¿Cuándo nació tu deseo de convertirte en actor?

Creo que el deseo de ser actor lo tuve siempre, sobre todo en la época de las telenovelas de los ochenta. Hablo de la época de El pecado de Olluqui, Quinceañera, las telenovelas de Thalía. A los diez u once años me preguntabas lo que soñaba ser de grande y tenía súper claro que quería ser actor. La gente se reía, pero yo siempre quise ser parte de las telenovelas.

 

¿Y a qué edad debutaste?

A los 21 años debuté como extra en la telenovela Éxtasis de Iguana Producciones, el mismo año que llegué a Lima. Empecé a estudiar hotelería y me inscribí en talleres de actuación que me ayudaron mucho.

 

¿Cómo tomó tu familia tu decisión de dedicarte a la actuación?

Mi familia en principio no estuvo de acuerdo, decían que no era una profesión buena y que además era poco rentable, siempre me buscaron carreras alternativas, pero lo mío iba más allá de lo rentable. Mis padres iban a verme, les gustaba mi trabajo, pero igual no terminaban de aprobarlo. Hasta que tuve edad considerable y tras mis participaciones en España, o sea después de diez años de lucha, mis padres se dieron cuenta y aprobaron mi vocación y deseo de ser actor.

 

¿Cómo soñaste con la actuación teniendo un ambiente cultural tan pobre en Chiclayo?

Soñar no cuesta nada, lo que sí tienes que tener claro es que para lograr lo que sueñas debes dar pasos y sacrificar situaciones. Yo sabía que a nivel profesional Chiclayo no iba a aportarme mucho porque no es un punto de producciones. Tienes que salir de tu ciudad o país lamentablemente para crecer como profesional, si no me hubiese quedado estancado.

 

¿Cuál ha sido el papel que más te ha gustado interpretar?

He tenido la suerte dentro de mi corta carrera de hacer pequeños personajes. El que me gustó mucho fue el que hice junto a Christian Meier en Luciana y Nicolás, e interpreto a un botones que trata de recomendarle con que chica salir. Luego también me gusta el que hice en “Sin tetas no hay paraíso”, donde realizó escenas de acción interpretando a un sicario. Esta serie tuvo mucho éxito en España.

 

¿Y el más difícil o incómodo?

Creo que el papel más complicado fue el que hice en ¨Detrás del crimen¨, en donde actúo en escenas casi desnudo junto con las vedettes Haidee Aranda y Maribel Velarde. Te cuesta mucho el hecho de hacer cosas para las que de repente todavía no estás listo. Tienes que prepararte mucho. Me costó porque tienes que tener dominio de escena, control de tus impulsos y sobretodo hacer las cosas de manera profesional. Las escenas de acción también me gustan mucho. Tuve la oportunidad de compartir escenas con Carlos Alcántara en ¨La Gran Sangre¨, y en ¨Sin tetas no hay paraíso¨ junto con Miguel Ángel Silvestre, el protagonista de la serie.

 

¿Has trabajado en teatro?

He tenido la suerte de hacer las tres partes de la actuación. Hice teatro, luego televisión y acabo de hacer cine. El teatro me encanta, lamentablemente es una situación que no la encuentras si no eres una persona sumamente reconocida, pero, además, si no es una producción realmente grande no podrás vivir de eso.

¿Consideras que actuar en teatro es más complicado que trabajar en cine o televisión?

Definitivamente, si te equivocas en televisión o en cine haces un corte y repites. Si  te equivocas en teatro tienes que tener la habilidad de poder improvisar o volver al texto de manera que la gente no se de cuenta que te has olvidado.

¿Shakespeare o Moliere?

Me gusta más la corriente de Shakespeare. Creo que todo actor siempre tiene a la mano las corrientes, los inicios. Creo que es importantísimo para esta carrera, sobre todo para el teatro.

 

¿La actuación paga tus cuentas?

En Perú, si no eres un Diego Bertie, Christian Meier, Sergio Galliani o algún personaje de “Al fondo hay sitio” va a ser muy complicado que te paguen. En España, sin embargo, si se puede vivir de la actuación y vivir muy bien. Tienes contrato, leyes que te amparan, seguridad social y te pagan los impuestos. Hay un trato mucho mejor y por eso voy a regresar. No puedo decir que tengo trabajo continuo, como todo emigrante he tenido que trabajar en lo que sea. Creo que eso no me aleja de mi profesión, ni me hace sentir que soy menos actor que el resto, al contrario, me hace valorar el sacrificio que estoy haciendo para conseguir mis metas.

 

¿Cuán importante es la memoria en la actuación?

Es importantísima. Sobre todo en el teatro que es la parte más pura de la actuación. Debes dominar el texto de todos los actores que intervienen, es decir, la obra entera. Saber el momento en que intervienes y callas para que otro actor participe.

En televisión o cine también es importante, pero puede ser más sencillo por el hecho que hay cortes, repasas un poco y retomas la escena.

 

¿Cómo es el mundo de los actores detrás de las cámaras o del público?

Es curioso, cuando actué en el Perú nunca fui reconocido. En cambio, en España, a raíz de  participar en “Sin tetas no hay paraíso” me sentí tan halagado y contento. La gente me paraba en la calle y me preguntaban si había sido yo. Firmaba autógrafos, paraban carros a felicitarme por mi trabajo, las chicas me preguntaban “¿por qué había sido malo por pegarle al protagonista?”. La verdad es que puede cambiarte mucho la vida, hoy puedes ser una persona que lucha por algo y mañana puedes ser el boom del momento y todo el mundo está detrás de ti. Hay que tener madurez para asumir esto.

 

¿Cómo ves el mundo de la actuación en el Perú?

Estamos en pañales aun. Hay una o dos producciones que son buenas, pero siguen en el clásico formato, es decir, son  las historias de siempre: los ricos y los pobres, las novelas chichas, lo bueno y lo malo. En cambio, Estados Unidos es rico en producciones porque hace que la gente viva otras historias, no puedes estar todo el día viendo sexo, muertes y drogas. No vas al cine para encontrarte con lo mismo que ves en las noticias. Tenemos que cambiar ese chip, hacer que la gente viva otra realidad, otra historia. Otro problema de las producciones peruanas es que valoran más a la producción que al artista. No comprenden que una producción sin actores no es nada, al igual que  una producción sin extras. Todo es un equipo.

 

¿Cuánto nos falta?

Todavía nos falta. En el Perú están ganando premios, pero sobre lo mismo, sobre la realidad peruana: la pobreza, la ignorancia, la droga, las lisuras. Necesitamos demostrar que en el Perú no solo se producen películas chichas, de lo que ya todo el mundo está cansado. España ha cambiado su formato y La India también. Nosotros creemos que vender nuestra realidad a otros países nos favorece y no nos damos cuenta que estamos tirando piedras a nuestro propio tejado.

 

¿Qué crees que se necesita para actuar en España?

Creo que para actuar en cualquier parte del mundo lo que se necesitan son las ganas, el sueño de hacerlo y un manager. En España no puedes llegar a una productora o a un canal si no es a través de un manager que vendría a ser como el filtro del talento y perfiles de los actores. Además certifica que haces un buen trabajo.

 

¿Algún proyecto para actuar próximamente acá en Perú o en el extranjero?

Vine al Perú por un par de proyectos que al final no se concretaron, estoy regresando a España y por ahora no tengo nada fijo. Por ahora tengo los contactos, las expectativas y la  esperanza de que algo saldrá.

 

¿Cuál es tu meta? ¿sueñas con premios?

Mi meta principal es conseguir reconocimiento como actor, estar en producciones realmente grandes o reconocidas, pero sobre todo sentirme bien conmigo mismo trabajando en lo que realmente me apasiona y poder vivir de eso, que es lo más importante. Un actor siempre sueña con tener un premio como reconocimiento a su trabajo, pero primero hay que sembrar para después poder cosechar.

 

¿Qué les dirías a los jóvenes de provincias que tienen que abrirse en el mercado limeño y que no cuentan con un contacto?

Primero deben definir bien lo que es su pasión de un sueño o una ilusión, aquella persona que siente pasión por la profesión lucha y no se queda donde está. Hay que tener en cuenta que en el Perú las producciones son pocas y se generan en la capital, entonces la gente de provincias tiene menos oportunidades. Yo recomendaría estudiar mucho, la actuación no es fácil. Es tiempo, sacrificios, disgustos, satisfacciones, llorar. Si tienes realmente ganas de dedicar toda tu vida, pues a luchar por ello.

 

¿Eres telúrico?, ¿extrañas a Chiclayo?

Yo siempre extraño Chiclayo, toda mi vida está ahí. Mi colegio, mis amigos, mi historia, y lo echo de menos, pero soy consciente de que volver a Chiclayo a vivir sería estancarme en mi profesión. Tal vez si hubiese escogido otra carrera si pensaría en quedarme porque podría crecer en ese campo, pero para mí sería dar un paso atrás, porque no hay producciones, no hay teatro, no hay cine. Al Perú le falta mucho, Chiclayo tiene que crecer bastante. No creo que retorne al Perú aunque me vaya mal en el tema de la actuación, me quedaría en España por la calidad de vida.

*Observa los papeles que ha interpretado en la sección de Videos.