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Kranium en Lambayeque

  |   Ronald Lizana y Martí­n Meléndez / Post Mortem   |   Agosto 06, 2012

Desde los primeros años de formación de la escena lambayecana, tuvimos la esperanza de que la legendaria banda limeña Kranium tocara en nuestra querida ciudad; pasaron los años y la esperanza se desvanecía cada vez más. Nuestro agrupamiento había sufrido el golpe más duro, el movimiento metalero lambayecano –por motivos ideológicos– tuvo que fraccionarse en dos sectas.

Antes que acabe el año 2000, acordamos revivir aquel viejo anhelo de traer a Kranium, sea como sea. Es así que nos juntamos rápidamente para hacer el presupuesto de la organización del evento y los contactos necesarios. El costo total para el evento resultaba muy elevado, pero en ese momento varios de los integrantes de la escena ya trabajábamos, tuvimos que desembolsar una fuerte suma de dinero. Eso no importó, nuestro sueño era tener a Kranium.   

Los promotores del este evento anhelado fuimos David Ojeda, Beto Castro, Memo Gutierrez (ex Violencia), Paco Requejo (ex Violencia), Alex Timaná (ex Cortejo Fúnebre), Anderson Lizana y Ronald Lizana.

Realizamos los contactos con Mito y Daniel sobre los costos (traslado, alojamiento y alimentación), hubo la posibilidad de una gira hacia Ecuador, lamentablemente a última hora los organizadores de ese hermano país no pudieron concretar, así que no nos quedaba más que seguir afrontando solos la organización.

El rider que nos alcanzó la banda incluía una doble pedalera para el bombo, para esos años nos fue imposible conseguir dicho accesorio debido a que no era muy común en nuestro medio, así que tuvimos que adicionar otro bombo –misma banda de los 70– (este bombo fue proporcionado por Edwin Cortijo, ese fue su aporte de bienvenida al movimiento). 

El lugar de reunión para ver los detalles del concierto era el ya clásico local de Alex Timaná, quien desinteresadamente siempre proporcionaba este inolvidable lugar ubicado en la cuadra 3 de la Av. Ramón Castilla, en Lambayeque. Para nosotros era nuestro submarino amarillo.

Luego de confirmar la fecha (20 de enero de 2001) y con el alquiler de los equipos listos –gracias Tico Córdova– llegó el sábado. En La Industria publicaron una nota de Stanley Vega sobre Kranium y su visita a Lambayeque. Desde temprano fuimos al terminal de Ormeño, esperamos pero nunca los ubicamos. Pensamos que la banda no había llegado y la desesperación nos invadió, entonces regresamos de inmediato a Lambayeque a comunicar a los demás que esperaban en el local.  Nuestra sorpresa fue grande al encontrar a toda la banda en el local comiendo un rico ceviche y su infaltable chichita mochera, del grupo destacó rápidamente `el Chato´ Georgy Espíritu, tecladista de la banda, quien –en ese momento– ayudaba a clavar las maderas del escenario, y al rato comenzó a contar chistes y a bromear cuanto pudo. Rápidamente se ganó el aprecio y amistad de todos los bangers que habían acudido al local para saludar a la banda. 

Cuando conversamos con Mito Espíritu, comentó que el bus llegó antes de lo esperado y como no había nadie en el terminal optaron por llamar a David, quien tuvo que pedir permiso en su trabajo e ir a recoger a los músicos. Luego David nos diría: “Traer tres taxis desde Chiclayo me ha salido un ojo de la cara, pero no importa, Kranium por fin se encuentra en Lambayeque”. Realmente eso era lo que contaba: tener a nuestra banda favorita en nuestra ciudad. 

Algunas de las bandas que aparecen en el flyer no llegaron a tocar, pero participó una banda que no estaba prevista. Unos días antes del concierto llamó a la casa de Paco un jovencito –aún colegial– diciendo que tenía una banda y quería tocar en este concierto. Esa banda se llamaba “Patria Muerta”, encabezada por nuestro gran amigo Ian Chan, y fue una de las primeras bandas metal en Chiclayo (nadie imaginó que años más tarde Ian se convertiría en el bajista de Kranium).

El sábado en la tarde arribó a Lambayeque el señor Gustavo Delgado (Ácido Producciones) y su novia Ximena, con quienes ya teníamos contacto. El concierto arrancó a las ocho, con muy poco público, duramente se alcanzó los 20 asistentes. Por comentarios de los pocos que asistieron, nos enteramos que paralelamente un nutrido grupo de gente encabezados por Paul, se encargaba de desinformar a quienes querían ver a Kranium, diciéndoles que la banda no había llegado a Lambayeque y que no iba a haber nada esa noche. Actitud mezquina y rastrera. 

A pesar de todo, se inició el evento, y quienes arrancaron fueron los locales Deskarte con punk y algo de hardcore. Le siguieron Patria Muerta, quienes demostraron tener muchas ganas de demostrar su talento. Para ser una de sus primeras presentaciones, lo hicieron muy bien. Buena actitud a la hora de tocar. Luego siguió la banda Aquelarre de Sullana, integrada por Eddy, Walter, Sepultura y Perrito, quienes hicieron un buen death metal, tocaron los temas de su demo “Al Final”. A mitad de esta presentación llegó la policía. Al salir a ver lo que pasaba nos enteramos que los tombos venían decididos a cerrar el local y cancelar el concierto. Uno de ellos dijo: “Alguien fue a la comisaría a denunciar que en este lugar se llevaba a cabo una actividad sin permisos, el denunciante fue uno como ustedes, tenía el pelo largo y vestía de negro”. La pregunta era ¿quién de nosotros podría boicotear este evento? Para esos días –como dijimos al comenzar esta historia–  la escena se encontraba divida, y con los antecedentes de lo hecho por Paul y su gente, lo más lógico era asumir que fueron ellos quienes hicieron la denuncia. 

En el concierto, los policías estaban molestos, sobre todo por el tipo de música que se estaba ejecutando. Nos llamaban vagos, incultos y una serie de cosas (como siempre, se ataca lo que no se conoce, el principal síntoma de la ignorancia: la intolerancia). Entonces no se nos ocurrió nada mejor que llamar a Daniel Roncagliolo, vocalista de Kranium, quien tenía un documento que nos podría salvar la noche, le dije: “Tío, ¿has traído tu pasaporte diplomático?”. Y él respondió: “Sí, pero lo tengo en el hotel”. En ese momento tomamos una mototaxi, fuimos y regresamos rápido. Daniel se acercó a los policías y les dijo: “Buenas noches, ¿qué es lo que pasa?”, ellos le responden mirándolo de pies a cabeza: “Vamos a cerrar este alboroto de música”.

Daniel saca su pasaporte y le enseña al oficial y le dice: “Señor, soy hijo del embajador del Perú en Israel, acabo de regresar a Lambayeque y mis amigos han organizado esta fiesta en señal de bienvenida, así que le ruego se retire y deje de molestar a mis amigos y a mí”.

El oficial muy sorprendido cambió su actitud y, aunque visiblemente molesto, dijo: “Discúlpenos jovencito, siga con su fiesta, si vienen a molestarlos nos avisa para ayudarlos”. Acto seguido se marcharon, no podíamos creer cómo la política y sus influencias funcionaron para nosotros, era increíble. Triunfantes ingresamos nuevamente al concierto y esta vez le tocaba tocar a Kranium.

Reanimados por lo sucedido, la gente estaba impaciente por escuchar a sus ídolos, quienes ejecutaron uno tras otro los temas de su CD “Testimonios” (una joya del folk metal), y algunos de su cassette “Mundo Interior”. El éxtasis llegó con su tema “El obraje”, un clásico ya en ese entonces.

El pogo fue espectacular y salvaje. La potencia y calidad de los integrantes quedó de manifiesto: no se guardaron nada y lo dieron todo al escasísimo público asistente, quienes retribuyeron el cariño con más cariño aún, abrazándolos y aplaudiéndolos y con un alucinante y salvaje pogo. 

Al final del show, nos quedamos a celebrar con unos tragos, se formó un solo grupo entre asistentes y  todos los músicos. Kranium también le gustó a Tico Cordova –dueño de los equipos de sonido– y presuroso compró una caja de chelas y comenzó a tomar con Mito y Georgy Espíritu.

Aquella noche terminamos con algún labio partido, magulladuras en el cuerpo, afiches firmados y la sensación de satisfacción, esa que tenemos tras haber hecho algo anhelado y placentero… y el recuerdo que perdurará por siempre de una gran banda.

Después de unos años, pudimos conversar con alguien que estuvo con Paul y la gente que trató de cancelar el concierto. Hasta hoy se lamentan de haberse perdido ese concierto inolvidable, sólo por rencillas personales. 


En memoria de

Georgy Espíritu

 

Foto: Kranium en el concierto de Lambayeque. Mira más imágenes del concierto en http://www.facebook.com/locheros.comunidaddelloche?sk=photos

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