Es uno de los mejores guitarristas de Chiclayo, sin lugar a dudas. Además de tocar covers de las más importantes bandas de rock clásico y deleitar al público cada fin de semana en Mr Rock, Martín Reyna (Chachapoyas, 1970) actualmente prepara un disco con ocho temas instrumentales de su propia cosecha. Lee en esta entrevista algo más de uno de los personajes del ambiente nocturno y musical de la ciudad.

¿A los cuántos años llegaste a Chiclayo?

Yo vine la primera vez cuando tenía tres años, pero vine acá definitivamente en 1979, a los nueve años.

Los setenta fue una buena época. Dime, ¿de niño ya pensabas en ser músico?

Primero estuve bien metido de chibolo en las artes plásticas, dibujaba bastante, incluso pensé que me iba a dedicar a eso y bueno fue lo que me llevó luego a postular a arquitectura y hacer otras cosas relacionadas con lo artístico. Aunque lo dejé.

Pero no otras artes, sé que vienes de una familia de artistas…

Sí, mi familia por parte de mi abuela materna. Al principio no había nada de música, pero sí me cuentan y recuerdo que de chiquito siempre me gustaba lo rítmico y, bueno, siempre estaba por ahí colgada la guitarra en la casa de mi abuelo. Mi abuelo fue una gran influencia, él era ebanista y hacia algunos instrumentos.

¿Hacía guitarras?

Sí, pero más como un asunto experimental; él no era netamente un lutier. Hacía guitarras porque por ahí le sobraba madera y decía “a ver vamos a hacer una guitarra”. A mí me hizo una guitarra chiquita, pero no sabía tocarla. Ya cuando tengo 11 (antes yo quería tocar teclado) tuve un tío que me enseñó, pero a esa edad estaba enfocadísimo en ser concertista de guitarra clásica, eso era lo que quería y sí sé algunas piezas.

¿Y a los cuántos años comenzaste a enfocarte en el rock?

A los 16, justo en mi época llegó todo ese movimiento del rock en español: los Enanos, Soda y todo lo que es rock hispano (hasta esa época todo era rock en inglés).Y nos metimos un poco a eso  a pesar de que algunos teníamos mucha influencia metal.

¿Entonces comenzaste a tener bandas a los 16?

Diría que desde los 15, pero cuento desde los 16, 17 porque desde allí comencé a tocar en escenarios. De allí para arriba todas las tocadas que hemos tenido han sido con paga, comencé a tomarlo como un trabajo. Desde ahí nunca más he parado de tocar, ni he tenido vacaciones.

¿Y aquí en Chiclayo cuáles fueron los primeros lugares donde comenzaron las tocadas?

Ya, vamos a remontarnos al año 1986, los dos únicos locales donde se podía tocar era el “Misti” (donde ahora está el edificio de La República). Era un local hecho de esteras, una locura, y era el único local, no era amplio, que apostaba por presentarnos, que contaba con un podio y llegaba gente de los alrededores.  El otro era “Huerto de mi amada”, una peña que también presentaba ese tipo de música. Eso era lo único que había en la época; y lo más jodido era que no había instrumentos de calidad.

Me comentaron que Salvador Velezmoro era el único que podía alquilar equipos.

Sí, él único que alquilaba instrumentos era Salvador Velezmoro. A Salvador me lo presentaron mis amigos “Los Incógnitas”. Por entonces no había ni cuerdas para las guitarras eléctricas, solo unas cuerdas horribles en la única tienda de música que quedaba frente al Parque Principal. Salvador era un buen tipo, recuerdo cuando me dijo “Vas escuchar cómo son los instrumentos eléctricos”. Él era una persona que veía tu entusiasmo, te alquilaba y lo dejaba en tu casa, te decía “tanto por hora” y tú luego estabas, “ya va a venir” y al final ya te lo dejaba todo el fin de semana, tres días, y tú no querías cansarte para seguir y seguir. También recuerdo que en ese entonces aprovechaba que nuestro cantante integraba Grupo 5 y nos daba acceso para ensayar un par de veces con sus equipos. Luego mi amigo pasó a tocar a una banda de Ferreñafe y nos íbamos hasta un pueblo joven de allá, no recuerdo el nombre, solamente para poder tocar con todo el equipo.

Cuéntame un poco como fue tu evolución, de rock argentino (los Enanos) a tocar no sé… Hendrix. Es una distancia bastante amplia.

Claro, te explico, hay una cosa que es la tendencia de aquel entonces como banda, ¿no? y yo como parte de esta. Otra soy yo y mi propio desarrollo musical, desde los 11 años hasta los 14 estaba muy enfocado en la disciplina clásica (es una música complicada), y pasar al rock con eso es tener ya un fundamento bastante fuerte. Además, a la par de que tocaba rock, también escuchaba música clásica y rock clásico.

Además de escuchar música y rock clásico, ¿aprendías con libros, revistas?

Sí, libros, revistas. A finales de los 80, principios de los 90, comencé a comprar revistas: Guitar Player y Guitar World, que eran revistas en inglés. Recuerdo que había una tienda frente a Cuglievan donde vendían sólo libros especializados y esas cosas, y ahí traían muchas revistas aunque era caras para la época, pero igual trataba de leer lo que vendían allí.

Y ahora, a parte de Time Machine, tu banda de covers con años de trayectoria, también estás trabajando en proyectos más personales.

Ahora, a parte de la música que ya tengo, tengo un proyecto que es instrumental el cual se puede escuchar algunos temas en youtube en el programa “Desconectados”. También  tengo el proyecto Time Machine y desde hace seis meses a Atomic Blues Boys.

Los Atomic son una onda más acústica.

Claro va más por esa parte, siempre me ha gustado el blues con guitarra acústica con cuerdas de metal, que es muy diferente a lo tradicional, y tratar de incorporar otras técnicas del rock acústico, técnicas de slide, tocar armónica y no necesariamente utilizar batería sino otros instrumentos como el cajón.

Y sé que también preparas un disco como Martín Reyna.

Claro, ya estamos a puertas. Son temas que he tenido toda la vida pero que he estado constantemente depurándolos y básicamente será un proyecto instrumental. Aunque pretendo sacar temas cantados, por ahora solo tengo programados los temas instrumentales.

Me encantará escuchar ese material. Es curioso, al escucharte hablar de tus influencias y tus inicios recordé conversaciones con gente de mi generación y muchos te mencionan como una de sus influencias para empezar a tocar.

Bueno, me siento muy halagado por eso, es que ya estoy bastante viejito. En realidad es una alegría haber ayudado en algo a ellos. Desde el día que dejé la carrera, lo importante para mí ha sido mantenerme, a veces agarrándome del último palo que queda a flote, porque no ha sido ni aún es sólida la escena musical, aunque ahora siento que ya se está dando una movida auténtica, están apareciendo grupos de música propia, ahorita lo que se da es que hay una intención de escuchar música original.

Y ahora se les está dando oportunidad a los grupos de música propia.

Por así decirlo, y eso es a lo que se debería apuntar.

Eso es a lo que apuntas.

Claro, de que se comience a promocionar a bandas locales y que no solo les ofrezcan promocionarlos, porque sería regresar a las malas costumbres de los 80. Te ponen la palestra, te ponen el escenario, pero no te pagan. Ya hay la intención de tener música propia, pero te dan lo mínimo, te dan solo para tus pasajes y ya, y eso no es tampoco. Sería bacán que hubieran festivales en los que se gane algo. Lo lamentable es que se valora al músico por el tiempo que toca y no por la calidad, por lo original, lo auténtico, por lo único que pueden ser.

Foto: Fernando Roggero