CULTURA

«Sex and the city»: una serie adelantada a su tiempo

SERENDIPIA   |   Varykino Aarón   |   Junio 25, 2024

Siempre me he sentido atraído por los temas relacionados con el sexo desde muy temprana edad. Recuerdo que mis primeros contactos con el mismo fueron a través de revistas para adultos que algunos amigos llevaban al colegio, alimentando nuestras fantasías sexuales. Aunque eran una visión tergiversada de la realidad, de algún modo nos educaron sobre el tema, al igual que las películas porno que guardaban en una gaveta algunos papás de mis amigos y que veíamos cuando alguno de ellos tenía la casa sola; ¡qué épocas!

Recuerdo que en secundaria pasaban por la tele, en horario tardío, dos programas que culturizaron a la muchachada de entonces en los menesteres del sexo: La serie rosa (FR3, 1986) y Colpo grosso (Italia 7, 1987). Confieso que veía más el segundo porque me parecía más interesante y porque mis papás normalmente estaban despiertos cuando pasaban el primero. Sin embargo, la curiosidad en materia sexual siempre estuvo envuelta en un aura clandestina, siempre escondiéndonos para poder verlo, hablarlo o disfrutarlo.

Todo cambió un buen día de 1998, cuando HBO decidió emitir una serie que estaba envuelta en todo un revuelo solo por su título: Sex and the City (HBO, 1998). Confieso que verla fue todo un tema (algo incómodo) porque, como el sexo siempre era algo que debía disfrutarse a escondidas, debía encontrar un momento en que mis viejos no estuvieran cerca para poder disfrutar de la serie sin tapujos (incluso cuando ya estaba en la universidad). Aunque me encantó desde los primeros capítulos, tuve que perderme de otros tantos por esa cuestión.

Ahora que la serie ha vuelto a ser emitida en Netflix, he tenido la oportunidad de disfrutarla en todo su esplendor y con una visión más madura y menos ansiosa (producto del morbo). El placer que me da ver esta serie es difícil de describir, pero su impacto en mi vida ha sido tal que fácilmente está en mi top 10 personal de las mejores series de televisión que he visto. Tanto su temática como los elementos que muestra en pantalla son todo un deleite que, de alguna manera, quedaron opacados por lo controversial de su título y la audiencia de entonces. Comparada con nuevas propuestas audiovisuales algo más subidas de tono, fue relegada a una anécdota de un HBO que siempre se mostró disruptivo al momento de entregar productos de calidad para un mercado adulto, como luego lo fueron Mandrake (HBO Brazil, 2007), Filhos do carnaval (O2 Filmes, 2006) o Masters of Sex (Showtime, 2013).

Sex and the City (HBO, 1998) siempre me atrajo por Miranda, aquella delgada abogada pelirroja interpretada por Cynthia Nixon, que me parecía la mejor de aquel cuarteto (mi tipo de mujer, podría decirse). Ahora que tengo la oportunidad de revisitarla, sigo pensando lo mismo (a pesar del lesbianismo de la actriz en la vida real). La serie plantea la forma de ver el sexo y las relaciones de pareja a través de los ojos de cuatro neoyorquinas que no tienen ningún tapujo para demostrarse sexualmente activas y empoderadas, temas que están muy en boga en los últimos años. No estaría mal revisar estos temas desde la perspectiva de finales de los 90 e inicios de los 2000.

La serie, a pesar de sus años, se mantiene joven porque el sexo siempre ha sido un tema omnipresente en nuestras vidas. La forma en que se aborda en cada capítulo invita a reflexionar y debatir de una manera más interesante que las nuevas propuestas políticamente correctas que imponen ideologías que tergiversan el sentido común. Alguna vez reseñé Family Law (SEVEN24 Films, 2021) como una obra que logra ser inclusiva sin sentirse forzada, característica que comparte con la serie de la que estamos hablando. En Sex and the city los personajes secundarios entran y salen de escena sin parecer relleno o respuesta a una agenda preconcebida, sino que aportan variedad a los relatos que reseña la protagonista en su columna semanal.

Creo fervientemente que todos deberían darle una oportunidad a esta serie a pesar de no ser una propuesta «actual». Su temática abarca tantos y tan diversos tópicos relacionados con el sexo y la forma en que las mujeres se relacionan con el mundo, que la hacen divertida, interesante y, por qué no, fascinante. Cuatro mujeres empoderadas, con un gusto exquisito por la moda y un cuestionable gusto por los hombres, nos dan luces sobre lo complicado que suele ser el sexo femenino y su forma de interrelacionarse con el entorno. Además, no temen tocar temas aún considerados tabú, lo que las convierte en la fórmula perfecta para atraparte de principio a fin.

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