Renacer… es lo que está sucediendo ahora con este portal independiente, transgresor y movido por la consideración de buenos amigos y aliados de lo que parece imposible. Seres imperfectos e insatisfechos, víctimas de esas manchas que no significan consecuencias de la corrupción (NUNCA), sino de errores propios de seres libres, experimentales y cuestionadores… espíritus que han transitado entre caminos de perfeccionamientos fallidos en el caos de la reflexión pura y el desencuentro con la realidad, vacíos que a veces llevan a sabotear las purezas que una madre forjó.

Locheros vuelve de esa pelea consigo mismo, de esa gira aparentemente interminable de una banda de rock, de ese odiar por no ser más que reconocido, entrevistable, admirable, criticable, pero no sustentable. Vuelve para decir sin frenos la verdad que la autoridad amante de la coima detesta leer. Vuelve para poner las cosas en su sitio, empezando por su propia naturaleza arriesgada y, a veces, altanera.

Locheros regresa para ser ese medio periodístico que, desde el 18 de abril de 2011, ha sido el puente de reflexión, de crítica, de expresión artística, de conciencia ecológica, cultural, social y política. Renace para no solo intentar plasmar la belleza, la profundidad, la ética y la verdad en columnas, blogs o noticias, sino también para ser ese fuego que impulse la acción más allá del mundo virtual, la participación ciudadana en una manifestación que luche contra las injusticias y la corrupción, que les recuerde a las autoridades que aún sobrevive una parte de la población dispuesta a marchar para conservar el bien común.

Locheros nunca fue en esencia una página formal. Tuvo, tiene y tendrá excelentes colaboradores que pueden explicar un tema de política o negocios con una base sólida, debatible sí, pero jamás condicionada por intereses de algunos, como también describir, ilustrar o narrar los temblores de la piel y del alma a través de la luz del arte. Integrantes que muchas veces no comparten la posición del otro, pero que aprecian la hondura, el rigor y la sinceridad de sus palabras. Y aunque ahora el espacio audiovisual tendrá ese lugar que poco se desarrolló, son las ideas escritas la forma principal de su manifestación.

Locheros comienza hoy un renacimiento. Ha superado la curva del fracaso, ha resistido años sin vender su línea editorial, sin aceptar el auspicio de mafias o las tentaciones del poder. Ha permanecido en silencio, pero expectante… observando, escuchando, analizando. Y ahora, en compañía de conciencias críticas y especialistas de distintas ramas, siente que como la abeja que ha acumulado demasiada miel, necesita de manos (lectores) que se extiendan para intercambiar los frutos del saber.