Política

¿Congresistas ignorantes o estúpidos?

No sólo la mayoría de la población desconoce asuntos básicos relacionados con la política, encima varios de nuestros congresistas parecen estar en la luna de Paita, como dejan ver sus incongruentes propuestas.

Mínimas necesarias, por Alex Neira   |   Alex Neira   |   Agosto 22, 2011


Que un hijo de vecino no sepa las funciones del Congreso, es comprensible. El civismo no es el fuerte de la población, como bien sabemos todos. Pero que no lo sepan congresistas, es decir los representantes del pueblo, quienes justamente deben debatir los intereses de la sociedad, elaborando y aprobando normas jurídicas de carácter general, que no lo sepan algunos de sus integrantes, es realmente lamentable.



¿Qué sería un Congreso sin debates, sin intereses contrapuestos, sin polémica? ¿Acaso no es lo más lógico que algunos congresistas consideren buenas opciones lo que a su vez para otros serían las peores? Incluso el sarcasmo y los malos modos son preferibles a un congreso sin polémica; en más de un sentido son hasta imprescindibles, pues deja ver que hay detrás de las apariencias. Se supone que cada congresista es tan capaz de persuadir como de ser persuadido. Cada quien se pronuncia y a través de la razón intentará convencer a los demás de lo que considera mejor para el país. De hecho, en lo único que podrían coincidir es que el sistema democrático está por encima de todo. Al final de cuentas, “juegan” para el mismo equipo.

Antes del partido o agrupación política al cual se pertenece están los intereses de la comunidad. Eso quiere decir que debería ser de lo más normal dejarse convencer por congresistas que en principio pertenecen a otros partidos o agrupaciones políticas, cambiar el voto que se tenía pensado por los razonamientos de un parlamentario de otra bancada debería ser de lo más común.

Claro, debido justamente al choque de ideas algunos congresistas se extralimitan, tanto que merecen una sanción disciplinaria. Fuera de que muchos considerarían que no es para tanto. Así pues en el meollo de la discusión es cuando más pública tiene que ser la polémica. Y no sesiones privadas como ahora algunos congresistas pretenden que sea. Contrasentido de a folio, un atentado contra los cimientos del Congreso mismo, que se basa en sesiones públicas porque justamente se vela por intereses públicos. Nosotros no los hemos elegido para que cuando las papas quemen se encierren a cal y canto. Proponerlo, pues, deja mucho que pensar.

Bien mirado, quienes han abanderado semejante propuesta demuestran antes que nada su falta de conocimiento en materia política, dan a notar lo improvisados que son, pues aparte de todo, han sido duramente criticados por la mayoría de sus colegas como por entendidos y la comunidad en general.

Mediático: perteneciente o relativo a los medios de comunicación. Así pues, no hay nada de mayor importancia mediática que mantener informada a la población sobre las medidas y decisiones de los congresistas, se porten bien o se porten mal, merezcan o no una sanción disciplinaria, el pueblo necesita estar informado. 

 

Foto: congreso.gob.pe

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