CULTURA
Don’t look up: una oda a la frivolidad
SERENDIPA | Varykino Aarón | Enero 10, 2022
Ver Don’t Look up (Adams, 2021) es como ver un documental de nuestra realidad como especie. La premisa es sencilla: un cometa descubierto por unos científicos va a estrellarse contra la Tierra en 6 meses y estos deciden acudir a su presidenta para alertar sobre el peligro mundial que este representa. Al verse ignorados por las autoridades competentes, deciden acudir a los medios y redes sociales para difundir la noticia, pero son tratados como dementes e ignorados por el gran público, más pendiente en las frivolidades que se difunden a través de los medios masivos y las redes sociales.
Don’t look up sorprende al mostrar de manera cruda y, en algunos casos hasta cómica, la reacción que experimenta el mundo ante una amenaza real. Vemos conspiranoicos, negacionistas, políticos enfrascados en sus agendas particulares, empresarios con poder de decisión, militares, y gente de a pie que no sabe cómo reaccionar por sí misma, sino que lo hacen al son que les marcan los medios de comunicación, ¿suena familiar no? Exactamente lo que vivimos ahora con esto de la pandemia y que se ha retratado, a través de una metáfora enfocada en el fin del mundo.
A pesar de los hechos irrefutables y de lo que dice la ciencia, el público hace oídos sordos, porque está enfrascado en contenidos frívolos que van desde rupturas amorosas de gente del espectáculo, memes, estúpidos challenges y demás contenidos que pululan la red y que nuestra prensa se da el lujo de acrecentar, pues eso da rating y eso es lo que paga las cuentas. ¿El fin del mundo? Eso no da rating, eso puede esperar, eso solo es de gente apática, que no ve lo bonito de la vida y para conspiranoicos que exageran cualquier evento porque no tienen nada mejor que hacer.
La película es perturbadora si la miramos desde el punto de vista de la parsimonia que muestran las autoridades ante un peligro de tal magnitud, pues indigna de sobre manera y da ganas de meterse en la pantalla y decir ¡Reaccionen, el peligro es real! Pero nos encontramos con políticos y agentes de poder que están más enfrascados en sus intereses particulares, ya sea políticos, empresariales, militares, etc., que en el bienestar del pueblo. Un retrato vívido de lo que significa la clase política y quienes ejercen el poder últimamente. ¿Acaso no lo vemos día a día en carne propia?
Don’t look up nos muestra una pléyade de personajes perfectamente definidos tanto en sus roles como en sus interpretaciones, de los cuales resalto a Meryl Streep, que es todo un deleite, pues cada película que protagoniza es todo un mundo y, particularmente en esta, te hace odiarla por lo frívola que se muestra ante los protagonistas, juzgándolos por los méritos que han tenido como profesionales, prácticamente los ningunea y cuestiona sus universidades de origen. Justo le decía a mi papá, con quien vi la película, «Tío, es como que me dijeran Oye, pero tú eres de la Pedro, así que a quién le has ganado» y eso duele, indigna, porque minimiza el descubrimiento realizado por los científicos y las pruebas, irrefutables, que presentan.
Por otro lado, nos muestra la importancia de saber expresar los conocimientos y noticias ante el gran público, y evidencia la necesidad de una preparación idónea para alcanzar esa difícil tarea. Lo digo con toda la autoridad del mundo porque soy comunicador y sé de la importancia de la construcción de un buen mensaje para llegar al público y que este lo entienda. Entonces vemos las vicisitudes que tienen que atravesar nuestros protagonistas para hacer oír su voz dentro del ruido en que se han sumido tanto los medios tradicionales como las redes sociales; sobre todo, estas últimas que remarcan la triste realidad de que, si no estás en las redes, no existes para el mundo.
Don’t Look up es una sátira, un documental, una oda a la indiferencia y la frivolidad, pues nos muestra que cada persona está enfrascada en su propio mundo y si no es tendencia, no tiene repercusión en su vida. Por lo que el fin del mundo no se hace latente hasta que ya es muy tarde y debemos de bajar el telón, cerrar sesión y aceptar lo inevitable. Esperemos que solo sea parte de una ficción exagerada de lo que somos y no el reflejo de en qué nos estamos convirtiendo.
Recomiendo ver la película, pues claro. Es un viaje muy entretenido que nos muestra cómo estamos y cómo podríamos reaccionar, ahora mismo, ante un evento apocalíptico como nuestra propia extinción. Esperemos que, de darse el escenario, seamos más realistas y tomemos conciencia del peligro y actuemos inmediatamente para neutralizarlo.
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