Política

Una ciudad de luto

La tranquila y aún hermosa provincia de Lambayeque, se ha visto alterada por la ejecución lenta, y muy cuestionada, de una obra que tiene como fin mejorar el sistema de agua y alcantarillado. Negocios, el turismo y la salud de sus ciudadanos siguen perjudicándose.

La región al paso / Claudia Incháustegui   |   Claudia Incháustegui   |   Julio 08, 2012

Regreso a Lambayeque con una ola de desagrado que don Carlos, el conductor del colectivo, me manifiesta. Él me indica que hace más de un año y medio padecen de graves problemas originados por el cambio de sistema de agua y alcantarillado, que ha colapsado en la Ciudad Evocadora y afecta actualmente a negocios, al turismo y a la salud y tranquilidad de sus habitantes.

La provincia de Lambayeque es una clara evidencia de las consecuencias que generan estos proyectos supuestamente “bien elaborados” y “bien monitoreados” por nuestras autoridades (la cuestionada obra ya tiene casi dos años). ¿Por qué cuándo los municipios deberían demostrar la efectividad de sus funciones ocurre la misma demora? ¿Acaso cuesta tanto dar una explicación al detalle de estos proyectos? ¿Por qué rayos siguen colapsando los desagües? 

El colectivo ciudadano “Lambayecanos Unidos” –uno de los más representativos en los reclamos a este tema– no ha tenido a la fecha una respuesta contundente a los cuestionamientos planteados, desde el año pasado, a instituciones como el Ministerio Público, el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento, y la municipalidad de Lambayeque. 

Según Carlos Balarezo, presidente del Patronato de Cultura y Turismo de Lambayeque y miembro del colectivo, presentaron 3 mil firmas para exigir una audiencia pública con la máxima autoridad de la provincia de Lambayeque, a la cual se les invitó de último momento el jueves 28 de junio.

Ante la falta de soluciones a los problemas que padecen –y seguramente seguirán padeciendo–, el domingo pasado realizaron una actividad que denominaron “Lambayeque de luto”, salieron desde muy temprano a expresar su solidaridad con la tierra que los vio nacer, colocaron en la puerta de las casas listones negros en señal de duelo, se vistieron de luto, entonaron alabanzas y lanzaron plegarias en un recorrido breve por la Plaza de Armas. Fueron alrededor de 50 los que marcharon, una cifra muy menor para un problema mayor, que concierne a más de 230 mil ciudadanos de esa provincia (en realidad debe interesar a todos los habitantes de la región Lambayeque, más de 1 millón 200 mil).

Los lambayecanos desean sus calles de antaño, pero con lo que les ofrecieron: un sistema nuevo y seguro que pueda durar muchos años, mas no seguir padeciendo de la tierra y pequeños fangos, ni que les falte el agua por varios días, como fue el caso de la calle Lambayeque.

Los lambayecanos quieren soluciones ya y, sobre todo,  rendición de cuentas. Carlos Balarezo indicó que apenas reciban un informe sobre la ejecución de la obra del Consorcio San Pedro, elaborado por la Facultad de Ingeniería Civil y Arquitectura de la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo, enviarán un documento a la Contraloría General de la República en Lima, al Organismo Supervisor de las Contrataciones del Estado (Osce), y presentarán una cuarta denuncia al Ministerio Público, como próximas medidas. Además, resaltó que Epsel no se ha responsabilizado de los problemas generados, porque según ellos le compete directamente al consorcio San Pedro, empresa responsable de la obra. ¿Acaso esta respuesta indiferente se deba a que el alcalde de Lambayeque, Percy Ramos Puelles, también es miembro del directorio de Epsel?

También existe gran preocupación por el tema de salud. Según el ex director del Hospital Belén de Lambayeque, Carlos Yesquén, los índices de enfermedades bronquiales, conjuntivitis e incluso parasitosis intestinal, han incrementado debido al polvo y a las aguas residuales.

Por otro lado, denunció el incremento de las tarifas en los recibos de agua (de pagar 35 a 40 soles, hoy en varios casos superan los 300 soles), en los cuales se incluye un pago por la instalación de medidor y válvula de aire, cuando hasta la fecha no han cambiado los medidores, y la única válvula de aire se encuentra ubicada en la calle 8 de Octubre. El médico solicita una explicación.

Insisto: ¿qué tan complicado es administrar y monitorear una obra teniendo como muestra tantos malos ejemplos aquí y en el resto del país? ¿Tan poco es el compromiso de las autoridades con su tierra? ¿Cuándo tendremos autoridades que cumplan con sus promesas y, sobre todo, escuchen a quienes los eligieron? Preguntas en el aire. No se sabe si este año culminarán las obras, y peor aún si Lambayeque podrá superar los efectos del Fenómeno El Niño. Por ahora, lo importante es que esos lambayecanos netos no están dispuestos a rendirse (otros no deberían reclamar solo con comentarios en el Facebook, sino en las calles, ante las autoridades). No necesitamos recordar a Lambayeque por ser la primera provincia que dio el grito libertario en la independencia, sino porque sus descendientes se mantienen hasta ahora en pie de lucha frente a los problemas.

 

Puedes integrarte a este grupo en facebook y enterarte de futuras actividades: En defensa de la historia de Lambayeque (http://www.facebook.com/groups/222513491194234/)

Foto: César Vargas

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