dance with Mary Jane” , a Johnny Rotten en “God save the queen” junto a su banda punk Sex Pistols. Es evidente también su influencia en la banda Mott the Hoople en su tema “Laugh at me”. En castellano, Dylan ha influenciado el primer disco de Ángel Stanich, sobre todo en sus temas “El outsider” y “Si tú eres tú”. Otros músicos influenciados por el genio son Enrique Bunburi, Nacho Vegas, Christina Rosenvinge, Wilco, etc.

Muchos grupos han tomado las canciones de Dylan como materia prima para convertirlas en verdaderos hits dentro de los diversos charts a través de los años. Algunas de las más exitosas son “Mr tambourine man”, que interpretada por The Byrds llegó al primer lugar en 1965; “The mighty quinn”, por Manfred Mann, ocupó la primera posición en Inglaterra en 1968; “Knockin’ on heavens door”, por Guns and Roses, alcanzó el puesto 2 en Inglaterra y puesto 1 en Irlanda. Bob nunca ha podido escuchar alguno de sus temas en el primer lugar de algún ranking. Lo más cerca que estuvo fue en 1965 cuando llegó al puesto 2 en el mainstream USA, con su excelente "Like a rolling Stone".

Esta vigencia y trascendencia se resume con lo que el maestro Eric Clapton dijo sobre el compositor de "Just like a woman": "Es lo más viejo que puede ser un hombre joven y lo más negro que puede ser un hombre blanco.".


 


Ilustración Iván Guerrero.

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