Política

Chiclayo, una mirada desde afuera

Columna Pública   |   Juan Carlos Rufasto   |   Febrero 27, 2014


Por oportunidades educativas y laborales hace casi dos años no me encuentro viviendo en Chiclayo, pero es lamentable saber que desde que me fui de mi ciudad hasta ahora los problemas enteramente municipales no se han solucionado, por el contrario han empeorado en asombrosos porcentajes.

Debo aclarar que, cuando aún estaba viviendo allá, los problemas eran innumerables. Además de las supuestas coimas cuantiosas que cobraba el SATCH por anular multas y que se denunciaron en su momento, se esperaba la sentencia del Poder Judicial por el uso de un vehículo del municipio para fines personales. El alcalde Beto Torres fue a juicio por usar la camioneta Toyota color negro, de placa PIO-062, como movilidad escolar de sus hijas y para llevarlas al Jockey Club. También fui un testigo presencial, vivía en las inmediaciones del colegio Santa María Reyna, donde estudiaban las menores.

Muy aparte de estos delitos, es lamentable que aún viviendo lejos de Chiclayo tenga que enterarme de que la situación se ha desbordado por la incompetencia de las autoridades municipales, de denuncias por actos que lindan con la delincuencia, de un alcalde que no le interesa la honra de su familia y de su esposa y ofende vulgarmente a la mujer chiclayana con palabras obscenas, propias del sujeto más vulgar y detestable de una sociedad. Por Dios, el panorama es alarmante y trágico. 

Lamentablemente, comparto plenamente las predicciones de Alex Neira (columnista de Locheros.com), quien advierte que si no hacemos algo para detener otra nefasta gestión de Roberto Torres, éste saldrá electo por su táctica política de ofrecer regalos a cambio de votos. Desde Estados Unidos escribo para mostrar mi preocupación y mi indignación por el gobierno municipal de Roberto Torres. Por su culpa Chiclayo no ha avanzado ni un milímetro, por el contrario ha retrocedido, la ciudad está destruida, se ha convertido en un hábitat seguro para la delincuencia, el desgobierno y la impunidad se huele a kilómetros porque existe un Poder Judicial corrupto.

Espero que los chiclayanos despierten hoy y reaccionen ante la calamitosa realidad. Ojalá tengan un poco de conciencia y salgan a las calles a decir eso que piensan y lo mantienen en silencio en sus mentes, pero que no lo exteriorizan por cobardes, o sólo comentan en casa y entre los amigos más cercanos, sin ser capaces de sumarse a un acto cívico, porque piensan que “sólo los tontos son los que protestan”, ellos sí tienen tiempo para protestar, nosotros no”, “son sólo un grupo de personas las que protestan”.

Pero finalmente son ellos los que pelean por todos, por nuestros hijos, por nuestra ciudad, para que recobre el nombre de CIUDAD. Mientras muchos como imbéciles se conforman con estar sentados leyendo noticias tristes sobre Chiclayo y reniegan siempre de ello desde un smartphone o una laptop, pero no son capaces de cambiar la realidad y se conforman con lo que les da un vergonzoso gobierno municipal. 

Es urgente que dejen de mirar la realidad por una pantalla (y cómo pocos reclaman por todos) y súmense a la acción. 

 

Juan Carlos Rufasto. Periodista. Actualmente es miembro de la Red Ambiental Peruana. Consultor en comunicaciones para minería y turismo. Ha brindado charlas sobre desarrollo turístico. Foto: Ángel Vasquiez en el colectivo Chiclayano Despierta. Calle: Teniente Pinglo, a media cuadra del Mercado Modelo.

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