Política

Asoman candidatos… ¿asoman nuevos errores?


Sin terno y corbata   |   Tony Bazán   |   Septiembre 24, 2013


No es mi deseo, pero sospecho que nos volveremos a equivocar cuando en los próximos comicios debamos elegir a nuestros nuevos gobernantes. Y si bien restan varios meses por delante, el asomo en los medios de prensa, de algunos precandidatos en Lambayeque, nos obliga –con la sutileza de un general enfadado– a estacionarnos y pensar qué puede pasar en el futuro.

Curiosamente, esta misma pregunta la hicimos en repetidas ocasiones en el pasado, esperanzados en que el presente sería otro, incluso mejor. Pero situados en el hoy, notamos que casi siempre fallamos, salvo menudas e imperceptibles excepciones.

Lo más probable, y lo escribo con confesa vergüenza, es que los peruanos la embarremos otra vez. Serán los mismos que eligieron a los malos de la película, los primeros en repudiarlos. “Que se vaya por ladrón. Es un corrupto. No hace nada, no lo queremos”, dirán algunos que, por apurados, sólo votaron, y no revisaron planes de gobierno.

Los que ahora se lamentan son los mismos que decidieron en la cola, y aquellos que sin dudarlo firmarán los padrones para promover las revocatorias en el segundo y tercer año de gobierno de alcaldes y presidentes regionales.

Quienes no votan por los candidatos, que a la larga son elegidos y se lucen por una mala gestión, se suman a la lista de acusadores y lanzan piedras, culpando a “la mayoría” de elegir mal. “Yo no voté por él, es culpa de los tontos que lo eligieron”, se excusan unos cuantos para hacer valer su derecho disfrazado de exigir un país, una región, una provincia y un distrito mejor.

Sin embargo, los cuestionamientos no siempre surgen de la ciudadanía crítica y apolítica, sino de los picones políticos que, escondidos en el silencio de la derrota, gritan y despotrican cuando las autoridades se equivocan, abusando de las licencias de la democracia, la misma que –irónicamente– es violentada a diario sin sentenciar a los responsables.

Ojalá y esta historia no se repita y le atinemos al mejor cuadro. Ojalá y el mejor cuadro cumpla con sus promesas, y no se excuse con el tiempo, argumentando que si no pueden realizar una buena gestión es porque su antecesor le heredó una administración colapsada, o que el gobierno nacional no transfiere recursos para ejecutar obras públicas y pagar deudas pendientes con sus trabajadores. Para evitar parches absurdos, lo que se necesita es capacidad de gestión.

Ojalá y la corrupción no se justifique, diciendo que en el aparato público existen corruptos que no pertenecen a la gestión vigente y bla, bla, bla.

El optimismo vendido por la traicionera esperanza hace que las expectativas teman presentarse nuevamente en sociedad. Es mejor arroparse bajo las mantas, o acampar bajo la mesa. Esa resignación también puede empujarnos a una mala elección. “Todos son iguales, los políticos son sucios”, podrían argüir algunos, con legítimo derecho, pues existen muchos antecedentes que los avalarían. Y como todos son iguales, entonces habría que votar por el “mal menor”, estrategia camuflada de los asesores políticos y con la que congenian no pocos. Aquel termina siendo un salvavidas de cemento, y lejos de ayudarnos, nos hunde.

No seamos ilusos. La campaña política no empezó ahora, con estos precandidatos en faena; inició desde hace mucho. La competencia arrancó un día después del primer día hábil de los gobiernos locales.

Tengamos claro, por favor, que el destino de nuestra región, provincia o distrito, en Lambayeque, depende exclusivamente de nosotros. Evaluemos el trabajo de nuestros actuales gobernantes, y después de analizarlo en solitario, o con la familia y amigos, sentenciar si merecen una nueva oportunidad para continuar gobernando, o condenarlos con el rechazo de nuestros votos, cuando en el 2014 oficialicen sus pretensiones reeleccionistas.

Y para quienes vuelven al ruedo, no darles luz verde por considerar que la insistencia es un mérito. Revisemos sus propuestas, y miremos de frente quién es el candidato. En el caso de ellos, no vale dejar pasar lo que hicieron en su pasado. Si fallaron años atrás, también importa, porque pueden volver a equivocarse, pero esta vez, con nosotros como víctimas de sus desatinos.

Los “nuevos” candidatos no se flagelen pensando que están en desventaja. Y a los electores, permítanse un tiempo de su jornada, al menos una hora al día, para leer los planes de gobierno, y llegar a las urnas, informados, ya no a ciegas.

 

Esta es sólo una introducción de lo que abordaremos, y desmenuzado, en “Sin terno y corbata”. Gracias a Locheros.com y a Gerardo Carrillo, por permitirme reencontrarme con los lectores.

 

Foto: Alberto Ortiz, Anselmo Lozano, Clemente Flores en una imagen que circuló hace unos días en las redes sociales, luego de la ceremonia del aniversario del distrito de La Victoria.

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