CULTURA
«Top Gun: Maverick»: una digna secuela
SERENDIPIA | Varykino Aarón | Septiembre 05, 2022
Hace unas semanas vi Top Gun: Maverick (Kosinsky, 2022) y quedé gratamente sorprendido por la pelÃcula. Sinceramente, esperaba una tibia historia enfocada en la grandilocuencia del CGI (imágenes generadas por computadora) y la figura hegemónica de Tom Cruise, sin embargo, me encontré con una trama muy interesante y unas escenas de combate muy bien logradas.
Top Gun: Maverick recoge el legado dejado por Top Gun (Scott, 1986) y le da una lavada de cara necesaria a una historia enfocada en un grupo de los más selectos pilotos de la aviación norteamericana. El film deja atrás aquella simplona historia ochentera, que en muchos tramos parecÃa muy mal contada y con saltos desconcertantes entre una escena y la otra, y nos regala un relato más sosegado, acorde a la realidad y edad del protagonista, al que le suma una serie de secuencias a bordo de cazas de combate muy intensas y trepidantes.
Atrás quedó esa historia que en palabras de Quentin Tarantino (Sleep with me, de Kelly,1994) era una oda a la homosexualidad de manera soslayada, y la cambia por una trama más nostálgica y reflexiva, en la que el protagonista nos arrastra a sentir junto a él, sensaciones de no pertenecer al mundo que lo rodea, pues ha cambiado tanto que pareciera que de alguna manera lo desplazó a un lugar que ni él mismo podrÃa definir.
La historia se aleja del estereotipo del héroe rimbombante o del antihéroe iconoclasta y nos ofrece un relato enfocado en las relaciones humanas y el peso que conlleva asumir una determinada posición o comportamiento en el universo de estas relaciones. Por ponerles un ejemplo, vemos a Maverick (Tom Cruise) interactuar con una mujer (interpretada por la siempre hermosa y talentosa Jennifer Connelly) con la que pareciera haber tenido una relación anterior y que por cuestiones de falta de madurez no pudo llegar a un mejor puerto, circunstancia que desencadena un encuentro fortuito con la hija de esta (Lyliana Wray) y que le recrimine que no vuelva a jugar con ella; o sea, hay más que solo aviones dando vueltas por el cielo y hay más trasfondo personal en esta secuela.
Y asà como ese, hay muchas más que evidencian que el tiempo no tiene piedad de nadie y que lo que recogemos en vida es la suma de las decisiones que hicimos a lo largo de los años. Por otro lado, la pelÃcula brilla por unas excelentes secuencias de piloteo de aviones, que balancean los dramas personales de los protagonistas y sirven como combustible para reengancharse con la trama, pues las maniobras y la forma en que se presentan mediante el conjunto de planos, le dan un excelente ritmo a la pelÃcula que supera con creces a su antecesora.
El film tiene de todas maneras su cuota de fantasÃa, no podemos negar este hecho, pero la forma en que esta se presenta le da un cierto grado de verosimilitud. En algunos pasajes la pelÃcula me recordó al film Behind enemy lines (Moore, 2001), y no pude evitar sonreÃr ante la reutilización del recurso de aquella historia en la que nos congrega hoy.
El apartado sonoro de la pelÃcula es notable, pues reutiliza piezas de su predecesora para, de alguna manera, enlazarlas en su propio universo, además de regalarnos pistas que acompañan muy bien todas y cada una de las escenas, amplificando sus intenciones narrativas.
¿Recomiendo ver Top Gun: Maverick? ¡Por supuesto! Y es una pelÃcula que invita a revisitarla para poder identificar mejor las referencias que la hermanan con su predecesora. No es un remake por si acaso, es una secuela muy bien lograda que deja abierta la posibilidad de seguir agrandando el universo de Top Gun a futuro, y sinceramente espero que sea asÃ.
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