Hace unos días el presidente de Newmont, Ricardo O´Brien, aseguró que, si las exigencias ambientales para ejecutar el proyecto Conga afectan su rentabilidad, trasladarían su inversión a otro país. Esto demuestra cuánto realmente le importa el Perú y Cajamarca a la transnacional minera... ¿o no?

Los directivos de Conga se acaban de pintar de cuerpo entero con sus últimas declaraciones. Nos acaban de demostrar el material del que están hechos. Después de conocer las recomendaciones del Gobierno tras el peritaje de los expertos internacionales, Newmont acaba de decir que si su rentabilidad se ve afectada se van a ir a otro lado. A ver, primer punto, no los vamos a extrañar. Así que pueden irse donde más les convenga.

Segundo, queda claro que el bienestar de la población cajamarquina para ellos es algo de segundo plano, no es importante. Si la empresa minera acepta las condiciones del Gobierno desprendidas del peritaje, le restará un 10% a sus utilidades. O sea la décima parte de sus ganancias netas. Pero claro, la población de Cajamarca ni los peruanos se merecen esto. No, el 10% es más importante. ¡Qué tal Conga!

Con razón Roque Benavides de Yanacocha, empresa socia del proyecto, decía que a él no le importaba la licencia social, sino la legal. Es decir, a él le resbala lo que piense el pueblo que va a ser afectado por el proyecto, porque claro los permisos los puede comprar y al pueblo no. 

Ahora el asunto se ha vuelto un tema de dignidad nacional. Si se quieren ir a invertir su dinero a países gobernados por tiranos, donde sacan diamantes a punta de sangre y esclavitud, pues que se larguen. Oro no hay en todos lados y el nuestro no se va a ir a ningún lado y con la crisis mundial éste se va a seguir apreciando cada vez más. 

Eso me lleva a comentar un artículo que leí hace unos días y me dejó un poco asustado. El artículo se titula `The Economics of Energy in Peru´ y está en la web de International Business Times. En una parte dice que petroleras extranjeras tienen concesiones que comprenden el 40% de la Amazonía peruana y que podrían extenderse al 70%, puesto que se aprobaron exploraciones. Todas esas concesiones se dieron durante el gobierno de Alan García. Yo me pregunto cuánto billete han ganado los apristas con esos tremendos faenones. El escándalo de los `petroaudios´ no es más que la punta del iceberg. 

Lo que se viene ahora es una retafila de conflictos sociales. Quizá más `baguazos´. Protestas con grupos indígenas amazónicos a los que no se les ha consultado ni informado sobre los planes que hay en los territorios donde viven. Alan García no ha hecho más que dejarle el camino minado a su sucesor. Y ahora con todo el dinero que supuestamente han sacado de la corrupción van tratar de reconstruir su partido y capturar el poder en 2016. ¿Los dejaremos?

Por otra parte, leí con indignación una noticia que me ha dejado perplejo. El Ministerio de Salud recomienda no acudir a las playas de Lima y del norte del Perú. Estamos hablando de un litoral de más de 1.200 kilómetros. Una distancia que fácil comprende el largo de país cualquiera. ¿Qué es lo que ha pasado?, nos preguntamos todos. ¿Qué es lo que ha hecho que miles de animales marinos hayan aparecido muertos en las costas? Estamos hablando de un desastre ecológico de palabras mayores. Creo que la población merece una explicación pronta y clara del Gobierno. Y queremos saber quiénes son los responsables de esta desgracia. 

La tierra, el mar, el agua y el aire son lo más preciado que tenemos. No podemos dejar que los destruyan. Sino no vamos a tener tierra donde cultivar nuestros alimentos y vivir, no vamos a tener mar donde pescar y recrearnos, no vamos a tener agua limpia para beber y no vamos a tener aire limpio para respirar. Y si no tenemos nada de eso, nos morimos.

Fotos: http://estamosjodidos.wordpress.com/