¿Qué hace falta para que Lambayeque sea conocida como una región con una significativa actividad cultural como Lima, Arequipa, Trujillo o Cusco? Â¿Qué tipo de políticos necesitan Chiclayo, Ferreñafe y Lambayeque para eliminar la pobreza, la inseguridad y desarrollar nuestra región?

Los lambayecanos necesitamos un cambio profundo en la forma de vivir la cultura. Ya no podemos permitir que a nuestra región se le conozca popularmente —y con cierto tufillo peyorativo— como "el eje comercial del norte", "la región fenicia", "el emporio" y otros términos que resaltan el alto tráfico comercial que existe, mas no el alto desarrollo cultural que deberíamos tener al ser una región donde el dinero se multiplica y, lamentablemente, alimenta mucho más a los extorsionadores que a sus artistas e intelectuales.

Los lambayecanos debemos entender que cultura no solo es el Señor de Sipán, que arquitectura no solo son pirámides, que la pintura no solo se encuentra en muros moches, que la historia no solo está en el pasado sino también en el presente que escribimos, pintamos, construimos nosotros, que la gloria también la podemos mirar en nuestros ojos y no solo en el eterno brillo de nuestros ancestros.

Pero esa gloria no la alcanzaremos cerrando las pocas fuentes de inspiración, de conocimiento. El año pasado cerró la librería más variada que tenía la región y que, irónicamente, estaba ubicada en el centro comercial más concurrido de Chiclayo (para colmo, en el lugar más transitado). Y como si esto no fuera ya demasiado, unos meses antes esta librería ya había cerrado otro local. Definitivamente, en estas tierras generosas el libro, motor esencial de grandes culturas, es un fruto despreciado por las mayorías. Una verdadera vergüenza.

Para desarrollar nuestra región también es fundamental que conozcamos bien la vida y obra de quienes pretenden representarnos y gobernarnos. Los delincuentes que más tememos pueden estar en las calles, pero los que más dañan al país están cerca o dentro de la política, pululando en un nuevo faenón, entre el sauna y `el Fiesta´, entre el ministerio y el club.

Lambayeque necesita políticos mejor preparados, que conozcan profundamente los problemas de todos los distritos de la región, que tengan capacidad para gobernar y aportar ideas coherentes, capacidad para realizar obras bien ejecutadas y con proyección al futuro. Pero nada de esto tendría sentido si caen en prácticas corruptas y perjudiciales al bien común.

La falta de líderes es tan clara que los electores nos vemos expuestos a elegir entre la mujer, el hijo o el hermano de políticos tradicionales que buscan más expandir sus beneficios, que desarrollar a la región. Basta de autoridades y funcionarios de dudosa o escasa inteligencia, inexpertos y oportunistas, que ven a Lambayeque como una de sus chacras o una más de sus empresas, como una tierra para llevarse un botín.

Por eso es necesaria la investigación, la opinión y la denuncia, pero también la propuesta, la solución. Y este medio se propone aportar a ese anhelado desarrollo analizando los fenómenos sociales que se presentan en nuestra región, denunciando a los manipuladores de los poderes del Estado, rescatando a los personajes que elevan la cultura lambayecana y nutriendo al lector con arte, historia, verdad y reflexión.