«Si quieres tener una vida tranquila, definitivamente, naciste en mal momento» es una de las frases lapidarias que te deja caer la película «Asteroid City» (Anderson, 2023) que ciertamente es una propuesta audiovisual bastante peculiar que me ha encantado de principio a fin.

Son pocos los cineastas que tienen un sello característico, de ese que reconoces a lo lejos con solo ver un fotograma, como ocurre y esto va desde mi perspectiva con Quentin Tarantino, Stanley Kubrick, Clint Eastwood, o el mismísimo Wes Anderson, directores que tienen una firma visual muy particular y que es fácilmente reconocible e inequívoca a lo largo de su filmografía; «Asterorid City» exuda «wesandersonisidad» por donde se le mire.

La historia es bastante peculiar. Empieza con un Bryan Cranston rompiendo la cuarta pared y dirigiéndose al público para explicar de qué va la película, que en realidad es una obra de teatro y nos invita a disfrutarla como tal. A continuación, nos presenta al guionista frente a una máquina de escribir y describe el proceso creativo y de producción que tuvo que pasar la historia para poder llegar hasta nosotros; simplemente me encantó y es que la simpleza con la que se presenta la película es genial desde el inicio, pues a partir de ahí te invita a sentarte y disfrutarla sabiendo qué viene después. Una apuesta arriesgada porque es como resumirte toda la historia a manera de reseña y luego, a pesar de esto, sorprenderte gratamente en cada acto en que se divide la misma (porque como obra de teatro está dividida así).

Y es que algo que he notado en las últimas producciones de cine de autor, llamémosle Tarantino, Nolan, Anderson, por mencionar algunos, es la cantidad reunida de actores de renombre que empiezan a desfilar por sus historias y que en algunos casos no se ven ni en los avances, lo que hace que sean una grata sorpresa al aparecer en pantalla, sumando pequeños instantes de dejarnos maravillados repartidos por aquí y por allá en la película que ayudan a siempre mantener el interés por lo que se nos muestra en la trama.

«Asteroid City» me ha llamado mucho la atención por su estética, que mezcla el blanco y negro de los films de antaño con el característico tono pastel (onírico) de los trabajos de Anderson, quien como ya nos tiene habituados hace las funciones de productor, director y guionista (nada como tener el control total de tu trabajo para dejarlo como realmente quieres). A esto hay que sumarle la pléyade de actores que desfilan a lo largo del film (no te recomiendo googlearlo para no arruinar la sorpresa) que debido a la estética del mismo recuerdan a consagradas luminarias de la historia del cine (abro paréntesis y sin spoilear dos actrices me recordaron a Elizabeth Taylor y Natalie Wood respectivamente con solo verlas un momento en pantalla, fue hermoso ese instante, cierro paréntesis) y por último y no menos importante, su trama, una historia de crítica social enmascarada bajo una comedia ligera y en algún momento hasta sin sentido, que se cuece en el ficticio escenario desértico de «Asteroid City», pueblo cercano a Alamogordo (ya entenderás la referencia cuando la veas), pero que si le damos lecturas más profundas y reflexivas veremos que está tocando temas de actualidad que inundan nuestros medios; hasta cierto punto el film se presenta como una especie parábola de esas que suelen leerse en la biblia y que encierran un significado aún más profundo velado para los no iniciados que se regocijan solo con leer la historia y aprendérsela de memoria.

Recomiendo ver «Asteroid City» más de una vez para sacarle todo el jugo al trabajo de Wes Anderson, porque lo que tiene este cineasta es que sus películas tienen más de una lectura y te invitan a volver a verlas para apreciar por completo su grandiosidad, algo así como cuando terminas un libro y quieres volver a leerlo una y otra vez porque sabes que hay algo más ahí dentro que de seguro te perdiste la primera vez o, parafraseando una de las tantas sentencias que tiene el film: «Solo se despierta cuando se ha dormido».