Política

Chiclayo: presente y futuro

La columna del director   |   Gerardo Carrillo   |   Octubre 01, 2012

Ya está. Beto Torres inhabilitado. La suspensión del JNE se convertiría en vacancia –que será promovida por los regidores de oposición– salvo que el organismo electoral reconsidere su decisión o que el Tribunal Constitucional crea en la inocencia del “líder” del movimiento Manos Limpias, quien ya ha contratado a costosos y muy bien relacionados abogados de Lima para este fin (hasta el exministro de Justicia Fausto Alvarado trabajará para el exalcalde). Pero si Beto Torres no vuelve a sentarse en el sillón municipal de ninguna forma, mejor que chape su Crisolito porque le viene el cargamontón.


Al menos la alcaldesa Elizabeth Montenegro ha afirmado que hará una revisión de toda la gestión de su antecesor y si encuentra irregularidades denunciará a quien corresponde. Además, ya anunció que el gerente municipal Misael Delgado no continuará, que evaluará a los trabajadores del Satch, Epsel y Beneficiencia, y que también revisará las licitaciones de obras que han sido cuestionadas por regidores y ciudadanos. Es muy probable que si la nueva alcaldesa actúa con verdadero rigor, el delito por el que fue suspendido Beto Torres parecerá ínfimo y anecdótico (utilizar un vehículo oficial para llevar a sus hijas a un centro de esparcimiento debe ser el motivo más suave).


Por el momento, debemos darle una oportunidad a la nueva alcaldesa aunque haya sido parte de la gestión anterior y de Manos Limpias. Debemos esperar y apoyarla desde la acción, la crítica y la fiscalización. Y eso a pesar de que el ex alcalde Beto Torres la denunció hace unos días por estafa (por una camioneta que le habría dado a préstamo y ella supuestamente ha vendido). Además, de haber criticado su poca participación como teniente alcalde. Estas acusaciones nos demuestran lo ruin que pueden ser los políticos: si estás conmigo eres una regidora efectiva y competente, si estás en mi contra eres una incapaz y estafadora.


Por otra parte, las encuestas de algunos medios locales vislumbran a los candidatos a la alcaldía para el 2015, algunos realmente indeseables (cuando oficialicen candidatura hablaremos al detalle sobre ellos). En estas primeras intenciones de voto aparecen el ex alcalde Arturo Castillo Chirinos, para muchos el mejor que ha tenido Chiclayo, a pesar de que algunos lo han tildado y lo tildan de soberbio y autoritario. Otro es David Cornejo Chinguel, promotor y fundador de la ascendente universidad Juan Mejía Baca y con una amplia y muy amable cobertura de medios (la universidad y el colegio del mismo nombre gastan mucho dinero en publicidad). 


También aparece el ególatra Alberto Ortiz Prieto, personaje que conozco desde la universidad, en donde fui consejero de facultad y oposición de esa gestión que afectó las arcas de la UDCH, que despilfarró dinero en fiestas y regalaba cocinas y ollas a miles de familias en la región con el fin de publicitar al por entonces rector. Cómo olvidar: yo tengo un amigo que me ama, me ama, su nombre es Ortiz (en reemplazo de Jesús, el mesías, nada menos). Y Anselmo Lozano, el alcalde del distrito de La Victoria, quien a pesar de ciertos cuestionamientos, es percibido como una buena opción gracias al regular crecimiento que ha tenido el distrito, si se compara con el populoso JLO o el mismo Chiclayo. Mi compromiso público y de este medio de comunicación de investigar con rigor a quienes se presenten a las próximas elecciones.


Lo que debe tener claro quien ocupe el gran sillón municipal, es que el puesto no te da derecho a hacer lo que te da la gana e incumplir con la ley. No puedes o debes contratar a cualquier imbécil, solo porque le debes un favor, o porque te cae bien, o porque es tu amigo de barrio, o de promo, o de esquina, o de andadas. O tu yunta de fin de semana. O porque te acompaña al Fiesta, al Rincón del pato o se toman un sancochado en el Mercado Central. Es Chiclayo, no es tu chacrita, tu terrenito, tu empresa personal para que le des oportunidad al más estúpido e incompetente de tus amigos. 


Y lo que debe tener claro la ciudadanía es que la condición de la ciudad no depende solo del alcalde, las autoridades y el personal de limpieza pública. Si las calles están sucias, se debe a que los mismos chiclayanos las hacen mierda. Sería una buena medida que las empresas, las universidades, los colegios y la ciudadanía  se comprometan a realizar campañas para limpiar las calles y mantenerlas así. Con diálogo, una buena planificación y acciones efectivas, la alcaldesa podría ganar el apoyo de los chiclayanos y resolver más problemas. Ese apoyo que siento, escucho y leo que muchos le quieren dar.

 

También puedes leer otras columnas del director sobre los problemas de Chiclayo en: http://www.locheros.com/politica/id/71/chiclayo2012http://www.locheros.com/politica/id/56/defensa-civil-tarea-de-todos, http://www.locheros.com/noticias/id/50/un-recorrido-a-pie-por-chiclayo

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