PolÃtica
Repensemos cómo salvar al Perú
CONCIENCIA CRÃTICA | Miguel Ãngel Huamán | Enero 29, 2025
La respuesta está frente a nuestros ojos y acaba de suceder. Rechacemos a los que están dispuestos a aprobar leyes y disposiciones injustas que favorecen a las mafias. No merecen continuar en el poder quienes por un servicio sexual de una prostituta aprueban depredar los árboles de nuestra selva y tantas otras medidas absurdas parecidas. ¿Cómo llegamos a esta situación? Lo advierte el dicho popular: “Dios los crea y ellos se juntanâ€. Es decir, siempre han existido en toda sociedad personas codiciosas, ociosas y egoÃstas que desde su ignorancia aspiran a privilegios sin méritos. Sucede en estos tiempos que el control colectivo de los improvisados y arribistas, que antes las instituciones y entidades respectivas del Estado y privadas ejercÃan, ha sido sustituido por una alianza de grupos de ignorantes. Ha sido gracias a la comunicación multimedia que corruptos y delincuentes han cooperado entre sà para usurpar el poder legÃtimo del gobierno y someter toda actividad social particular y estatal a sus intereses.
Como atinadamente precisa Yuval Harari, en su reciente libro Nexus (2024), “el poder siempre surge de la cooperación entre un gran número de personas†y “la ignorancia es fuerza†cuando la psicologÃa individual imperfecta abusa de la información de que dispone inmerecidamente. Estas decisiones conducen inevitablemente al despilfarro y a la crisis si se obvia el esfuerzo, el conocimiento y el respeto al aporte colaborativo de los demás. Con otras palabras: la propia fuerza de la información en la revolución informática y digital en curso, que los ha encumbrado y enceguecido de corrupción, es la misma que los puede expectorar y derrotar. Eso será posible solo si abandonamos una idea ingenua del uso de las redes y transitamos hacia su empleo constructivo, consciente y responsable. Para evitar dicha distorsión, tenemos que reorientar la comunicación multimedia para una acción comunicativa sabia y eficiente en términos cooperativos, solidarios y comunitarios para defender lo democrático y meritorio.
La idea ingenua de la información cree que esta soluciona todos los problemas, pero también que los nuevos dilemas que surgirán con información adicional o nueva serán solucionados. El error capital de esta idea de sentido común radica en olvidar que en sà mismo todo conocimiento no siempre nos libera y facilita la vida, sino que también nos puede esclavizar y conducir a una profunda crisis e incluso la muerte. El componente esencial para el uso adecuado del saber consiste en los valores que deben guiar la investigación, el acopio de datos y los descubrimientos cientÃficos. Por ejemplo, el disponer de números de celulares, tarjetas de crédito e información particular de los profesionales de nuestro barrio puede ser útil para salvar la vida de personas en caso de emergencias de salud o catástrofe climática, pero en manos de extorsionadores y piratas de internet, conduce a delitos, crÃmenes y hasta decesos. No confundamos acceso a información con sabidurÃa. En palabras de Harari: acceder a información en detalle y descubrir verdades importantes “no garantiza que usemos sabiamente las capacidades resultantes. Por lo general, se entiende que sabidurÃa significa tomar decisiones correctas, pero el significado de correcta depende de juicios de valor que difieren entre personas, cultas e ideologÃasâ€.
El reciente caso del Club Universitario de Deportes se muestra aleccionador respecto al poder de las redes sociales para reorientar la comunicación multimedia hacia una acción comunicativa sabia y eficiente, que defienda valores como la honestidad, la solidaridad y evite atropellos o actos corruptos. Las redes sociales de los hinchas y adherentes al equipo de Lima y todo el paÃs se manifestaron y movilizaron por miles para evitar que el administrador del equipo, un destacado y conocido exfutbolista crema, fuera removido por la Sunat. Dado el éxito económico y deportivo logrado por su gestión la intención de su remoción tenÃa una clara voluntad dolosa de injusticia y arbitrariedad del poder polÃtico, que precisamente se ha extendido como una lacra por todo el paÃs. Como señalaron las mismas redes de hinchas, que defendieron a la U e hicieron retroceder a la burocracia delincuente, ahora nos toca defender al PER, es decir al Perú que la antecede. Una lección polÃtica del empleo de la conexión digital y virtual contra decisiones encubierta tras las acciones oscuras amparadas en la tecnologÃa del poder. Las tecnologÃas informáticas y digitales están modificando todas las actividades sociales, en especial las actividades de aprendizaje y conocimiento, la educación, y también modifica las prácticas polÃticas, la solidaridad y la defensa de los derechos.
A diferencia de otras tecnologÃas anteriores en la historia, la Inteligencia Artificial (IA) puede encontrar nueva información y generar ideas por sà misma. Mientras que anteriores inventos, como la rueda, los cuchillos, los motores y las bombas no pueden decidir sobre su aplicación y uso, nos enfrentamos a un procesamiento de información que por sà solo puede tomar decisiones para sustituir a los seres humanos. Incluso logra descubrimientos cientÃficos y crea códigos genéticos de nuevas formas de vida aún no descubiertas. Asà mismo, como tiene capacidad de conceder hipotecas y préstamos, imponer sanciones y aplicar normas establecidas, compone sinfonÃas y produce innovaciones al combinar las artes. Toda esa potencialidad puede alterar el curso no solo de la historia, sino de nuestra evolución humana. El verdadero riesgo consiste en considerarla una herramienta cuando en realidad se constituye en un agente que desconocemos hasta dónde pueda conducirnos.
Al respecto Harari es contundente cuando advierte que asumir una visión exageradamente ingenua y optimista sobre las redes de información conduce a una grave inestabilidad: “La información no es verdad. Su tarea principal consiste en conectar y no representar, y a lo largo de la historia ha sido habitual que las redes de información privilegiaran el orden sobre la verdad; es decir, la continuidad del status quo sobre nuevas formas de vida y de acción. Registros arbitrarios, tributarios, libros sagrados, manifiestos polÃticos y archivos polÃticos y de la policÃa, de la ciencia, de los médicos pueden ser muy eficaces en la creación de poderosos Estados e iglesias y también fortunas con una visión distorsionada del mundo y propensos a caer en abusos de poder. Irónicamente, a veces más información puede derivar en más cazas de brujas, represión, autoritarismosâ€. Esa es precisamente la situación actual en el Perú, debido a que diversos grupos de operadores traidores de las justas reivindicaciones de la mayorÃa pauperizada y marginada, desde una prédica populista de izquierda y de derecha, con el apoyo concertado de los medios de desinformación y las cúpulas burocráticas corruptas asaltaron el Estado y sus órganos de gobierno para imponer una gestión donde campea la corrupción, la injusticia y la delincuencia de cuello y corbata, asà como la impunidad.
Actualmente, numerosas redes de información favorecen el orden injusto y la depredación de los recursos sobre la verdad de leyes y principios. Los seres humanos individuales tendemos a desarrollar un genuino interés por la verdad más que por el poder, porque solo el compartir solidaria y cooperativamente nuestros esfuerzos guÃa el desarrollo de los pueblos y la humanidad. Si el poder fuera la única realidad, la violencia serÃa la única manera de resolver conflictos. Recuperemos el uso del diálogo, la conversación y el respeto a la verdad que es la única vÃa para resolver pacÃficamente los conflictos. Esta idea nos exige fijar los mecanismos de autocorrección de los algoritmos, esquemas y fórmulas de la Inteligencia Artificial (IA) y ordenadores. Estos al carecer de corporalidad no tienen conciencia de los lÃmites que impiden el asumir decisiones peligrosas, asimismo sus criterios de verdad y falsedad les impide establecer el valor de la aplicación de sus objetivos al no distinguir entre lo bueno o válido y lo malo y perjudicial para la humanidad. Finalmente, la información almacenada solo posibilita su repetición o una nueva configuración, pero son incapaces de lograr innovaciones creativas frente a los problemas que surgen de la imaginación y el pensamiento crÃtico.
Bajo el imperio de la cultura del espectáculo y la sociedad de los simulacros, la mayorÃa vive encandilada y atrapada por sus pantallas, encerrada en su culto a la imagen, aislada en su yo al perder la comunidad de la familia, la vecindad, los compañeros de trabajo, los viajeros del transporte cotidiano. El secreto de la hegemonÃa del ser humano como especie en el planeta responde a su esencia solidaria, cooperativa y comunitaria. Millones confÃan en sus celulares y carecen de la interacción básica de antes; es decir, de los amigos y compañeros de cuitas comunes. “En las redes sociales, la función de los amigos es ante todo realizar el narcisismo al prestar atención, como consumidores, al ego exhibido como mercancÃaâ€, ha precisado atinadamente el filósofo surcoreano Byung Chul Han.
En los próximos cinco años, si no hacemos un uso crÃtico, una participación colectiva y rigurosa, dialógica de las redes sociales, veremos un desorden radical creciente aún más, como si atravesáramos un túnel del tiempo hacia un pasado de luchas y conflictos fratricidas grandes como nunca. La historia pasada del oportunismo de las élites geopolÃticas se repite cada treinta o cuarenta años: la inflación conduce a la guerra y este crecimiento de la deuda a la impresión de dinero que induce al surgimiento de otra potencia económica emergente que aspira a su predominio. Además, la contaminación ambiental trae grandes sequÃas, inundaciones, pandemias y catástrofes geográficas (erupciones, sismos, tsunamis, etc.), que no sabemos si tienen como origen esencial el modo de vida depredador, consumista que estamos perpetuando. Tenemos nuevamente una amplia brecha entre poquÃsimos que tienen muchÃsimo y muchÃsimos que no tienen nada. Por lo tanto, tenemos que pensar una manera diferente, como estamos pensando una manera distinta de hacer la economÃa, de hacer la educación, la medicina. También, de participación polÃtica, de la democracia que se abre a partir de las redes y el uso crÃtico de las tecnologÃas de la comunicación. En ese punto, veremos más adelante qué alternativas hay que proponer.
Ilustración: Giovanni Tazza
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