Política
Los muertos todavÃa no se van
Sin terno y corbata | Tony Bazán | Mayo 06, 2013
La polÃtica es un arte malvado que descansa sobre gestos. Pero los polÃticos no entienden que a veces serÃa mejor no amagar para terminar en el top del hipócrita del dÃa, como aquel farsante que llora lo que en la vÃspera repudió. A veces serÃa mejor no pretender figurar y esconderse en la sombra de su ego que golpea la puerta por salir a recibir a los periodistas que lanzan con anzuelo alguna pregunta inquieta.
La muerte de Javier Diez Canseco y las condolencias de los congresistas que lo suspendieron del Parlamento por tres meses, se convirtió de pronto en un tema de discusión en los últimos dÃas, pero no por los halagos póstumos ganados en vida como sÃmbolo de la izquierda peruana, sino por la torpeza de los legisladores encabezados por el presidente del Congreso, VÃctor Isla, de querer remediar lo que antes no pudieron.
Un proyecto de ley cuestionado desde el oficialismo y que nació del despacho de Diez Canseco Cisneros, fue el punto de partida a un final que ni el cáncer que lo aquejaba, calculó.
Para los verdugos polÃticos del desaparecido parlamentario, este pretendió favorecer a su hija y su ex esposa con una iniciativa legislativa que avalaba el canje de acciones de inversión por acciones comunes. Isla, convencido de la culpa de Diez Canseco, rechazó la nulidad de suspensión resuelta por el Poder Judicial, y tras apelar a esta medida, le negó su reincorporación al pleno.
Incluso, desde la bancada de Gana Perú, los congresistas vetaron el accionar de Diez Canseco, olvidando que este los acompañó en el tránsito a la Casa de Pizarro, cuando el sueño de Ollanta Humala, el hoy jefe de Estado, lo veÃa sólo con los ojos cerrados, y no como una realidad palpable.
Humala no se ha pronunciado, prefiere callar como casi siempre lo hace el “cosito†de la primera dama Nadine Heredia. Pero para no dejar de ser polÃtico, y respondiendo a los gestos diplomáticos y enturbiados de la retorcida polÃtica nuestra, el presidente envió a su primer ministro, Juan Jiménez, a decirle a la familia que el gobierno lamenta la pérdida de Diez Canseco.
Omar Chehade, lejos de permanecer voluntariamente en el anonimato, pidió al Congreso rectificar la suspensión a Diez Canseco como una “muestra de justiciaâ€. ¿Pero acaso la muerte condona penas polÃticas, o sincera personas? Chehade dice que los oficialistas se equivocaron. Otra vez la polÃtica y los polÃticos que no huelen las sutilezas.
Mauricio Mulder, negado por Alan GarcÃa para un puesto de confianza durante el último régimen aprista, fue el antagonista de Javier Diez Canseco durante sus años de convivencia polÃtica, y quien calificó de “payaso†al juez que liberó de la sanción al izquierdista. Ahora, sin falsas lágrimas en los ojos, Mulder dice: “honor al adversario que se vaâ€.
Para el ex mandatario Alejandro Toledo, Diez Canseco fue un polÃtico que dedicó su vida a luchar contra las injusticias, olvidando de pronto que algunas de estas fueron evidenciadas durante su gobierno, después de la transición de ValentÃn Paniagua. Pareciera que Toledo está reconociendo que en su periodo hubo injusticias, y que el legislador personificó al guerrero que las enfrentó.
Otros polÃticos, los que se presentan como los “buenitos†en esta historia, llegaron hasta el velorio en la casona de San Marcos, para decir –cuando no debÃan de decirlo– que acompañaron al socialista en sus últimos dÃas, mientras permanecÃa hospitalizado. “Fue un buen hombre y mejor polÃticoâ€, coincidÃa la mayorÃa frente a los medios de prensa.
De seguro cuando se despida involuntariamente otro polÃtico del trazo de Diez Canseco, el discurso de los hipócritas será un burdo remedo de este, del que aprendieron en su infancia polÃtica, y el que susurrarán mientras caminan a la puerta de salida. Después de todo siento que los muertos, los polÃticos del Ejecutivo y Legislativo, todavÃa no se van.
Foto: congreso.gob.pe
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