Política

Ordenar las ciudades y planificar el desarrollo

El 76% de peruanos viven en zonas urbanas según el censo de 2007. Por lo tanto el crecimiento económico se refleja en las ciudades a través de nuevas y numerosas construcciones, en un parque automotor mayor, en la ascendente delincuencia. Las autoridades deben cuidar el presente y planificar el futuro de Lambayeque.

Peruanitis, por Omar Benel   |   Omar Benel   |   Octubre 26, 2011


El Perú tiene un reto muy grande en el futuro y ese es aprovechar el crecimiento de la mejor manera posible. Dentro de todas las áreas que se quieren reformar y mejorar como la justicia, la educación y la salud, hay algo más tangible y real de lo que muy pocos hablan y eso es la ciudad. 


Según las cifras del INEI del 2007, el 76% de los peruanos viven en zonas urbanas, es decir en ciudades. Por lo que la ciudad es ahora el hogar de la gran mayoría de peruanos. Esa es la manera de verlo. Nuestra ciudad es nuestra casa y uno, por sentido común, debe respetar su casa. Por más que uno esté de paso, haya migrado y sólo piense quedarse para hacer el dinero suficiente, la persona debe cuidar y adaptarse a la ciudad que lo ha acogido. 

Y en eso las autoridades deben poner mucha atención porque ordenar las ciudades es tan sencillo como ordenar el Perú o en todo caso el 76% del país. Y por eso las ciudades pequeñas y medianas son fundamentales. Podríamos decir que ordenar Arequipa, Trujillo, Chiclayo, Cusco, Cajamarca, Iquitos, Chimbote podría ser mucho más sencillo que ordenar la gran Lima de ocho millones de habitantes porque tienen menos población. Sin embargo, el reto es enorme de todas maneras.

Lo primero es conocer cómo funciona la ciudad, qué clase de población tenemos, cómo se mueve el tránsito, qué tipos de barrios tenemos, a cuántos les faltan los servicios básicos, qué carencias de viviendas existen, de dónde vienen las migraciones, cuáles son las áreas más peligrosas y también lo más importante es qué tipo de ciudad queremos ser. 

Una vez realizado un estudio que recoja todo tipo de información cualitativa y cuantitativa la idea es hacer un plan de desarrollo de la ciudad del presente a unos 30 o 50 años en el futuro.

El crecimiento que experimenta el Perú es indudable, pero parece mal encausado y hasta un poco caótico y esto se refleja en las ciudades. Hay falta de autoridades e instituciones, pero sobre todo falta de liderazgo y planeamiento.

Cuando hablo con amigos de Chiclayo, me hablan de los nuevos centros comerciales, de cómo la ciudad ha crecido, pero también se quejan del tráfico, de la cantidad de taxis ‘ticos’ que abundan sin control, y de los mototaxis que saturan las calles (menos las del centro de la ciudad). El caos en el transporte parece ser el principal problema en las ciudades. También existe el tema de la delincuencia y de la inseguridad. Un mapa del delito es vital para atacar este último problema. 

Puede ser un proceso largo, pero es muy necesario. También es un paso que en corto tiempo los ciudadanos no van a ver los resultados tangibles sino en algunos pocos años, por eso se necesitan autoridades audaces que no estén pensando en el voto inmediato sino en su legado y en el porvenir de sus comunidades. 

Los ciudadanos están acostumbrados a ver obras físicas como sinónimos de trabajo municipal y regional, pero vamos a quedar claros que el orden afecta nuestras vidas de una manera tremendamente positiva. Por eso es indispensable organizar e involucrar a la población en este proyecto. El diálogo y el consenso hacen que las cosas que se construyan tengan buenos cimientos, solidez y duren más.

Uno de los proyectos, dentro de este gran proyecto, debería ser la construcción de un sistema de transporte integrado y único. Es decir, lo contrario a lo que tenemos ahora en donde hay varias empresas, varios dueños que hacen lo que se les da la gana. En el actual sistema no hay respeto ni por los usuarios ni por los mismos trabajadores. Es una cadena de abusos.

Por ejemplo, en ciudades de tamaño mediano y alto como Chiclayo, Trujillo y Arequipa se podrían integrar sistemas de buses como el metropolitano con trenes ligeros (si amerita). Así los tiempos de desplazamiento se reducirían en muchos casos a menos de la mitad. Y el tiempo es dinero, por no decir que es lo más valioso que existe.

Si tenemos un centro de abasto ordenado, limpio y bien organizado los productos circularían con mayor rapidez de un destino a otro y se ahorraría tiempo y dinero. Si tenemos un mapa del delito sabremos dónde, cuándo y con cuántos efectivos atacar el crimen y la inseguridad. 

Otro tema es el uso de la tierra. Dónde ponemos las zonas residenciales, de oficinas, de negocios de servicios, dónde ubicamos las zonas industriales. Dónde se pueden construir edificios y donde no. Cuántas áreas verdes se necesitan y dónde ubicarlas.

Es hora que las autoridades y la sociedad en su conjunto tome la iniciativa y den los primeros pasos. Este es un tema que se tiene que tratar ahora porque si no el caos va a ser tan grande que va a ser imposible conseguir un orden.

El crecimiento no tendría sentido si es que no se le encausa, se le dirige de tal forma que beneficie a todos. Y las ciudades son de todos y todos formamos partes de ellas. Ordenar las ciudades es ordenar nuestra casa y nuestra casa es el Perú.

 

Foto: Joy Paz

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