CULTURA

"Introspectiva": el infravalorado Diego Dibós

SERENDIPIA   |   Varykino Aarón   |   Abril 29, 2021

Hace poco me enteré que el compositor Diego Dibós había logrado vencer el covid 19 después de haberla pasado bastante mal. Y es que, debido a las tantas preocupaciones que se nos suman día a día, el hecho de que alguien se contagie es simplemente un número más en nuestra ominosa estadística nacional que no ve las horas de bajar. Sin embargo, la noticia de su recuperación me conmovió y, por qué no, me alegró bastante, pues siempre he sentido que Diego ha sido bastante infravalorado por el medio musical nacional a pesar de su talento. Como reza el dicho Nadie es profeta en su tierra parece que eso se aplica a nuestro querido Diego Dibós.

De seguro ustedes, como yo, lo conocimos como el cantante y líder del grupo Talita Kumi (TK para el público) escuchando los dos únicos temas que sonaron por estos lares Inminente conjunción (Trece, 2001) y Abril (Tentando imaginarios, 2004), porque el medio peruano, por lo general, suele ser algo ingrato con los rockeros nacionales.

El caso es que el otro día, a raíz de que Netflix subió la serie El último bastión (TV Perú, IRTP, 2018), a la que decidí darle una oportunidad porque realmente me la perdí en señal abierta y el sentimiento patriótico me afloraba sin dar tregua, supongo que por la cercanía del bicentenario y el hecho de que siempre me llamó la atención ese periodo particular de nuestra historia, es que me senté a verla con toda la emoción a flor de piel y, tras culminar el primer capítulo, algo me llamó la atención al escuchar la música de la intro… No les sabría decir qué fue, pero algo en los acordes me sonaba familiar, como si los hubiera escuchado antes en algún otro lado ¿Será posible? Viendo los créditos correspondientes a la musicalización pude confirmar que el bueno de Diego Dibós era quien firmaba. Y es que el estilo es inconfundible por donde se le escuche… No les sabría describir cómo, pero se nota, se siente y el hallazgo me pareció genial porque, como antes les dije, Diego es un talentosísimo músico infravalorado en nuestro medio, o en todo caso, no goza del reconocimiento mediático que debería según su trayectoria. Basta con revisar la web www.diegodibos.pe para tener una idea de lo que ha logrado como músico con colaboraciones que van desde el reconocido saxofonista Jean Pierre Magnet hasta el iconoclasta Daniel F, con quien trabajó en una reversión del tema Al colegio no voy más (Lo dejo en tus manos, 2011), sumado a su trabajo como productor musical en agencias tales como McCann Perú y Panamá, BBDO Perú y Panamá, Circus Grey, Young & Rubicam, JWT, entre otras, y aun así está lejos de ser plenamente reconocido y respetado acá.

Aún recuerdo que durante el tiempo en que salió La moradita de Inca Kola existía la burla de que uno de sus discos era tan malo que podrían ponerlo como gancho para venderla y que de igual manera nadie los compraría. Malísimo.

Retornando al descubrimiento de su crédito en El último bastión es que recordé que en mi colección de discos (originales of course) descansaba Introspectiva (2007), su primer trabajo como solista y la razón de ser de este post. Recuerdo que lo encontré botado en un supermercado local a la friolera de 5 soles y, por esas cosas raras de la vida, decidí darle una oportunidad… Y créanme que nunca me he arrepentido de la serendipia.

Introspectiva es básicamente un disco de pop-rock nostálgico que, fuera de deprimirnos, como era el efecto que dejaban los álbumes de TK, el disco nos estalla en la cara con un tema enérgico, fresco y a tope: Cerca, que desde el inicio nos adelanta que su elección para abrir el álbum no es una mera coincidencia, sino una calculada invitación a escuchar qué viene después. Vale anotar que Percy Céspedes es quien dirige el videoclip que promociona el tema, lujazo.

Luego del estallido inicial a tope, el disco comienza a encaminarse por el estilo característico de Diego, baladas pop de letras lastimeras bastante simples, pero que en su particular interpretación se llenan de un brillo especial que las hace frescas, nostálgicas, fáciles de escuchar, y que nos llevarán por un viaje cargado de altos y bajos bien pensados y distribuidos a lo largo del disco. Les garantizo que no es el clásico disco cebollero digno del rótulo Música para planchar, sino de un marbete tipo Música para darme un subidón de nostalgia bonita ahora que ando depre.

Personalmente me encantan los 7 primeros temas del disco, pues cumplen con darnos ese subidón de ánimo a pesar de la tristeza velada de sus letras. Una luz se asoma como ese tema que podemos sacar en guitarra y tocarlo en alguna “reu” mientras se levantan los vasos, se fuman los puchos y los celulares se alistan a grabar. Introspectiva es el disco que pueden poner en su auto mientras viajan y al bajar les dejará la sensación de que dejaron las penas atrás, en serio que Diego Dibós es un excelente artista infravalorado por nosotros. Denle una oportunidad a esta serendipia que les traigo hoy.

P.D.: Les doy un dato, cierra el disco una melancólica ¿Qué voy a hacer? Que, de ley, les hará coger la guitarra y tocársela a esa flaca que tanto extrañan y, como es un tema caleta, le podrán decir que se la escribieron y ella ni cuenta. Ya saben.

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