CULTURA

«The offer»: la historia detrás de «El padrino»

SERENDIPIA   |   Varykino Aarón   |   Diciembre 20, 2022

 

Soy un fanático acérrimo de la obra El padrino (Puzo, 1969) y todo a raíz de que mi madre me hizo ver la película The Godfather (Coppola, 1972) cuando estaba en el colegio. Quedé fascinado con una historia apasionante de gánsteres italianos que hacían lo imposible para mantenerse en el anonimato del poder y salvaguardar la integridad de lo más preciado que tenían: la familia. Vi la película junto a ella en HBO porque era una película un tanto subida de tono para la edad que tenía, creo que la vi a los 13 o 14 años de edad, pero desde que vi la primera escena quedé completamente fascinado, al punto que unos años después pude ver la segunda parte en la tele y la tercera un tiempo después, y es que tienen que recordar que por entonces no teníamos acceso a las películas como ahora y debíamos de esperar la programación estelar de los canales de televisión parar poder disfrutar de joyas tan grandes del cine como las mencionadas. Ya en la universidad tuve la oportunidad de hurgar en la biblioteca familiar y leer el libro y desde que abrí la primera página y leí la frase «Detrás de toda gran fortuna, hay un crimen» (Balzac), supe que el libro me cambiaría la vida; lo hizo.

No voy a mentirles, pero me gustaba mucho más El padrino III (Coppola, 1990) que El padrino II (Coppola, 1974) que me parecía un relato infumable cuando la vi por primera vez y mi sensación no ha cambiado mucho desde entonces, pues la considero bastante aburrida, sin embargo ahora me gusta mucho más de lo que pensaba en esa época. ¿Pero a qué viene toda esta digresión sobre El padrino Bueno, el caso es que hace unas semanas tuve la oportunidad de ver, junto a mi papá, una serie en Amazon llamada The Offer (Ibelhauptaitė, 2022) y reviví todos los sentimientos que tenía guardados con relación a El padrino.

The Offer es una serie que narra todas las historias que me contó mi mamá y que tenían que ver con la realización de la primera película de la trilogía. Que Vito Corleone estaba basado en un mafioso conocido, que Johnny Fontane era Frank Sinatra, que la mafia no quería que la película viera la luz, que los productores no querían que Marlon Brando fuera el padrino, ni que Al Pacino fuera Michael Corleone, entre otras muchas cosas más.

Todas las historias que me había contado mi mamá están reflejadas en esta serie de 10 episodios que nos adentran en la odisea que fue filmar la película El padrino. La serie nos pone en los zapatos del productor Al Ruddy, interpretado por Miles Teller (Whiplash), quien era un oficinista que veía pasar su vida metido en una aburrida oficina a la que lo confinó su carrera profesional de ingeniero de sistemas. Ruddy renuncia a ese empleo tan monótono y decide probar suerte en Hollywood como productor de series televisivas, pues tenía un talento único tanto para la negociación, como para la generación de ideas frescas que pudieran llevarse a la pantalla chica. Estos logros le granjearon una fama tal que le permitieron tomar las riendas de los proyectos independientes de Paramount Pictures, siendo El padrino, la primera película que debía de llevar al cine con un presupuesto de 4 millones de dólares.

La serie nos sumerge en los entretelones que se sucedieron en cada etapa de la filmación de El padrino, desde la compra de los derechos del libro hasta la adaptación del guion por parte de Mario Puzo, pasando por la contratación de un joven director Francis Ford Coppola y las dificultades que trajo consigo su puesta en la silla de director del film. Sumado al constante asedio de la mafia y la forma en que esta ejercía su implacable poder sobre la sociedad de entonces. Sumado a esto, los diálogos de toda la historia están calcados de los que vemos en la película de 1972 y sirven de nexo natural entre ambas historias.

El relato nos presenta un casting extraordinario en cuanto al parecido físico de los personajes con los actores que interpretaron todos y cada uno de los papeles de la película. Ver Justin Chambers (Grey’s Anatomy) como Marlon Brando o Anthony Ippolito (Purple Hearts) como Pacino fueron dos sorpresas sumamente agradables, pues denotaban el cuidado que tuvo la producción al momento de escoger a los actores que interpretarían los distintos roles dentro de la película. Mención especial la secuencia de la cena previa a la filmación de El Padrino en la cual todos los actores que interpretarían a la familia Corleone se sientan a la mesa y empiezan a meterse en sus personajes ¡Ufff me voló la cabeza! Solo por eso la serie me encantó, sinceramente, y la recomiendo completamente, tanto así que cuando terminamos de ver el último capítulo (el 10) empalmamos con mi papá la película de El padrino como colofón de tan agradable experiencia, al día siguiente nos metimos el maratón viendo El padrino II y El padrino III y cerramos un ciclo exquisito de buen cine.

Como les digo, es una serie genial, sobre todo si quieres saber cómo es el mundo de la producción a nivel cinematográfico, pero también por lo fascinante que es conocer todo lo que ocurría tras bastidores durante la producción de El padrino

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