Tres asesinatos y más de 150 reportes de agresiones a mujeres se han registrado en Lambayeque en este medio año. Las cifras demuestran que se trata de un problema que las autoridades y la  sociedad deben prestar mayor atención.

Recuerdo que ella llegó a la casa donde vivía y dijo que se había caído. Tenía la mejilla y el pómulo derecho hinchado, y de sus labios caían algunas gotas de sangre. Me suplicó temblando que no hiciera nada porque ella tenía la culpa de que él le haya pegado.

Aunque quizás la sociedad no atiende debidamente este tema, la violencia a la mujer es uno de los problemas más frecuentes en el Perú. Tras cuatro paredes pueden desencadenarse escenas salidas de un filme de terror que mujeres guardan tras una sonrisa o un condenable silencio, sin pensar que –tarde o temprano– este peligro podría acabar con sus vidas mediante una lenta y agónica autodestrucción.

Según Juan Huambachano, jefe del Observatorio de la Criminalidad del Ministerio Público, en lo que va del año se han registrado 26 casos de feminicidio (entre el 2009 y 2011 se registraron 369 víctimas en el país). Además, el especialista detalló a diversos medios que de cada diez mujeres golpeadas una de ellas podría ser asesinada por su pareja. “Las denuncias por violencia familiar llegan a un caso cada 8 minutos a nivel nacional”, agrega.

En Lambayeque ya se han presentado tres casos en este año. La Coordinadora del Centro de Emergencia Mujer (CEM) en Chiclayo, Angélica Musallón, indicó que este es uno de los problemas más comunes que debe combatirse con la creación urgente de mejores programas sociales que eduquen y velen por la seguridad de las mujeres y niños, más aún cuando en este año tienen el reporte de 150 casos nuevos de violencia a mujeres.

Pero, ¿por qué ellas prefieren el silencio? El motivo principal: el miedo. Luego la vergüenza a denunciar, temor a la venganza, y la ilógica idea de sentirse tontas y culpables. Sí, el hombre que maltrata trabaja psicológicamente a su víctima, le baja la autoestima, la humilla, y llega a convencerla de que es ella la causante de su violenta e injustificada reacción.

De los casos de feminicidio registrados en el país, las causas principales han sido los constantes celos enfermizos y la supuesta infidelidad que las parejas o ex parejas señalan al momento de ser interrogadas. Y de cada 10 hombres que comenten este crimen, uno de ellos se suicida después del asesinato.

Angelica Musallón declaró a Locheros.com que las zonas en Lambayeque con mayor número de denuncias de violencia a la mujer son las de José Leonardo Ortiz, La Victoria, y los distritos azucareros de Pomalca, Tumán y Cayaltí. Se sabe bien que esto es solo un pequeño indicador, que las cifras son más preocupantes y que esto es una cadena que puede ser repetida por los hijos de las víctimas.

¿Qué puede hacer una mujer víctima de violencia? Debe dar parte a la policía, denunciarlo, salir de casa e ir con algún familiar, acudir al Centro de Emergencia Mujer de su distrito, lugar que les brindará una asesoría legal y un apoyo psicológico para ellas y sus hijos. No podemos permitir que esta barbaridad continúe.

Nuestras autoridades tienen toda la responsabilidad de ponerse alertas y no esperar que la cifra de feminicidio en Lambayeque incremente. En sus manos está educar a las madres y niños. En nuestras manos está reaccionar ante hechos tan dolorosos y destructivos, si algún día somos testigos. Si somos el sexo fuerte, no podemos dejar que el desequilibrio de un hombre perjudique nuestra vida. Leyes existen, apoyo también, sólo necesitamos sacar esa fuerza, demostrar que somos realmente importantes y denunciar. Pues como dice la frase: a la mujer no se le toca, ni con el pétalo de una rosa.