Política
¿Ministerio de mediocrización?
MÃnimas necesarias, por Alex Neira | Alex Neira | Enero 26, 2012
No bastaba con que desde inicial los niños aprendan del mismo libro: que a uno le dé bien el dibujo y a otro la historia o haya por ahà alguno predispuesto para la música, era lo de menos; el sistema educativo peruano ha motivado lo mismo para todos los pequeños desde ¡uf!, lo que por supuesto con los años ha llevado a los colegiales a la mediocridad, esa mediocridad que de igual manera los ha acompañado ya luego de la escuela, esa mediocridad en potencia que caracteriza al ciudadano normal y corriente.
No bastaba con que el Ministerio de Educación desde antaño fuera cómplice oculto de polÃticas promotoras de ignorancia, y cuando se anota ignorancia se va a falta de conciencia ciudadana, no a regalos de computadoras o implementación de colegios. Incluso profesionales con especializaciones en paÃses del primer mundo han demostrado ser ampliamente incompetentes en civismo, eso que hace realmente a un ciudadano un representante de la democracia, que lucha y vela por ella. ¿O qué, un cientÃfico genial y criminal, o, un empresario tan exitoso como abusivo con sus trabajadores son los compatriotas modelo?
No, no bastaban esos pesados y perversos lastres para estar como estamos, los posiblemente peores en educación entre paÃses tercermundistas propios de estos lares, carne de cañón para tanto demagogo como se ve y se ha visto (que utilizan la falta de conocimientos y criterio de su gente), no, no era suficiente: asimismo habÃa que perjudicar al paÃs muchÃsimo más. Asà pues, mientras que lugares como Finlandia —quien lidera la lista en excelencia educativa del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos de la OCDE— no marca la pauta para nuestro Ministerio de Educación; por ello, la primera interrogante serÃa quién ocupa su lugar, qué óptica educativa es el paradigma.
Finlandia, en donde la profesión de maestro goza de un gran prestigio social, donde es una de las carreras universitarias más difÃciles y que mayores requisitos exige al postulante, en donde únicamente los excelentes pueden ser profesores, en la cual el método para impartir clases es opuesto al nuestro, en ese paÃs europeo considerado el consumidor número uno de libros del continente, curiosamente resulta ser poca cosa como referencia para nuestros pedagogos, para las autoridades que dirigen la educación del Perú.
Hace unos dÃas un grupo de padres de familia realizó una protesta contra la Directiva para el Desarrollo Escolar 2012, la cual plantea que sólo los niños habiendo cumplido seis años hasta antes del 31 de marzo se encuentran aptos para matricularse en el primer grado de primaria. De hecho, el viceministro de Educación, MartÃn Vegas, y la titular del sector, Patricia Vargas, manifiestan que «la norma» pretende proteger el desarrollo de los pequeñines. Ahora cabe preguntarse qué pensarÃan de estos planteamientos las autoridades educativas finesas, cómo tomarÃan a nuestros «proactivos» enseñantes.
¿Por qué el modelo educativo imperante tiende a potenciar la mediocridad—sorry, quise decir uniformidad— más que la particularidad? ¿Qué dirÃan los versados de última generación —no los de hace 50 años— de nuestro Ministerio que avala el planteamiento didáctico y formativo que se promulgó en el 2009? ¿Por qué normalizar a los alumnos, tan diferentes cada quien, con sus aptitudes y distintivos, es que no saben nada de Finlandia y su polÃtica, en donde se prioriza la educación individualizada y la libertad creativa, en donde los alumnos desde inicial son fomentados a seguir sus propias inclinaciones?
Sin embargo las potestades señaladas lÃneas arriba argumentaron no sólo hay que tomar en cuenta el lado intelectual de los niños sino además el lado emocional, el cómo les podrÃa afectar relacionarse con otros niños (¿pero no es más bien la falta de relacionarse con otros niños lo que les afectarÃa su desarrollo emocional, acaso el mejor profesor del mundo podrÃa enseñarle a una niñita las reglas de un juego mejor a cómo se lo ensañarÃan sus amiguitas?). Es más, agregaron que muchos son los padres anhelosos porque sus hijos aprendan lo antes posible, «pero hay razones pedagógicas que dicen lo contrario». La pregunta del millón serÃa cuáles son las razones pedagógicas, en qué autores «vivos» se fundamentan.
Evidentemente, se sabe ellos continúan la misma lÃnea de la norma emitida antes de su gestión, sin embargo, en resumidas cuentas son tan perjudiciales como quienes la promovieron, al margen que excepcionalmente podrán ser matriculados los menores que estudiaron educación inicial de 5 años en el 2011 y cumplen 6 años hasta como máximo el 30 de junio del mismo año. En rigor es una reverenda sandez, una falta de criterio propia de tiempos de la pera, imperdonable si nos basamos en los nuevos planteamientos que utilizan paÃses del primer mundo; sistemáticas que al final, observándose con objetividad, colocan a paÃses como Finlandia cual ejemplo a seguir: vamos, ahà los colegiales terminan secundaria con una media de sobresaliente, dominando 2 o 3 idiomas, y, ya fuera de lo que decidieran hacer con sus vidas, miel sobre hojuelas, abocados a la lectura de forma esencial.
GRAVEDAD DE LOS HECHOS:
No es tanto el continuar con el error heredado. No es tanto intentar salir a flote dando facilidades a los afectados directos a través de un alargamiento para matricular a los niños que se quedarÃan en el aire. No es tanto normalizar la «NormopatÃa». Lo que se trasluce es mucho más serio: ¿Será cierto que si los primeros maestros no han cumplido bien su función quienes vengan después tendrán ya muy poco por hacer? ¿Será mentira que la educación primaria es imprescindible para fundamentar una cultura humanitaria y humana? ¿Será cierto que si un régimen polÃtico acepta como inevitable la ignorancia en sà no carga con un verdadero espÃritu democrático? ¿Será mentira que si bien es caro educar visto con lupa el asunto es hartÃsimo más caro el no educar? ¿Será cierto que quienes permiten una malÃsima educación son en el fondo «heraldos de muerte», mensajeros que promueven que el hijo del pobre siga siendo pobre para que los politiqueros mientan y coaccionen sin darse cuenta más que unos cuantos, porque no se les preparó para ser plenamente libres, es decir personas con autonomÃa, esa que confiere la «libertad creativa»?
Libertad democrática sin saber, sin conocer lo fundamental, es ser súbditos, consumidores, antes que ciudadanos, tal y como ocurre ahora con la mayorÃa de nuestros conciudadanos por la pésima educación que les impartieron, ya se intuye.
Foto: hellokitty
Compartir en
Comentarios
Déjanos un comentario
Visita mas contenido
Da clic Aquí para que revise otras publicaciones sobre Política