CULTURA

«Super Mario Bros. La película»: el inicio de una nueva era

SERENDIPIA   |   Varykino Aarón   |   Abril 30, 2023

Soy fan de Mario desde que, en 1992, bajo el árbol de Navidad descubrí el cartucho de Super Mario Bros. 3 (Nintendo, 1990), cortesía de mis padres. Fue amor a primera vista y no me malinterpreten, conocía a Mario desde su primera entrega e incluso jugué la segunda, pero ambas me parecían juegos mediocres, pues por entonces era más asiduo a jugar Contra (Konami, 1988), Double Dragon (Technos Japan, 1988) o Teenage Mutant Ninja Turtles (Konami, 1989) que a las aventuras de aquel bigotudo saltarín. Sin embargo, al ver por primera vez aquel telón rojo descorrerse para dar paso a la tercera aventura de aquel fontanero, mi vida cambió.

Y es que le di horas de horas de horas de juego a ese cartucho del 92 al 94, hasta que la edad me hizo abandonarlo por otros intereses, tras lo cual mi mamá lo botó a la basura como si fuera cualquier otro juguete. Años más tarde volvería a comprar el cartucho para mostrarle a mi hijo las bases del videojuego como cultura y forma de entretenimiento, teniendo a Mario como uno de sus más grandes exponentes. Desde entonces compartimos esa fascinación y no nos perdemos ningún nuevo lanzamiento en la consola de Nintendo de turno.

Por motivos de fuerza mayor no pudimos estar en el fin de semana del estreno de la película, pero nos apuntamos al siguiente finde en las butacas G8 y G9 de un moderno cine cerca de la casa. Solo compramos las entradas y nada más, porque los combos suelen ser una estafa de proporciones épicas y preferimos guardar ese dinero para un chifita a la salida, así que pobremente sacamos nuestras galletas y bebidas rehidratantes y nos dispusimos a ser sorprendidos por un estreno que venía luego de 30 años de una primera incursión bastante desastrosa.

Ni bien salió la primera viñeta en la pantalla gigante de aquel cine quedamos encandilados. Atrás quedaron los desastrosos números de las reconocidas páginas de crítica cinematográfica y los argumentos «progres» que habían tomado por asalto las redes en contra de lo que consideramos (mi hijo y Yo) como una de las mejores películas de animación que hemos visto en nuestras vidas y aquí permítanme hacer un paréntesis para contarles que en cierto pasaje del film, volteé a mirarlo y le pregunté qué tal le parecía la película, porque hacía mucho que no veníamos al cine. Me respondió que le encantó y que para ser exactos hacía 9 años que no íbamos juntos al cine, la última vez fue cuando tenía 3 años y vimos la película de Charlie Brown.

Es muy cierto que la película está hecha para quienes conocemos a Mario. Definitivamente no vas a captar todas las referencias si solo lo has visto en algún afiche o te jugaste solo algún juego de su larga franquicia, mientras que mi hijo y Yo, que hemos jugado a Wrecking Crew, Donkey Kong, Mario Bros., Super Mario Bros. 1, 2, 3, Super Mario World, Super Mario 64, Super Mario Sunshine, Super Mario Galaxy 1 y 2, New Super Mario Wii y Wii U, Mario Kart Wii, Mario Kart 8, Super Mario Odissey, Luigi’s Mansion 3 y la saga de Donkey Kong Country, sí que ubicamos casi todas las referencias de la película a la primera, porque cada fotograma está plagado de referencias a aquellos títulos y son una prueba fehaciente de la intención que ha tenido Illumination, de la mano de Nintendo, de agradecer y homenajear tanto a los fans como a los personajes por esta relación que algunos empezaron allá por 1981.

La historia es lo que debe de ser, una adaptación fiel a la franquicia que no busca reinventar la rueda o redescubrir la pólvora, simplemente trasladar la impronta del universo de Super Mario a la pantalla grande sin agregarle o restarle nada. Una adaptación fiel al material de origen que tiene mucho que ver con la presencia de Nintendo, representada en la figura de Shigeru Miyamoto, padre de Super Mario y encargado de llevar a buen puerto este proyecto tantas décadas pospuesto tras el desastre de 1993 con la primera adaptación al cine.

Esta película, haciendo lo justo y sin ir más allá, ni erigirse como un baluarte de la inclusión o la agenda «progre», ha logrado romper la taquilla y estar muy por encima de las expectativas tanto de la productora, como de los críticos y el gran público. Vi un meme el otro día que rezaba «Crecer es reconocer que el lobby de Disney para bajarse la película, mediante las páginas de la crítica cinematográfica, no pudo contra la respuesta del público» (lo vi en YouTube, no tengo la referencia).

Recuerdo que cuando vi el primer tráiler de la película en 2022 quedé un poco decepcionado, al igual que mi hijo, por cómo se veía Mario, que curiosamente coincidimos en que se parecía a Félix de la película Wreck-It Ralph (Disney, 2012) pero con bigote. Sin embargo y echando mano de mi experiencia como comunicador le expliqué que no debería verse igual que el Mario que conocíamos de los videojuegos porque era una adaptación a otro formato (cine) y que «por así decirlo» era interpretado «por un actor» que respondía a la visión de un director quien tenía una forma muy particular de reinterpretar la historia que ya conocíamos. Nos quedamos con esa explicación y aceptamos todos los cambios para bien, porque era una adaptación y ya, pero Super Mario Bros. La película (Illumination y Nintendo, 2023) es una película que entretiene, que impresiona tus pupilas en grado sumo, que te mantiene enganchado a la historia por la pléyade de elementos que desfilan en pantalla y porque el ritmo de la misma no te deja descansar ni un momento, pues prácticamente está recreando la atmósfera de un videojuego en el que el protagonista corre, salta y está siempre en movimiento, y esas sensaciones están ahí en la película tal cual.

Ya para cuando salen los créditos finales de la película te queda la sensación inequívoca de que esto es solo el comienzo de algo muchísimo más grande, algo que va a revolucionar el cine de animación a mayor escala de lo que hizo Pixar en su tiempo y esperamos que sea así, porque historias en Nintendo hay miles y todas se merecen ser contadas en formato de películas o series, porque les permitiría encandilar a más gente de la que han fascinado hasta ahora, y sea lo que fuere que nos vayan a poner en la pantalla del cine o la televisión, como siempre diré: «Nintendo, aquí estoy».

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