En una de las elecciones más ajustadas en la historia del Perú, en la cual hasta seis candidatos tienen posibilidades de pasar a la segunda vuelta electoral, más de 25 millones de electores irán a las urnas a definir no solo la presencia de la derecha o de la izquierda en esta instancia decisiva, sino, sobre todo, a definir el destino de nuestro país manteniendo el mismo modelo económico o, para un sector de la población, un cambio que permita a todos nuestros compatriotas mejoras sustanciales y más justas en su nivel de vida. ¿Pero cuáles son esas condiciones que debe cumplir el candidato al que confíen su voto? Analicemos algunas:

Primero, perfil del candidato. Los electores deben considerar sus pergaminos académicos, su experiencia laboral, su trayectoria en la gestión pública, las investigaciones o procesos judiciales en las que han sido incluidos, la capacidad de liderar no solo sus empresas sino también los partidos que representan, la responsabilidad social que han demostrado personalmente y como líderes de organizaciones públicas o privadas, el cumplimiento con sus obligaciones tributarias, sus declaraciones en programas periodísticos, su forma de tratar a las personas, especialmente, a las que no están de acuerdo con sus ideas o propuestas.

Segundo, plan de gobierno. Los electores deben analizar si el plan realmente podría solucionar los principales problemas del país como la vacunación de todos los peruanos, el mejoramiento del sistema de salud, el desarrollo de la educación, la reducción de la pobreza, la generación de más empleos y adecuadas condiciones de trabajo, la formalización de las micro, pequeñas y medianas empresas que le sacan la vuelta al sistema económico, una verdadera igualdad y respeto de los derechos de las mujeres y otros grupos minoritarios, el cuidado del medio ambiente en la explotación de nuestros recursos naturales, la promoción de las artes y la cultura, la seguridad ciudadana ante el incremento de delincuentes extranjeros  y una eficaz lucha contra la corrupción y mafias de diversa índole.

Tercero, participación en los debates. Es muy probable que la mayoría de electores en el Perú no haya leído los planes de gobierno, si se considera la falta de predisposición a la lectura que aqueja a nuestra sociedad y las graves carencias en comprensión lectora. Por estos motivos, el análisis de la participación de los candidatos debe ser un aspecto determinante para votar por uno de ellos. El elector debe preguntarse: ¿domina su plan o necesita leer para poder comunicarlo, explicarlo y, finalmente, convencer?, ¿tendría capacidad de comunicarse eficazmente con sus ministros, con otros mandatarios y con la población salvaguardando el bien común?, ¿demostró capacidad para contraargumentar las propuestas de sus rivales?, ¿se mostró intolerante y agresivo al ser cuestionado por las metas que propone su plan de gobierno?, ¿demostró liderazgo, personalidad y no recurrió al insulto cuando se dirigió a sus contendores? 

Cuarto, ¿quiénes son sus vicepresidentes? Quizás esta condición para elegir a un presidente sea poca analizada, pero es muy importante. El elector debe recordar algunos casos emblemáticos en la relación de presidentes y vicepresidentes en gobiernos anteriores. Historias de peleas, alejamientos y traiciones. Allí están los conflictivos casos de Ollanta Humala y Omar Chehade, o el más reciente de Pedro Pablo Kuczynski, Martín Vizcarra y Mercedes Araoz. Por eso es fundamental analizar si los actuales candidatos presidenciales cuentan a su lado con profesionales que demuestran condiciones para reemplazarlo, que no han tenido intervenciones polémicas durante la campaña y han sido desacreditados por el candidato presidencial, como sucedió con Rafael López Aliaga y su primera vicepresidenta, o con Keiko Fujimori, quien prefirió que su hermana encabece su campaña en Lambayeque y no su primer vicepresidente. Ambos casos demuestran una pésima selección de su plancha presidencial y nula confianza en sus integrantes.

Mañana, al momento de votar, recuerden estos versos de Manuel Scorza y elijan bien quién de los candidatos puede resolver con justicia este grito:

 Mientras alguien padezca,
la rosa no podrá ser bella;
mientras alguien mire al pan con envidia,
el trigo no podrá dormir;
mientras llueva sobre el pecho de los mendigos,
mi corazón no sonreirá.

Foto: Exitosa.