Política

Cambio de gobierno en marcha ¿serrá a buen paso?

POLÍTICA DE MIÉRCOLES   |   Jorge Luis Vallejo Castello   |   Julio 22, 2021

Luego de la intensidad vivida a lo largo de esta sui generis campaña presidencial, en medio de una pandemia y con un país en agitación política casi permanente, ya se ha proclamado a Pedro Castillo como presidente electo.

Seguramente el futuro llevará¡ a aclarar las dudas razonables que se han formado a lo largo de este proceso, para más­ peculiar desde el hecho de haber tenido un Jurado Nacional de Elecciones incompleto o que el Tribunal Ético Electoral haya renunciado en plena segunda vuelta. ¿Es eso lo normal en una democracia medianamente organizada? Esperemos que la real madurez de nuestro sistema electoral pueda alcanzarse en el mediano plazo.

Pedro Castillo se prepara ya para jurar el cargo y recibir la esperada banda presidencial, disputada por tantos. Hemos visto las múltiples reuniones que ha sostenido en los Últimos días, y las diversas visitas que ha recibido. Sin duda, son muchos quienes ya empiezan a rodearle buscando unos aconsejar, otros sugerir, u obtener algo. Aquí­ lo importante será¡ escuchar más que hablar. Sólo hay un presidente de la República, jefe de Estado y jefe de Gobierno, no hay ni debe haber poderes “tras el trono”, algo a lo cual hemos estado mal acostumbrados a lo largo de nuestra historia, así tuvimos a Martín de Acedo con el Virrey Príncipe de Esquilache a principios del siglo XVII, o a Vladimiro Montesinos con Alberto Fujimori en tiempo reciente; por citar un par de casos. Siempre habrá quienes pretendan cantarle tonadillas al oído al presidente, cuidado con ello.

Mucho se ha discutido sobre la figura del Presidente del Consejo de Ministros, hemos tenido ocasiones en que se ha pretendido que el presidente de la República “delegue” su poder en esta figura, lo cual no es posible. Recuerdo que durante la presidencia de Alejandro Toledo hubo quienes sugerían que el presidente del Consejo sea un “alter ego” del presidente de la República. En el Perú no tenemos premier, no tenemos primer ministro, es un tremendo error (muy popular lamentablemente) llamarle así a esta figura de nuestra estructura política; su nombre es presidente del Consejo de Ministros, y es importar llamar a cada cargo por su nombre exacto, puesto que el país no es un régimen parlamentario (donde sí hay primer ministro y este es jefe de Gobierno, eso no es lo que ocurre en el Perú). Hay por tanto que hablar con propiedad, me apena enormemente escuchar a constitucionalistas referirse al “primer ministro”, cargo inexistente en nuestro orden constitucional; pero bueno estimados lectores, sabemos que en nuestro país hay una mala costumbre de perder precisión en la argumentación (y desorientar más aún a la población). La figura del presidente del Consejo (creada en 1856) es importante, sin duda alguna, pero su rol es de articulador y vocero del gobierno, de ninguna manera es “un espejo del presidente de la República” ni alguien que comparte la cuota de poder presidencial.

Pensar en nombres para los fajines ministeriales es otra tarea, seguramente con mucho jaloneo de “aliados” que esperan tener la preciada tela en la cintura. Hay que tener cautela y buscar sobre todo personas que conozcan del sector al que se les designe, y también que tengan conocimientos de gestión pública o que por lo menos tengan el sano juicio de asesorarse por quienes entienden de ello (ojo a los gabinetes de asesores que tiene cada ministerio ¿gente conocedora o simplemente los amigos de alguien, por ahí recomendados, buscando un trabajo?). Sin conocedores la gestión se ralentiza, más aún en un proceso de transferencia que pone en expectativa las decisiones de la administración pública. Evaluación de todos sí; refundaciones a la alocada, no.

Finalmente, el mensaje del 28 de julio será fundamental para tratar de curar las profundas heridas que nos deja esta campaña presidencial, mediática, de redes sociales incendiarias, de bandos en choque, de agravios y serias dudas. El mensaje del 28 de julio tiene que aclarar muchas inquietudes y sobre todo buscar generar unidad y un “justo medio”. No más polarizaciones como en la campaña.

¿Llegaremos el 28 de julio por la tarde a decir, como los viejos patriotas, aquel lema de “Perú, firme y feliz por la unión”? ¿Se trabajará hacia ello con sano consejo y justas medidas? Eso recién lo sabremos en los próximos días, estimados lectores.

Que el bicentenario nos impulse verdaderamente a ser mejores ciudadanos, sólo así el Perú llegará a ser lo que merece.

Compartir en

Facebook   Twitter   WhatsApp

454 Vistas    

Comentarios

0 comentarios

Déjanos un comentario

Visita mas contenido

Da clic Aquí para que revise otras publicaciones sobre Política