Hace una semana falleció uno de los más grande músicos argentinos: Luis Alberto `El Flaco´ Spinetta. Su muerte ha generado que su imagen crezca en las redes sociales y en los medios. Pero nunca necesito eso, fue un grande que no le importó la fama.

Ya pasó una semana desde que `El Flaco´ Spinetta partió. Cuando recibí esta noticia sentí que la música de calidad hubiera perdido el alma; aquel mago de la composición con su exquisita prosa no estaría más. Su muerte ha dejado un gran vacío en los amantes de la música. Se siente, sin duda, tanto como la muerte de un familiar o un amigo, él en cierta forma fue instruyendo a un público que lo seguía fielmente. Spinetta fue uno de los pocos músicos que pudo crear un amor incondicional entre él y su público a través de sus historias, armonías y evolución musical. Es innegable que `El Flaco´ es el músico rock argentino más talentoso y creativo; navegó en una frecuencia que sólo algunos delirantes pueden captar.

Si bien los medios de comunicación nunca le dieron el valor que en realidad merecía, hoy después de haber desaparecido, reconocen su talento y valor como compositor y persona. Hoy sus canciones suenan en canales de televisión y estaciones radiales. Gente que nunca  escuchó alguno de sus temas ahora lo elogia, disqueras y productores reeditarán sus discos (el negocio de su vida) cuando décadas atrás se lo negaron.

La abrumadora difusión de rock en español en la década de los 80, hizo que llegara a mis oídos una famosa y pegajosa balada de un nuevo grupo, Enanitos verdes (que nunca lograron gustarme). La canción decía “te acordás del `Flaco´ Spinetta, cuando cantaba, todas las hojas son de viento”. Era el tema “Aún sigo cantando” —el cual mencionaba con nostalgia al `Flaco´ Spinetta— lo que desde entonces lo convirtió para mí en un personaje mítico, alguien que despertó mi curiosidad.

Cuando escuché Almendra por primera vez, grupo donde Luis Alberto Spinetta era vocalista y compositor principal, descubrí una de las canciones  más geniales que he podido oír en mi vida: me refiero al clásico “Muchacha ojos de papel”, un tema acústico con una poesía inusual y simple al mismo tiempo, coros a manera de lamentos y una delicada introducción. Tuve la sensación de haber descubierto algo extraño, exótico y surrealista a la vez, realmente me parecía muy atrevida para ser tan antigua, sobre todo por las descripciones sexuales que hace sobre la figura de la muchacha ojos de papel (ex novia Cristina Bustamante).

El disco presentaba además otros clásicos del rock en español: “Plegaria para un niño dormido”, “Figuración”, “Ana no duerme”, “Fermín” y “Color humano”. 

Luis siempre será parte de nuestra vida. Creador e innovador de nuevas formas de composición y comunicación en el rock en español; usó mucho la poesía e impartió identidad propia a este género, algo que luego muchos grupos fueron adoptando. Además, fue un excelente músico y letrista que coqueteó con muchos estilos; musicalmente era un genio. Realizó algunos solos de guitarra excelentes, pero no es considerado entre los mejores. Después de haber pasado por innumerables estilos como el beat, folk, hard rock, música hippie, jazz fusión, funk, rock de los 80 y grabar un disco en inglés, siguió fusionando estilos hasta sus últimos días de vida.

Años después pude encontrarme cara a cara con lo que había estado buscando por tanto tiempo, el vinilo del disco `Artaud´ de Pescado Rabioso (en realidad un disco de Spinetta solista). Parecía haber descubierto algo prohibido, mágico; un disco verde, con una presentación diferente (el sobre no era de forma cuadrada, si no mas bien amorfo), con la figura de Antonin Artaud —poeta francés— colocada a manera de estampilla. Fui corriendo a escucharlo a mi casa; solté de frente la canción “Todas las hojas son del viento” y no paré de repetirlas hasta unas 20 veces. En mi mente pensaba: “esta es la gran canción filosófica de la que tanto hablaban los Enanos Verdes”. Recién al siguiente día me di tiempo para escuchar el resto del disco y descubrí que todos los temas eran tan buenos como la canción que había despertado mi curiosidad. Una verdadera obra de arte.

Destaco además los temas “Por”, “Cementerio Club”, “Bajan”, “Las habladurías del mundo”, “La sed verdadera”, “Superchería”, “A Starosta, el idiota”. 

Otro disco que llamó mucho mí atención fue “Jardín de los presentes” de Invisible, grupo con el cual el flaco incursionó aún más en el género jazz. Me gustaron todos los temas del álbum, sin embargo resalto cuatro temas claves: “Las golondrinas de la plaza de mayo”, “Perdonado”, “El anillo del capitán Beto” y “Los libros de la buena memoria”

La curiosidad por descubrir la poesía de este músico, me llevó a hacer un cuaderno con sus canciones. Traté de comprender lo que este extraño personaje quería transmitir a través su música. La “Canción para los días de la vida”, de su álbum “A 18 minutos del sol”, no la dejaba de leer y de descifrar lo que Spinetta quería decir, sobre todo cuando mencionaba a los  â€œGnomos de lata, que de noche nunca ríen”. Ojalá hubiera podido preguntarle algo, al fin creo habría descubierto el significado exacto de esa canción misteriosa.

Luis Alberto Spinetta fue un luchador, un revolucionario en la música pues hizo del rock un arma poética, una expresión de toda su evolución como persona, siempre fiel a sus convicciones y con gran libertad para crear lo que sus sentimientos e imaginación le dictaban. Sin venderse a los medios y grandes empresarios de la música para alcanzar reconocimiento y popularidad. Y a pesar de tener un enorme talento desde joven, recién fue conocido por multitudes al presentarse en el famoso unplugged grabado en los estudios de la MTV, en Miami, en el año 1997.  

“La soledad es un amigo que no está, es su palabra que no ha de llegar igual. Es que sus sueños son luces en torno a ti, tú te das cuenta que él ya nunca ha de morir, nunca ha de morir.” Adiós Luis.

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