CULTURA
American girl: un drama asiático exquisito
SERENDIPIA | Varykino Aarón | Marzo 05, 2022
Me encanta que esta sección se llame «Serendipia», pues me mueve a encontrar libros, series, pelÃculas, juegos, etc. que comúnmente no verÃa, pues la razón de ser de este espacio es dar con ese hallazgo especial, mientras se está buscando otra cosa, y la pelÃcula que reseño hoy es un claro ejemplo de lo que significa esa palabra.
American girl (Feng-I, 2021) es una pelÃcula exquisita de principio a fin. Desde que he empezado a ver cine oriental contemporáneo, me he encontrado con cintas que llevan el arte del cine a niveles estratosféricos, con temáticas, algunas veces muy alucinantes, como es el caso de Oldboy (Park, 2013), majestuosas como Crouching tiger hidden dragón (Lee, 2000) que la tengo en mi top 10 personal de pelÃculas que me fascinan, o la intrigante Memories of murder (Bong, 2003) que no tiene nada que envidiarles a clásicos del cine policial de Hollywood. Sinceramente, el cine asiático tiene muchÃsimo que ofrecer, fuera de esas pelÃculas de cine kung fu que veÃamos los fines de semana en los canales locales, allá por los 80 y 90.
Regresando al hallazgo de hoy, les cuento que la cinta nos adentra en un drama familiar muy bien logrado, tanto a nivel técnico como narrativo, con actuaciones medidas que destacan por su naturalidad y sinceridad al momento de entregárnoslas. La historia gira alrededor de una niña que ve cómo su mundo se trastoca al recibir la noticia de que debe regresar de Estados Unidos hacia su natal Taiwán, en medio de la pandemia de SARS del año 2003. Ella tenÃa una vida hecha en el continente americano, con amigos, pasatiempos y aspiraciones, pero que se ven trocados por una tragedia familiar que la obliga, junto a su madre y a su hermana pequeña, a regresar a la casa de su padre.
La cinta es bastante auténtica, no nos muestra nada grandilocuente, ni exagera las situaciones, sino que las muestra tal cual y como nos pasarÃa a cada uno de nosotros si tuviéramos que atravesar el mismo trance. Notamos cómo es el choque cultural entre las costumbres americanas y las orientales, y cómo estas afectan el desarrollo académico de nuestra protagonista, asà como su estabilidad emocional.
La familia se reúne en casa del padre como consecuencia de una detección de cáncer de seno en la madre, con lo que, para poder lidiar con el tratamiento, que serÃa imposible financieramente en América, razón por la cual deciden mudarse e iniciarlo en su natal Taiwán. Es a partir de este quiebre que el film nos muestra a una familia tratando de adaptarse a una reunión que acarrea un choque de costumbres lógico por la disparidad de comportamientos que rigen las culturas de uno y otro continente.
Por ponerles un ejemplo, y que, a pesar de ser muy sutil dentro del film me pareció exquisito, es el simple hecho de recibir un documento por parte de la maestra de nuestra protagonista. La niña, acostumbrada a los usos norteamericanos, extiende una mano para recibir el fajo de papeles, a lo que la profesora le señala que debe extender ambas manos para recibirlo, comportamiento que se considera correcto en oriente, pues si nosotros queremos entregar algo que nos pertenece, como por ejemplo una tarjeta de presentación, lo usual es que extendamos la mano y la ofrezcamos sin mayor ceremonia, mientras que para los orientales dicho documento forma parte de su misma existencia, una especie de proyección de ellos mismos, por lo que su entrega y recepción debe de hacerse con ambas manos, pues, hacerlo de otra forma, es considerado una ofensa. Solo ese pequeño detalle dentro del film, me cautivó por completo.
La pelÃcula nos adentra en un drama familiar, en que podemos observar cómo los padres deben lidiar, tanto con las deudas y la enfermedad, como con la entrada en la adolescencia de los hijos. Temáticas recurrentes en todo hogar y que son prácticamente universales, por lo que, sentirse identificado con cada una de las situaciones es inevitable, pues todos hemos sido hijos, hemos ido al colegio, hemos lidiado con nuestros padres, hemos sufrido alguna enfermedad y, en mi caso, tengo que lidiar con un hijo que está entrando a la pubertad.
Como les digo, la pelÃcula es genial de principio a fin, y más por lo que no muestra, pues hace que queramos saber qué pasa más allá de lo que se mueve en la pantalla y, para mÃ, es el gran acierto de una cinta que merece ser tomada en cuenta, seriamente, en la carrera por los premios de la Academia, al menos, en el rubro de mejor pelÃcula extranjera.
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