Guillermo nos recibe en su departamento en el cuarto piso de un condominio en el centro de Chiclayo, el lugar está ambientado con algunos de sus cuadros, algunos trols y una escultura de LED sobre una mesa de centro. Guillermo acaba de dejar una obra que avanzaba para atender nuestras preguntas.

Cuando las personas admiran el arte pueden concluir en diversas interpretaciones, fijarse en ciertos símbolos, ¿cuáles son los mensajes que quieres transmitir con tu pintura?

En realidad para mí el pintor transmite un mensaje muy personal. Que la gente se sienta identificada con ese lenguaje que transmites es genial, pero mayormente creo que son lenguajes muy íntimos. Es muy difícil encontrar el equilibrio entre lo que tú haces, entre lo que tú pintas y lo que le guste a la gente. Es muy difícil.

¿Crees que el público chiclayano sabe interpretar tus cuadros, qué es lo que te comentan?

Estoy trabajando para una galería de arte y no tengo tanto contacto con el público, salvo como cuando se hace alguna individual. Sobre todo en Internet la mayoría de gente que aprecia este tipo de cuadros es extranjera, eso es lo extraño, y están más inmiscuidos en nuestra cultura que nosotros e incluso manejan más los códigos de iconografía. Acá falta adentrarnos más en lo nuestro, en lo precolombino. Eso es lo triste.

¿Entonces crees que no tienes mercado acá?

Yo ya me hice un mercado en Lima, para mí es mucho más fácil llevar un presupuesto mensual gracias a mi relación con Lima. Exponer acá puede ser por un evento benéfico. No me he puesto a pensar en Chiclayo como un mercado. He vendido cuadros acá, pero a personas muy puntuales.

¿Podrías decir que vives de tu arte?

Yo estoy viviendo de mi pintura desde el 2000, o sea que estoy tranquilo con eso. Heroicamente sobreviviendo, a veces, pero me puedo dar el lujo de decir que vivo de mi pintura. No recuerdo exactamente cuántos trabajos he vendido, pero la galería ha vendido todo lo que le he enviado. Serán más de 50 cuadros. En la galería salen a 5 mil dólares cada uno.

¿Con cuál galería trabajas?

Trabajo solamente con la galería Moll (en Miraflores, Lima). Tengo pedidos de algunas personas, pero el único sitio donde están mis cuadros es en esta galería, y con ella me basta y sobra. Debido al tiempo y técnica que utilizo en un cuadro no puedo casi armar una exposición.

¿Quiénes son los artistas que te han influenciado?

Los artistas que siempre me han gustado son los clásicos. Casi no tengo un referente contemporáneo, salvo Gustav Klimt. Entre los clásicos me gusta Rembrandt, me gusta Tiziano, me gusta Goya en algunos aspectos de su pintura.

En una conversación anterior has mencionado el talento del joven chiclayano Rubén Saavedra, ¿Qué es lo que más valoras de su obra?

Desde que vi su pintura me llamó la atención. Por una amiga lo conocí, llegó a mi casa, conversamos y lo tuve como ayudante en trabajos que hacíamos, fue absorbiendo en cierta manera y yo en ningún momento le dije pinta así, no. No me gusta ser un referente tan directo. Él es un pintor nato. Lo coloqué en Lima y un coleccionista que me compra cuadros ya le está comprando a él. Lo animé a estudiar en la escuela de Trujillo y ese chiquillo va a ser el pintor de acá, no solo de Chiclayo sino algo nacional, es una fuerza natural que viene. Ese pata sale rápido del Perú.

Volvemos a tu trabajo, ¿cuánto han influenciado el San Pedro o el Ayahuasca en tu obra?

Las plantas sagradas las comencé a tomar más que todo por una búsqueda personal, después de mi pintura ya cuajada, pero han influenciado desde que las consumo hace tres o cuatro años. Lo que me llamaba la atención es que las imágenes de mi pintura ya representaban esas visiones incluso antes de tomar las plantas maestras. Conozco a muchos maestros a través de mi pintura. Unos maestros que llegaron desde Huaringas vieron mis pinturas en un hotel, ellos ya habían visto esas imágenes en sus visiones, y yo en ese tiempo era neófito en las plantas.

Pero ahora tus cuadros están más marcados por ellas...

Claro, ahora hay una empatía más certera porque ya se ha asentado la visión de la planta con lo que yo tenía como un recuerdo antiguo quizá.

¿Y qué te impulsó a buscar las plantas?

Porque mi padre muere de una forma trágica y toda la gente comenzó a decir que había sido una brujería, un daño hecho por terceros. Y mi búsqueda más que todo era una venganza, buscar la planta para vengarme de estas personas y luego que probé me di cuenta que la planta no es venganza, es sanación. Yo quería buscar el rostro del personaje, llegué a ver sus piernas en una visión, pero después la enseñanza que me dio la planta fue más sublime que una cosa tan rastrera como es vengarse de una persona.

MARESANTOS

Ahora vamos a hablar de tu participación como integrante de la banda Maresantos, tú eres el vocalista, tú compones, tú congregas a los miembros de la banda a los ensayos a través de las redes, ¿no es exagerado pensar que eres la pieza fundamental de la banda?

No necesariamente, podría ser la pieza más visible, pero sin ellos no funciono tampoco. Es un mecanismo muy aceitadito, cuando la máquina comienza a funcionar hasta el mínimo integrante aporta y se fusiona a ese engranaje, eso es lo increíble de la banda, todos aportan de alguna u otra manera para construir una canción.

Los comparan con Héroes del silencio, ¿cuánto ha influenciado esta banda en ustedes? ¿Nacieron como una imitación?

Para mí las primeras canciones de Mares son full Héroes, pero no como imitación, quizás la influencia era demasiado fuerte. En ese tiempo yo venía de Trujillo, de esta nota de los subtes, de la música underground, se escuchaba mucho a Héroes. Quieras o no yo pintaba escuchando Héroes del silencio o Caifanes, y quieras o no eso se impregna, es así como en la pintura si tienes a un referente muy fuerte se va a notar. Sobre todo en el primer disco es héroes total, hay unas canciones que son muy Héroes, pero ya luego comenzamos a soltarnos un poco y a fluir.

¿Y por qué solo se quedan con un disco cuando ya se proyectaban como una banda de alcance nacional?

Por la misma desidia de nosotros, había propuestas de tocar en Lima, de firmar por la Sony, de hacer audiciones, pero no nos la creíamos nunca en realidad. “Vamos después”, decíamos y tú sabes que si no estás en el momento no te van a esperar. No fuimos, dejamos pasar tocadas en Lima y pasó el tiempo.

¿Cuáles han sido los momentos más memorables de la banda?

Los momentos memorables de la banda no siempre son los que todo el mundo ve. A ves más gozas sacando una canción, la magia de sacar una canción de la nada, entre tus patas, a tocar frente a más de dos mil personas, como aquella vez que tocamos en la Feria del Hogar, que más que todo fue un ejercicio de asentar la banda. En realidad a mí no me gusta tanto tocar en vivo, es una cosa más introspectiva la banda, para mí, pero si tienes banda tienes tocar en vivo.

Tocaron hace poco en el tributo a Dolores Delirio en Trujillo, ¿qué viene después?, ¿o es algo efímero nada más?

La propuesta de tocar con Dolores viene a coronar una especie de avalancha interna que teníamos para sacar la banda adelante, volver a ensayar, sucedían problemas, se iba el guitarrista a trabajar a Lima, pasaban una u otra cosa ajena, pero la gente estaba con la disposición de tocar. Esperemos que esta vez sea duradera, la disciplina sobre todo para ver si tocamos más seguido y grabar el disco siguiente, las canciones están ahí, pero no las hemos grabado.

EL ARTISTA Y LA SOCIEDAD

Ahora hablemos de la relación del artista con los problemas que se presentan en su sociedad. Tú hace unos meses apoyaste a Chiclayo Protesta, una manifestación ciudadana y artística por la lamentable condición de la ciudad, ¿entonces crees que el artista debe estar comprometido con su sociedad y no dedicarse exclusivamente a la creación de su obra?

Bueno, yo antes estaba más que todo dentro de mi coraza, no me importaba lo que pasaba afuera mientras yo tuviera un mercado para mi pintura, pero ahora, cuando uno crece, envejece, te vuelves un poco más sincero contigo mismo, tienes que mirar alrededor también, cuando tienes sobre todo una familia, una hija, tienes que ver un sitio mejor para ellos. Y si puedes aportar de alguna u otra manera a cambiar en algo el caos pues se hace. Si hay una forma de ayudar con tu pintura, con tu arte con tu expresión a que cambie en algo esto, pues debemos estar allí. Al menos con los alumnos que tengo a cargo les trato de inculcar el respeto al medio ambiente, cuando vamos a las huacas recogemos las botellas de los que hacen campamentos, silenciosamente, lentamente, pero algo es.

En otra ocasión hemos conversado de este aumento en la ciudad de colectivos culturales, de artistas, de gestores, ¿crees que las autoridades locales, vinculadas a la cultura, están haciendo lo suficiente para apoyar a esta movida?

Nunca he visto un compromiso de las autoridades con la cultura, salvo alguna que otra gente que heroicamente organiza exposiciones, pero una cosa directa y contundente no hay para nada, para nada, estamos totalmente huérfanos de eso. Se quiere hacer, Carlos Mendoza trató de hacerlo en el ex INC, se avanzó bastante en realidad. Hay que hacer más activos, no necesariamente hacer una exposición por llenar una agenda. El arte, la pintura, necesita comunicación con el público.

Más Datos

Guillermo Chávez (Chiclayo, 1972) estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes Macedonio de la Torre de Trujillo y egresó con medalla de oro.  Obtuvo el primer premio del Salón Regional de Trujillo (1998) con la obra “Hermanos del clavel” que aparece detrás de Guillermo en nuestra portada.

Sus cuadros han sido comprados por amantes del arte de Estados Unidos, España, Tailandia, entre otros países. Ha expuesto en la Galería 2vs, (2000), en el Museo Pedro de Osma y actualmente sólo expone en la Galería Moll de Lima. Maresantos se formó en 1999 y grabó su primer y único disco en 2002: Mal signo.

Foto: Olga Elizabeth Escurra