Política

Muerte: antes, durante y después de las elecciones

POLÍTICA DE MIÉRCOLES   |   Jorge Luis Vallejo Castello   |   Mayo 26, 2021

En la mañana del 24 de mayo nos enterábamos de un lamentable hecho ocurrido la noche anterior: el asesinato de 16 personas en el centro poblado de San Miguel del Ene, distrito de Vizcatán, provincia de Satipo, en Junín. El Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas señaló la responsabilidad de Sendero Luminoso, y se encontraron panfletos a través de los cuales el llamado “Militarizado Partido Comunista del Perú” se atribuye este execrable hecho. Fueron terroristas y todo el país debe condenar su crimen.

Su nefasto panfleto habla de “limpiar al VRAEM y el Perú de antros, de elementos de mal vivir, de parásitos y corruptos” (firmado el 10 de mayo), y el lugar de los asesinatos fue un bar. Recordamos del pasado los infames “juicios populares” de Sendero Luminoso, decidiendo como supuestos “voceros” del pueblo quién vive y quién muere.

La primera aparición de Sendero Luminoso fue el 17 de mayo de 1980 con la quema de ánforas y padrones en Chuschi (Ayacucho) durante el proceso de Elecciones Generales, ello como parte de su lucha contra la democracia tildada de “burguesa” y buscando la captura del Estado.

Lo cierto es que el terrorismo aún subsiste y ha escogido la zona de los valles de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro para atrincherarse, ligado ahora al narcotráfico. Lo que busca es tener un territorio liberado que les permita continuar con sus actividades ilícitas, y proseguir con su insania ideológica totalitaria.

No obstante, los actuales candidatos presidenciales condenaron el ataque, pero una vez más las redes sociales estallaron y, lamentablemente, no demandaron el esclarecimiento del hecho sino “analizaron” lo sucedido desde la posición de cada una de las trincheras electorales. Así unos acusaron a otros de vínculos con el terrorismo, y otros sentenciaron que todo era un psicosocial o que “la derecha necesita a Sendero para ganar”. Penosa apreciación de este suceso que enluta familias y que, en ese fuego cruzado de verborrea en publicaciones, se ven revictimizadas. No vi a alguien pedir la lista de los fallecidos, sólo se buscaba cuál era la relación de este ataque con los candidatos presidenciales.

Quisiéramos que esta fuera la última vez que un hecho así se produce, pero, mientras los remanentes de Sendero Luminoso sigan presentes, no habrá paz en la zona.  El presidente Sagasti ha indicado que este crimen no quedará impune. Se necesita acción de inteligencia desde la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas para operar en el área (es justo reconocer las duras condiciones de los efectivos destacados a esta parte del país y el sacrificio que hacen por todos nosotros). Al respecto, ¿los candidatos presidenciales apoyarán dicho trabajo con contundencia? ¿Se dotará de todo el material que nuestros policías y soldados requieren? ¿Se reforzará el trabajo de inteligencia? Ojalá que sí por el bien de todos.

Y ojalá que estas víctimas, entre las cuales había dos niños calcinados, encuentren paz con justicia, y no se vean olvidadas luego del torbellino electoral, pues eso sería lo más mezquino que podría hacer el país. No olvidemos a los muertos anteriores ni a estos. Ojalá no tengamos más víctimas por la demencia de la subversión y sus aliados narcotraficantes, ni de sus ideólogos en escritorios, soñadores de una revolución armada, ni la locura de quienes perpetran estos asesinatos materialmente.

P. D.: Este breve escrito lo dedico a la memoria de Carlos Diez Uceda, integrante de la otrora Guardia Civil del Perú y querido hermano de mi abuela Graciela; muerto en cumplimiento del deber en julio de 1987 en Pozuzo, en la defensa del país contra la subversión.

Foto: CNN.

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