Política

El sueño postergado de Yehude Simon

Durante los últimos años, Yehude Simon  —líder del Partido Humanista, ex presidente regional de Lambayeque y ex primer ministro— reiteró su deseo de convertirse en presidente del Perú. Pero a menos de seis meses de las elecciones declinó y se unió a la alianza que postuló a PPK. ¿Por qué postergó su sueño?

  |   Gerardo Carrillo   |   Mayo 22, 2011


En los últimos años Yehude Simon anunció su deseo de ser presidente del Perú y hoy es sólo un congresista. 


Yehude Simon sobrevivió a la valla electoral con el símbolo de la Alianza por el Gran Cambio, un símbolo que no incluye el logo del partido que él fundó y que es parte del consenso: el Partido Humanista Peruano. El mismo Yehude se ha encargado de borrar la imagen de los humanistas de las tarjetas de votación. ¿Alguien se acuerda de su logo a estas alturas?


¿Pero por qué su sueño no se realizó? Definitivamente porque Yehude Simon no ha sido capaz de consolidar la imagen del Partido Humanista ni siquiera en Lambayeque, menos lo haría en todo el Perú. No fue capaz, a través de sus comités y bases, de captar y fidelizar los suficientes electores para que el PHP —con Marco Cardozo como candidato—  no pierda las elecciones regionales de 2010, en una región donde comprobadamente él sí goza de simpatía, y que fue la que lo reivindicó políticamente al elegirlo presidente en 2002 y reelegirlo en 2006. Y hace unos días elegirlo congresista de la república.

El sueño presidencial quizás se hubiera realizado si no aceptaba la propuesta de ser el primer ministro del presidente García en octubre de 2008 (su gestión duró solo nueves meses). Hubiera gobernado como presidente regional hasta antes de las elecciones de noviembre pasado, y postulado a la presidencia de la república con dos buenos gobiernos bajo el brazo. Pero Yehude aceptó ser el primer ministro del ególatra y calculador Alan García. Y abandonó Lambayeque en su mejor momento porque, según confesó a El Comercio el 9 de enero pasado, "el presidente me dijo: por favor, ayúdame".

Como ya fuimos testigos, Alan ganó al aliado del momento, a un personaje con buena aceptación en su pueblo, entrevistado regularmente por los medios nacionales, con una imagen política ascendente, y al que solo dejaría cuando debiera apagar un gran incendio. Por su parte, Yehude creyó que con su nuevo cargo ganaba la presencia nacional que requería para tentar, más adelante, la presidencia del país (cuando asumió el puesto de primer ministro reafirmó su deseo de suceder a García).



Salvo una verdadera desgracia lo haría salir del ministerio con tarjeta roja. Y eso fue el fatal e inesperado `Baguazo´. La tragedia lo alcanzó políticamente el 5 de junio de 2009. Fue acusado por la oposición de no evitar el enfrentamiento entre policías e indígenas que dejó 34 muertos. Mercedes Cabanillas, ministra del interior, y Mercedes Araoz, ministra que promovía los acuerdos comerciales rechazados por las comunidades indígenas,  también fueron señaladas como responsables. Yehude se defendió diciendo que el presidente García y todos los que participaron en el conflicto social fueron los responsables. "Todos fuimos responsables", repetía.

Pero la oposición pedía una cabeza. Y la que rodó fue una con mucha barba. Un mes después del suceso, luego de la derogatoria de los decretos que generaron la violencia, Yehude Simon se vio obligado a renunciar al cargo. Esta mancha fue la que empezó a convertir el sueño en una realidad de pesadilla.

A pesar de esto, Yehude dejó abierta la posibilidad de una alianza con el Apra para postular a la presidencia de la República. En algún momento incluso fue voceado para ser el candidato aprista. Definitivamente, la búsqueda de alianzas demostraba que el `Baguazo´ había debilitado sus fuerzas para postular a la presidencia solo con su partido (ya sabemos que en el Perú las alianzas terminan en transfugismo y separaciones).

Con alianza o sin alianzas, Yehude Simon igual quería ser presidente del Perú. Lambayeque ya no le era suficiente, estaba claro, y por eso decide no postular en las elecciones regionales de noviembre pasado. Su mirada estaba puesta en la presidencia de la República. Fue entonces que el PHP postula a Cardozo para la presidencia en Lambayeque y no gana, con lo que se confirmó que el partido no está posicionado en la región. Está posicionado Yehude, mas no otro miembro del partido (es el único representante humanista que estará en el Congreso desde julio, nadie más).

La falta de consolidación del PHP provocó que ahora Lambayeque esté en manos del discutido Humberto Acuña Peralta, conocido sobre todas las cosas por ser el hermano de César Acuña Peralta, alcalde de Trujillo y dueño en Lambayeque de las universidades César Vallejo y Señor de Sipán.  No fueron capaces de ganarle a un candidato que durante la campaña mostró falta de profundidad sobre los principales problemas de la región, que ganó la presidencia  --prácticamente-- gracias a la fama y al dinero de su poderoso hermano.

Yehude Simon, luego de la derrota humanista en las elecciones regionales, busca aliarse a otros partidos y así tener mayores posibilidades de acceder a la presidencia del país. De esta búsqueda nace la Alianza por el Gran Cambio, pero muere su sueño de ser presidente, a pesar de que en reiteradas veces reafirmó su deseo de ser él quien asuma el máximo cargo (así se aliara a otros partidos). Pero PPK lo convenció y Yehude tuvo que postergar su sueño presidencial para 2016. Entonces se voceó que ocuparía una de las vicepresidencias y no pasó nada. Para la primera vicepresidencia, tampoco. Para la segunda, menos. Para un ministerio, quizás más adelante.

"Yo no haré cuestión de estado por ese tipo de cosas y trabajaré desde la posición o la trinchera que me corresponda", declaró el 29 de noviembre pasado a La República, ante el anuncio de otras opciones para conformar la plancha presidencial que encabezó PPK.

Esa trinchera es el devaluado Congreso al cual hoy pertenece. Después de ser presidente regional de Lambayeque en dos oportunidades, de ser considerado por distintas instituciones como el mejor presidente regional, de ser primer ministro (con final doloroso), de ser visto por los medios periodísticos y la opinión pública como un político presidenciable, de gritar durante años su deseo de ser presidente del Perú (para eso dejaste la presidencia regional, ¿recuerdas?), Yehude Simon ocupa hoy un cargo que no estuvo en sus planes en los últimos años. Un cargo que lo devuelve a su trinchera de principios de los años noventa. Un cargo para que la valla no lo haga desaparecer. Un cargo consuelo, en definitiva.

Y esto no lo convierte en un estratega, en un político con metas definidas, en el líder de un equipo preparado para posicionar al Partido Humanista en el resto del Perú. Por lo tanto, aún no lo suficientemente preparado para dirigir el destino de nuestro emergente país.

Quizás por eso se rindió ante las 25 propuestas de PPK.

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