CULTURA

Oasis: supersonic

SERENDIPIA   |   Varykino Aarón   |   Agosto 21, 2021

En unos días se estrenará en cines y plataformas virtuales el documental Oasis at Knebworth (2021), recorrido visual que nos dará una visión holística de lo que fue el concierto más grande que ha tenido una banda británica en toda la historia. Y es que reunir a un cuarto de millón de espectadores en dos noches seguidas, antes del boom de la Internet, fue toda una hazaña digna de la banda británica más influyente de los 90.

Conocí a Oasis gracias a MTV y a unos amigos. Por aquel entonces yo era fanático de los New Kids On The Block (no me juzguen, pude terminar siendo seguidor del K-Pop si no me salvaba) y no tenía un grupo musical aparte de ellos al cual seguir, como sí lo hacían mis amigos. Y es que Nirvana, Metallica, U2, Pearl Jam, Megadeth, The Smashing Pumpkins, entre otras, si bien es cierto la rompían en ese entonces, realmente no me llamaban tanto la atención. Por ahí que Green Day se me antojó como una banda muy cercana a mi estilo de música favorito, pero el hecho de que en las radios locales no los pasaran mucho, tras su tercer disco, hizo que les perdiera la pista y el interés. Y no fue hasta que escuché un tema llamado Live Forever de una recién formada banda británica, llamada Oasis, que quedé encantado. Y es que por primera vez encontraba un sonido que me identificaba como individuo. Ustedes saben que cuando uno es adolescente siempre está buscando ser parte de algo, tener algún referente, sentirse identificado con alguna causa, icono, moda, sonido ¡Con algo! y eso fue Oasis para mí, la combinación perfecta para lo que andaba buscando.

Y es a raíz del estreno de Oasis at Knebworth (2021) que quería hablarles de un documental previo que los ayudará a entender un poco sobre la historia de la banda y su repercusión en la música: Oasis: Supersonic (Whitecross, 2016), film que nos transporta a inicios de los 90 cuando un grupo de jóvenes desadaptados deciden tomar la escena musical de Manchester bajo el nombre de Rain, primera denominación de la banda antes de la llegada de Noel Gallagher, hermano mayor de Liam Gallagher, quien se convertiría en el cerebro compositor y guitarrista principal de la banda que, bajo su tutela, cambiaría de nombre a Oasis.

Sé que mucha gente desdeña la influencia de Oasis en la música actual, pero es innegable su presencia en bandas como Jet, The Strokes, Muse, The Killers o incluso Coldplay, las cuales no existirían si no hubiera irrumpido en escena la banda de los hermanos Gallagher, y es la dinámica que ellos le imprimieron al grupo la que hizo que fuera mundialmente conocida y, posteriormente, esa misma relación hizo que Oasis se disolviera como grupo, pero no como fuerza influenciadora dentro de la música.

Recomiendo mucho Oasis: Supersonic (Whitecross, 2016) porque es un trabajo que nos ubica en el contexto sobre el cual se desarrolla Oasis at Knebworth (2021), además de ver los entretelones de la gesta del mítico (What’s the story) Morning Glory? (Creation, 1995), álbum que se convertiría en el tercer disco más vendido de la historia del Reino Unido, además de ser certificado con nada más y nada menos que 15 discos de platino (4.94 millones de copias), además de ser considerado dentro de la lista de los 1001 Álbumes que debes escuchar antes de morir (Universe Publishing, 2005) y del cual se desprenden icónicos temas como Cast no shadow, Some might say, Morning Glory, Champagne Supernova, Don’t look back in anger y la incomparable Wonderwall o en palabras de Noel Gallagher «otra canción con letra de mierda».

P. D.: Les prometo un análisis del Oasis at Knebworth tan pronto lo vea.

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