CULTURA
5 conciertos que marcaron mi vida
SERENDIPIA | Varykino Aarón | Septiembre 04, 2021
Recientemente, estaba viendo en redes sociales la reactivación de los conciertos y espectáculos en vivo. Vi como Liam Gallagher se presentaba ante un numeroso público allá en Inglaterra y como poco a poco por acá, por nuestros lares, bandas locales hacen lo propio. Asà que, como quien recuerda que todo tiempo pasado disque fue mejor, se me dio por contarles un poco sobre los 5 conciertos más memorables a los que fui en mi vida. A ver qué sale de esto y se animan a contarme cuál fue el que más los marcó.
Vilma Palma e Vampiros. La fecha exacta no la recuerdo, me parece que fue en el 94, cuando se presentaron en el Jockey Club, yo todavÃa era un adolescente y tuve que, prácticamente, rogarles a mis padres para ir a ese concierto, poniendo de aliciente que la chica que me gustaba iba a ir y querÃa estar ahà con ella. El caso es que a las finales fuimos un buen grupo, creo que fuimos 10 o 12, el caso es que la pasamos genial, pues estábamos viendo a Vilma Palma e Vampiros en todo su apogeo, cuando recién sonaba el disco 3980 (Barca, 1993) y estaba a puertas de salir el Fondo Profundo (Barca, 1994). Recuerdo claramente estar sobre dos ladrillos en la explanada del Jockey, porque aún no habÃa desarrollado y no tenÃa la altura que tengo ahora, y escucharlos mientras me fumaba mis primeros cigarrillos. Temas como Verano Traidor, Mojada, Auto Rojo, Me vuelvo loco por vos, Perdiendo el tiempo, entre otras. Fue genial, mágico, el primero de todos y lo pasé con ella que fue lo mejor del mundo. TendrÃa unos 13 años entonces.
No sé quién y los no sé cuántos. En los 90 habÃa sido fan acérrimo de ellos, me sabÃa todos sus temas, me compraba esos cancioneros de dudosa procedencia que vendÃan en el bazar suelo para poder aprenderme las letras y me regrababa casetes gracias a unos amigos que trabajaban en la radio. El caso es que, en un viaje a Lima, creo que fue en el 97 o 98 ¿Cuándo fue la última Feria del Hogar? ¡Ya me acordé! Fue en el 97. Fui a visitar a mi familia en Lima y de paso a encontrarme con mi mejor amiga que justo estaba por allá y quedamos para salir al cine un dÃa e ir a la Feria del Hogar a ver a los No sé quién al dÃa siguiente. Recuerdo que el concierto estaba a full, habÃa muchÃsima gente, tanta que con las justas nos podÃamos mover sin sentir que nos faltaba el aire. Cuando nos acomodamos cerca de una de las rejas que dividÃa las zonas del concierto empezamos a disfrutar de todo el carisma de una de las mejores bandas peruanas que han existido hasta la fecha. Y es que los NSQ eran un espectáculo de risas, ocurrencias y buena música. Nunca en mi vida habÃa mentado la madre en coro como esa noche al cantar Magdalena. De disfrutar cantando Las Torres, Los patos y las patas, Kagen Von Risen, La Cita, entre otras que ya no puedo recordar porque la memoria es frágil y ha pasado mucho tiempo, sin embargo, las sensaciones despiertan tan frescas como entonces. ¡Conciertazo!
Libido. Ya en la década de los 2000, durante “El verano del amorâ€, como me gusta llamar a esa época, fui con mi enamorada de entonces a ver a su grupo favorito, por entonces yo no era muy fan de Libido, asà que lo hice por ella. Si mal no recuerdo de teloneros tuvimos a Maresantos y fue cuando vi por primera vez a mi compadre MartÃn Santisteban tocar la guitarra frente a un enorme público, alucinante. Fue en el Jockey Club y los mejores recuerdos que tengo de esa noche es abrazar su cintura y oler su cabello, mientras sonaban Tres, En esta habitación, Como un perro, entre otras. Creo que mejor dejo ese recuerdo aquà no más porque me viene la nostalgia mal. Por entonces Libido era la banda que la estaba rompiendo en las radios y en el extranjero con la presentación de su disco Hembra (Sony Music, 2000) y tuve la suerte de verlos en su mejor momento.
Campo de Almas. Recuerdo que conocà a la banda, sin saberlo, en la calle. Fue una noche del 2002 si no me falla la memoria, venÃan a presentar su primer concierto en Chiclayo, que no terminó muy bien porque se fue la luz en La Casona. Yo los acompañé hasta el mismo local porque no sabÃan dónde quedaba, pero no pude verlos porque justo habÃa salido a grabar unas tomas para un documental sobre recicladores nocturnos y habÃa terminado sin ganas de nada. El caso es que la historia de ese concierto y de cómo los conocà la cuento en este enlace de mi blog: 41: CAMPO DE ALMAS | varykino aarón (varykinoaaron.blogspot.com). El caso es que vi a Campo de Almas en vivo mucho tiempo después, cuando regresaron, pero esta vez a la Estación Rock, para dar un concierto pequeño, pues el local no puede albergar a mucha gente, pero muy memorable. Vinieron a promocionar su disco Contraluz (OZ Grabaciones, 2015) y lo disfruté muchÃsimo porque fui con un grupo de amigos a quienes considero mi familia y dejamos nuestras gargantas y unos cuantos vidrios rotos (no fue nuestra culpa, un desadaptado se tiró encima de nuestra mesa) mientras disfrutábamos de temas como Esa Noche, Adicción, Stonepatty, Las piedras y el mar y, por supuesto Gris.
Oasis. El pináculo de mis experiencias musicales al aire libre fue ver a mi banda favorita en vivo en el Estadio Nacional. Fue en 2009, recién habÃa salido el disco Dig out your soul (Big Brother Records, 2008) y estaban en plena gira de promoción del mismo que, para beneplácito de nosotros, habÃan escogido a Perú como parte de su periplo por Latinoamérica. Recuerdo que mi hermano Ricardo me regaló la entrada y dijo Ven solo con tu pasaje, y casi, casi que asà fue. Al llegar a Lima esa mañana pude ver la larga cola que habÃa en el Estadio Nacional y cuando mi hermano me fue a recoger le conté de ello y me dijo que A la zona a la que vamos no necesitamos hacer cola, no te preocupes. Pasé un dÃa y una tarde súper inquietas porque no veÃa las horas de pisar El Nacional y ver a Oasis, pero él me decÃa que guardara la calma que plan de 8 nos irÃamos como que veÃamos a los teloneros y nos tomábamos unas chelas previas al conciertazo. Sinceramente que los Turbopótamos fue la peor elección que hizo Oasis como teloneros, aburridos a más no poder, tal vez Libido hubiera quedado mejor, en fin, nunca lo sabremos. Oasis entró exactamente a la medianoche, como buenos ingleses, con su tema Fuckin’ in the bushes, que empezó a poner el ambiente en el Nacional. Luego dieron una muestra de lo que prometÃa el concierto con Rock n’ Roll Star, para después ir por temas más del último álbum que canté hasta casi perder la voz, mientras el estadio no paraba de gritar que tocaran Wonderwall o Don’t Look Back in Anger, pues el lugar estaba repleto de poseros y no de verdaderos fans. Ya cuando tocaron Wonderwall el lugar estalló como una bomba con las voces de todos coreando al unÃsono. Tal fue la vibra que se sentÃa ahà que el mismÃsimo Liam Gallagher dijo Nos volveremos a ver en 5 años. Lástima que esa promesa nunca se cumplió, pues la banda se disolverÃa ese mismo año. El cómo terminé ese concierto no lo puedo contar aquà porque somos family friendly, pero luego se los cuento en mi blog personal. El caso es que la experiencia de ver a oasis en vivo en Lima fue la mejor de las experiencias que he tenido en mi vida. Me acompañó por casi 1 hora que estuvimos caminando fuera del estadio hasta encontrar un taxi que nos llevara a casa, me acompañó en mi viaje de regreso a Chiclayo y me acompaña hasta hoy.
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