Política

Chiclayo y sus mismos problemas

LA COLUMNA DEL DIRECTOR   |   Gerardo Carrillo   |   Abril 25, 2021

Estamos tan concentrados en las elecciones presidenciales que nuestra ciudad ha pasado a un segundo plano. El domingo pasado fue el aniversario 186 de la Capital de la Amistad y no se vivió como en otros años. La crisis que sufrimos por la pandemia y el incierto futuro de nuestro país nos tienen prisioneros entre reflexiones y ansiedades. Chiclayo está en segundo plano para sus autoridades desde hace varios lustros. Y, siendo sinceros, también para su población. Prueba de ello es haber elegido a alcaldes que terminaron presos. Ya van dos: Roberto Torres y David Cornejo. Probablemente, Marco Gasco, actual burgomaestre, al final de su gestión extienda otra vez su alfombra roja, pero esta vez para llegar al penal de Picsi. 

Este portal también cumplió el domingo pasado una década de difusión política y cultural de nuestra región, y aunque nació con la intención de ir contando la historia de una ciudad cada vez mejor, todo parece seguir igual… o peor, al menos en la mayoría de sus manifestaciones. Quizás el aspecto cultural, con el brillo de diversos personajes en la música, cine, escultura y poesía, sea el que más ha crecido. No obstante, es necesario detallar esa casi inmutable realidad en la que ha caído nuestra ciudad, sobre todo, si un nuevo presidente será elegido y cinco congresistas asumirán la representación en el Congreso desde el 28 de julio. ¿Y el cadáver? Mejor dicho, el alcalde… “ay siguió muriendo”. Repasemos brevemente esos problemas para ver si alguna autoridad hace algo:

De ser la tierra de Sipán, la Capital de la Amistad y de una gran tradición gastronómica, ya desde hace años somos la ciudad de la basura, problema que ningún alcalde podrá solucionar mientras los chiclayanos no cambien y no desarrollen conciencia ambiental. Y obvio, tampoco se solucionará sin la planificación y decisión de una autoridad competente y libre de corrupción, justamente la ausencia de esta última condición fue la causante de la cancelación del proyecto Chiclayo Limpio, el cual fue promovido por la cooperación suiza para construir una planta de tratamiento de residuos sólidos y un relleno sanitario.

Otro problema sin resolver es la inexistencia de drenaje pluvial y la ciudad lo sufre cada vez que las nubes lloran sobre (o por) nuestra realidad. Diferentes avenidas y calles acaban con agua empozada durante varios días. Los huecos de más pistas terminan como candidatos a cráteres al final de cada lluvia y, en algunos casos, se hunden. Las veredas también acaban deterioradas y tropezarse al caminar en Chiclayo es casi un deporte de aventura. ¿Y los desagües? Estos colapsan con o sin lluvias.

Los ambulantes representan otro problema constante y creciente. Extranjeros (casi todos venezolanos) o peruanos se han apoderado de más calles. Antes era común ver ambulantes en Balta, desde Vicente de la Vega hasta Manuel Suárez, ahora los ves ocupando algunas de las veredas de Balta desde la intersección con Bolognesi. La misma situación se repite en avenidas como Pedro Ruiz y, en menor grado, Luis Gonzáles. Ni hablar de los alrededores del Mercado Modelo o la Feria Balta, donde el descontrol, el caos y los contagios son una constante.

Con la llegada de más venezolanos a nuestra ciudad, la inseguridad ha aumentado, eso es indudable (claro que también hay gente de bien que trabaja honradamente). Según la Defensoría del Pueblo, Chiclayo tiene más de 80 puntos críticos donde existe mayor incidencia delictiva y la ciudad no cuenta con un sistema de videovigilancia (otra vez la corrupción compró cámaras que no servían y dejó a la ciudad sin una herramienta para combatir eficazmente a la delincuencia). 

Hace unas semanas, colapsó otro monumento histórico de Chiclayo: La capilla Santa Verónica, la cual fue construida en 1845 y representaba una de las pocas construcciones antiguas de la ciudad que soportaba el paso del tiempo y la desidia de nuestras autoridades. Como ella, también se desplomó en 2010 el frontis del colegio Labarthe, Patrimonio Monumental de la Nación, el cual fue construido hace 104 años y hasta hoy sigue en ruinas. También el Teatro 2 de mayo está en abandono y, aunque ha habido “conversaciones” entre diferentes alcaldes, exalcaldes, autoridades y exautoridades, su destino podría ser el mismo que los anteriores: desplomarse.

En definitiva, la lista de problemas de nuestra ciudad es extensa y la capacidad de las autoridades es muy poca.

 

Foto: Rodrigo Silva.

Compartir en

Facebook   Twitter   WhatsApp

395 Vistas    

Comentarios

0 comentarios

Déjanos un comentario

Visita mas contenido

Da clic Aquí para que revise otras publicaciones sobre Política