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Goat Semen

  |   Ronald Lizana y Martí­n Meléndez / Post Mortem   |   Octubre 22, 2012

PM.- Goat Semen siempre se caracterizó por el sonido extremo que hacía falta en la escena. Lo que apreciamos desde que aparecieron, es que siempre hicieron las cosas bien y con la mira alta. Sacaron el demo y al toque el vinilo. Algo difícil para una banda peruana en aquella época.

GS.- (Erick) Sí, creo que también ayudó el hecho que yo ya venía haciendo el fanzine Temple of the Danmed desde unos años atrás, el que suspendí en el 2000. Empecé también con el sello y después ya con la banda. Luego empezamos a tener los primeros ensayos, empezaron a correr  los casetes de los ensayos (rehearsal tapes) a los contactos. Le envié a algunos sellos discográficos y fanzines. Les gustó bastante el material. Siempre me ha gustado la línea extrema del metal. No tardaron mucho en llegar propuestas, incluso antes de grabar el demo, para sacar el material en 7”. Costas S., de Iron Pegasus, me preguntó por qué no grabar el total de 35 minutos y sacar de frente un álbum, pero siempre he tenido la idea de grabar primero un demo tape, como lo hicieron en sus inicios todas las bandas que nos han gustado.


PM.- El proceso natural...

GS.- (Erick) El primer demo salió así, pero cuando grabamos el demo aprovechamos en grabar temas adicionales. Después fueron repartidos por Hiberica Producciones, que también sacó Spears In God's Ribs (split, 2003). En Francia también salió y otro split de bandas de Black Metal de Sudamérica. El demo también fue prensado posteriormente en Colombia en CD. Después en Francia se prensó en vinilo doble y CD con Anal Vomit. Además, salió en formato digipack con bonustrack. Más tarde, en Tailandia, también Witchhammer sacó el demo en un split con Sabbat.


PM.- Han pasado más de un año desde que Eduardo se fue, ¿qué tanto les afectó su partida?

GS.- (Erick) Personalmente, es un amigo que estimo mucho y que compartió con nosotros experiencias. Muy aparte de la banda somos fanáticos del metal, hemos ido a conciertos, hemos tomado, hemos compartido muchas cosas. Con él tuvimos la oportunidad de ir a Chile y abrir para Vulcano. Esa oportunidad no cualquier banda se da el lujo de tener. Él también participó en la composición del próximo disco. Lamentablemente por su trabajo ya no tiene tiempo para la banda. Finalmente, decidimos continuar sin él, hace un año.


PM.- ¿Es decir que ha dejado material grabado con ustedes?

GS.- (Erick) No grabó, pero participó en la composición de los temas del álbum que va a salir.


PM.- ¿Ya tienen temas nuevos para un disco?

GS.- (Erick) Sí, precisamente en esta gira estamos presentando unos temas de lo que va a ser el álbum debut, que ya lo hemos grabado, aunque ya no ha habido tiempo para avanzar con las mezclas y masterización. Los ajetreos de organizar esta gira nos acortó el tiempo, pero al retornar a Lima terminaremos las mezclas, la masterización, grabar las vocales que faltan y luego prensarlo. Va a salir en todos los formatos, en CD, lp y picture lp en Estados Unidos.


PM.- Con la inclusión de los nuevos integrantes, ¿Goat Semen sigue en la misma línea, ha cambiado algo, está más agresivo? ¿Qué esperamos?

GS.- (Erick) La nueva alineación ha mantenido el sonido que hemos tenido en el demo y en las producciones que hemos hecho. Se trata de mantener esa línea y sonar más profesionalmente, sin dejar de mantener la crudeza y lo extremo de la música. Como siempre he dicho, es algo que debe mantenerse como una tradición en Sudamérica. 


PM.- ¿Y cómo ven actualmente la escena chiclayana?

GS.- (Erick) Creo que se está reforzando un poco más la escena, pues recuerdo que cuando vine la escena estaba dispersa, pero ahora se están organizando conciertos. Esto es un buen punto de inicio para algo más grande, y no sólo en Chiclayo, sino en varias ciudades del interior. Antes todo se centralizaba en Lima y ahora poco a poco se ven conciertos en zonas como el oriente, que antes ni se soñaba. Creo que la escena funciona acá como en Lima: os organizadores de los conciertos son las mismas bandas o  gente allegada a las bandas. Ojalá también empiece a cultivarse más la cultura antipiratería y así dar el apoyo real comprando formatos originales. De esa manera valoras el trabajo de las bandas y de las productoras.


PM.- En cuanto a las provincias donde han tocado, ¿cuál es la escena más fuerte?

GS.- (Erick) Creo que es esporádico. Recuerdo la primera vez que toqué en Trujillo, el 2001, con Anal Vomit. Tocamos en un local que se llamaba “La cueva de los tallos” y fueron como 100 personas, que es bastante público para una ciudad fuera de Lima. Creo que en promedio en provincias la asistencia oscila entre 50 y 80 personas. Tuve la oportunidad de tocar en Parcona, Ica. Allí también ha sido progresivo, la primera vez fueron 20 aistentes, la segunda vez fuimos con “Evil Dawn” y nos esperaban cerca de 50. Esta vez, más de 80 personas.

(Satyricon) Una de las escenas que más me ha sorprendido es Chimbote, es una de las más jóvenes y que en poco tiempo ha crecido notablemente.

(Erick) De las más antiguas podemos hablar de Arequipa y Trujillo. En Trujillo tocó Hadez, la primera banda limeña en presentarse en provincias, a finales de los 80. Huancayo también ha tenido una buena escena, a veces con poca o mucha gente. Fluctuante, pero permanente.


PM.- ¿Cuáles son las trabas que siempre encuentran en un concierto de metal?

GS.- (Erick) El sonido. Tú vas a un concierto y tienes el demo, que se ha grabado lo mejor posible. Tú ya vas con un sonido en la cabeza. La guitarra suena así, las voces acá, un efecto por allí, la batería, etc. La cosa es que cuando vas al concierto y no tienes unos equipos mínimamente decentes, pues eso va a sonar una mazamorra. Esto sucede más cuando los organizadores que no son músicos, porque si eres músico sabes qué necesita una guitarra. 

(Beleth) Es el riesgo. Entregas el rider mínimo, y  vas confiado en que te pondrán lo mínimo. Incluso el organizador está confiado que habrá ese equipo, pero a última hora aparece alguien del equipo y dice “no lo he conseguido”. Y también el organizador se vuelve loco y no puede conseguir.


PM.- Es un riesgo tocar en esas condiciones. ¿Creen se queman como artistas, como músicos?

GS.- (Erick) Cuando suena la banda, no es lo que se escucha en el demo, y el oyente dice “eso es puro ruido”. Así que tenemos que decir que no tocaremos con esos equipos. También decir “no toco” es otro riesgo, porque luego nos toman de botados, de rockstars. Esto pasa bastante, al toque dicen “y este pata que se cree, allí están los equipos, toca nomás”. Esto no debe ser así.


PM.- Claro, el respeto debe ser mutuo.

GS.- (Erick) Así es, hay público que va a chupar, pero hay gente que quiere verte. Y si escuchan bulla, van a decir “esta banda está hasta las huevas”, aunque como banda te defiendas y acuses a la organización del pésimo sonido.


PM.- Y si comparan la escena noventera con la actual, ¿la asistencia ha crecido, ha decrecido, se mantiene?

GS.- (Erick) Creo que se mantiene, seguimos siendo pocos aún.  Actualmente en Lima han aparecido muchos “Chiquithrashers”, como se les dice. Chiquillos entre 15 y 21 años. De todos ellos, sólo quedará el 20%. Y los que queden van a ser quienes después ya no van a escuchar solamente thrash o heavy, sino que van a explorar otros sonidos: death, black, etc.


PM.- ¿Ellos no conocen las raíces del metal?

GS.- (Erick) El proceso natural de quienes llegamos a ser metaleros. Empezamos escuchando rock, hard rock hasta llegar al heavy metal. Posteriormente, los géneros más extremos. Ahora no, empiezan por lo más extremo y terminan por lo más suave. Y finalmente terminan desapareciendo.

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