CULTURA

"El vuelo": una excusa para hablar del alcoholismo

SERENDIPIA   |   Varykino Aarón   |   Mayo 14, 2021

Hace unos días me encontré en Netflix una película bastante interesante: El vuelo (Flight, 2012). Dirigida por Robert Zemeckis sobre un guion original de Jhon Gatins (Kong: Skull Island, Dreamer) y protagonizada por un impecable, como siempre, Denzel Washington. Y es que hace poco hablaba con unos amigos de la versatilidad que tiene Denzel en la interpretación de personajes, siempre les imprime una señal distintiva que no la encuentras en otros papeles que ha interpretado como, por el contrario, si la encuentras en Al Pacino, Nicolas Cage, Keanu Reeves, quienes de un tiempo a esta parte solo hacen una repetición del mismo personaje sin importar la historia, pero de eso hablaremos en otra serendipia.

La película narra el drama que tuvieron que pasar los 102 ocupantes del avión McDonnell Douglas MD-80, cuyo vuelo charter 227 de SouthJet se dirigía a Atlanta, y que está basada libremente en la catástrofe del vuelo 261 de Alaska Airlines, ocurrida el 31 de enero de 2000 y de la cual no hubo supervivientes. Recuerdo haber escuchado y visto la noticia e impresionarme mucho por la maniobra que realizó el piloto por tratar de mantener la estabilidad de la aeronave y que culminó con el siniestro de la misma y es por este motivo que la película llamó mi atención.

La historia se centra en el piloto William Whip Whitaker, interpretado por Denzel Washington, y su gesta por tratar de llevar a los 102 ocupantes de la aeronave hacia su destino, pero que debido a fallas en la estructura del avión termina estrellándose en un campo perteneciente a una iglesia protestante, de la cual son rescatados 96 ocupantes. Hasta ahí, no era otra cosa más que una película anodina, con una buena dosis de drama bien expuesto. Sin embargo, luego de la catástrofe y de ser considerado por la prensa como un héroe, debido a la temeraria maniobra de volar un avión panza arriba y hacerlo aterrizar de manera que pudiera salvar a la mayor parte de los ocupantes es que la película empieza a engancharnos.

Whip es un extraordinario y reconocido piloto entre sus pares, pero que tiene un problema con la bebida, algo que ha ocultado la mayor parte de su vida, pero que sin embargo, durante la investigación del siniestro y a lo largo de la película se convierte en el leitmotiv que nos invita a reflexionar hasta qué punto podemos considerar a la bebida como algo recreativo y cuándo un problema que debe de ser tratado.

No voy a hablar más detalles de la historia, pues me gustaría mucho que la vean, sino de las razones por las cuales la cito hoy en Serendipia. Y es que, a raíz de la pandemia y nuestro encierro, muchos de nosotros hemos atravesado cuadros de depresión… el no ver a nuestros amigos, no poder salir, estar expuestos a noticias aciagas cada día, nos sumen en cuadros psicológicos bastante duros de superar y que se quedarán con nosotros de cara al futuro. Para algunos la música será su válvula de escape, para otros la lectura, el ejercicio, ver series, jugar videojuegos, ver películas, para otros serán las drogas y el alcohol, y si creen que exagero basta con revisar un poco las cifras de consumo de estas durante nuestro encierro.

Según Global Research Marketing (GRM), en un estudio realizado a limeños de entre 18 a 65 años (NSE A, B, C y D) arrojó que el 35% de ellos mantiene un consumo de bebidas alcohólicas igual que antes de las restricciones. Mientras que el 25% de los encuestados afirma haber incrementado el consumo de estos productos (Fuente: El Comercio). Por otro lado, desde enero del 2019 hasta febrero del 2020, es decir, antes de la pandemia se contabilizaron, solo en el hospital Almenara, 1165 atenciones médicas, en primer lugar, por consumo de alcohol, seguido de la dependencia a la benzodiacepina, nicotina o cigarrillos, cocaína, cannabis y opioides (Fuente: Andina), y si a esto le sumamos que el Perú es el tercer país con mayor consumo de alcohol en Latinoamérica (Fuente: Gestión), ya podemos ver un panorama bastante preocupante de cara al futuro inmediato cuando se levanten las restricciones de consumo y reunión en el país.

¿Qué pasará con nosotros cuando todo esto acabe? ¿Estaremos más enganchados que antes a algunas de estas sustancias recreativas o, por el contrario, se disparará su consumo? Los invito a ver El vuelo y hacerse estas preguntas, les garantizo que no los dejará indiferentes.

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