CULTURA

Jorge Flores: "Solo la lectura permite la aparición de profesionales de fuste"

Jorge Flores Chávez nació en Aricapampa, una localidad del distrito de Cochorco, en Huamachuco, pero actualmente radica en Trujillo. Es un escritor, investigador y docente universitario que no renuncia a sus raíces y vivencias indígenas. Ha publicado los cuentarios “Como hojas de coca al viento†(Editora & Imprenta Gráfica Norte S.R.L., 2009) y “El vuelo del kende†(Nectandra Ediciones, 2024); además de la compilación “César Vallejo, Selección de Artículosâ€. 

FUEGOS ESENCIALES   |   Cromwell Castillo   |   Agosto 20, 2024

Tiene en edición un libro ilustrado titulado “El hijo de Caralâ€, trascrito en cuatro idiomas (español, inglés, francés y chino) y uno de crítica literaria sobre César Vallejo. Le solicitamos una entrevista y amablemente accedió a responderla.

¿Cómo fue la niñez de Jorge Flores Chávez en Aricapampa y qué influencia tiene esta etapa en su obra literaria?

Nacer con una discapacidad motriz, en un entorno accidentado, es desde ya problemático. A eso hay que sumar todos los prejuicios que se tienen que enfrentar. Sin embargo, mi niñez está marcada por una educación férrea, casi militar, pues fui educado por un padre político de ascendencia italo-yugoslava que borró de mi vocabulario la palabra imposible. Supongo que parte de esa fuerza en mis escritos, que muchos críticos observan, se deba a esta etapa.

 

Jorge, ¿cómo descubriste tu vocación por la literatura y por qué consideras que tuviste una adolescencia conflictiva y con adversidades?

Mi condición motriz empeoró cuando tenía 7 u 8 años y debieron internarme en el       Hospital del niño en Lima.  Son dos años de mi vida en donde adquirí el habito de la lectura con comics de editorial Navarrete, pronto necesité dosis más fuertes de lectura y comencé a leer libros de personajes de la historia universal. Lincoln Tomás Alva Edinson, Napoleón etc. Entonces sucedió lo previsible, pronto la inmensidad del cielo blanco del papel me ataría y como el resto, supongo, comencé a plagiar a mis autores preferidos, Bécquer, García Lorca.

Conflictos los tuve prematuramente, pues mi padre político murió y me dejó a cargo del cuidado de la familia, éramos cinco hermanos, todos mis menores, mi madre y una ama mayor con tartamudez y retardo mental. La reforma agraria permitió la aparición de autoridades abusivas que vieron en una viuda una oportunidad de hacer unos soles más y tuve que enfrentarlos con lo que pude y fue una época brutal hasta hacer respetar a mi familia. Luego la vida me deparó un montón de adversidades, obstáculos que fui venciendo uno a uno de la mejor forma posible. Creo que estoy orgulloso de lo realizado, pues hice lo que quise con mi vida y la viví a plenitud. Nunca me negué nada.

 

¿Cuál es el papel de la lectura y la escritura en el rol del docente, en el Siglo XXI? ¿Qué retos enfrentan los maestros en el mundo globalizado de hoy, con propuestas de modelos educativos cada vez más exigentes e innovadores?

Soy un convencido, a ultranza, de que solo la lectura permite la aparición de profesionales de fuste. Lo digo porque la historia registra casos ejemplificadores como Napoleón, Ian Fleming, Alva Edinson, Churchill o Abraham Lincoln, cuyo esfuerzo sobrehumano y autodidacta, es el mejor de todos, pues en el día era leñador y en las noches robaba luz, por un hueco, a través de la pared de madera del vecino.   

Los ejemplos que me pasó como maestro son infinitos, pero te daré algunos. Un pandillero que era el terror del colegio, se aprendió un poema para, delante sus compañeros, vencer la resistencia de su amada y ese amor lo salvó. Hay catedráticos, jueces, fiscales, notarios, periodistas, médicos o contadores, cuyas historias de pobreza y sufrimiento harían quebrarse al hombre más duro. Todos salvados por la lectura. 

La actualidad, en vez de vencer a la lectura y particularmente al libro físico, no puede evitarla; diría que la hace más importante de realizar, pues marca una diferencia abismal que la IA no podrá superar nunca, la emoción y el sentimiento humano. Este siglo exige valores, formación en ellos; de nada sirve el volumen de conocimientos si no existe una buena formación en valores y eso, estimado amigo, solo te lo da no solo la familia sino un buen libro, una buena lectura.  El docente debe ser un motivador de ese gusto y ya hizo su trabajo.

 

Jorge, de los cuentos de tu libro “Como hojas de coca al viento†se ha dicho que contienen la fuerza de los que viven al filo del dolor, de la violencia y de la muerte, y que la crudeza del lenguaje captura inmediatamente al lector por su alta dosis de realismo. ¿Habrá pronto alguna segunda edición?

Ese libro contiene realismo, basado en hechos reales, de mi época como maestro de niños y adolescentes trabajadores del programa de Inafib Educadores de calle. Claro, hay dosis de ficción para que quienes lo lean no descubran quienes son; jamás hubiesen sido sinceros si doraba la píldora con otro lenguaje. La crudeza de su realidad es apabullante. Tengo tres editoriales que quieren reditarlo, así que no descarto una edición más.

 

Háblanos un poco sobre tu libro “El vuelo del kendeâ€, ¿qué ideas o anécdotas te motivaron a escribir este volumen y cómo ha sido recibido por los lectores liberteños?

La modernidad, con su virtualidad exacerbada, me arrinconó a juntarme con lectores latinoamericanos en un portal que se llamó Club literario, ocasionalmente había concursos, de otras instituciones, pero promocionadas allí, en formatos diversos de 100, 200, 400 o mil palabras y tuve la risible suerte de ganar un premio al primer lugar que consistía en un pack de seis libros y una cena en un restaurant de Córdova. El bendito premio me iba a costar un ojo de la cara, no fui, pero me permitió ver que tenía varios con la misma intención pedagógica, así que me dediqué a observar la naturaleza de mi pueblo, sus costumbres y las historias de animales con las cuales crecí. Por ejemplo, fui testigo de cómo un picaflor, que mi pueblo llama Kende, ahuyentó a un cernícalo para proteger su nido. Que un animal tan pobremente equipado para la lucha aterre a un rapaz me llenó de preguntas que tomaron la forma de un cuento, cuya enseñanza todos la intuyen: la habilidad o la discapacidad puede vencer a la fuerza.

Con tres meses de nacido tiene artículos periodísticos, como el de David Navarrete que lo analiza, e incluso un estudio que será parte de una ponencia en Cuzco por parte del poeta Beethoven Medina Sánchez, manifestaciones que respeto y agradezco, y que me permiten creer que su camino está trazado. 

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