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Otro amigo
| Alex Neira / Descargos de conciencia | Agosto 25, 2012
Un dÃa como hoy me regala la vida un nuevo amigo.
Javier Molina.
Alguien del cual ya habÃa oÃdo hablar.
Aparte de chocármelo semana a semana.
Al margen de sus sugerentes tÃtulos jamás me habÃa decidido por leerlo.
Y es que este señor escribe en el área cultural del diario El PaÃs.
Y bueno, Javier Molina es de verdad un curioso e inteligente articulista.
Acabo de leer algunos de sus textos y puedo decir con propiedad lo bien que domina la escritura asà como el periodismo.
Hoy justamente gracias a él, he tenido la suerte de repasar algunos acontecimientos importantes de los Beatles con una doble exquisitez, por “contenido†y “continenteâ€.
Leer sobre los 50 años que se celebra de la banda que transformarÃa la música con concisión y tino es bastante menos frecuente de lo que se pudiera creer.
(Fuera de asegurarse que asimismo es el grupo de mayor popularidad).
Vamos, qué gusto dar con un texto de calidad y encima con añadidos inauditos.
Sus anotaciones se componen de tal manera que conforme va narrando diferentes detalles, permite a través de links corroborarlo con videos de lo más pertinentes.
Es una lástima que contando los encuentros con distintas personalidades de la época, no haya podido agregar que justo hoy se celebra un año más de la existencia de Jorge Luis Borges.
Seguro lo sabe.
Acaso sencillamente no iba en el artÃculo.
Estoy de acuerdo, en todo caso viene a cuento en éste que estoy armando.
Aunque parezca inaudito allá por 1964, en el año en que los Beatles pisan por primera vez Estados Unidos, Jorge LuÃs Borges tuvo la oportunidad de conocerlos (escucharlos de pe a pa).
En la biografÃa de Victoria Ocampo, de MarÃa Esther Vásquez, se narra que por esos dÃas volvió aquella lectiva y apasionada mujer a su Argentina.
Recordemos que era hermana de la esposa de Bioy Casares, Silvina Ocampo, ambas escritoras y amantes de la cultura desde temprana edad.
AsÃ, Victoria Ocampo invitó a un almuerzo a su hermana, MarÃa Esther Vásquez, Bioy Casares, y cómo no, a Jorge Luis Borges –quien entonces veraneaba en la casa de Mar del Plata de su amigo y colega, Bioy Casares.
Aquella recién llegada, se intuirá, ansiaba esparcir la vanguardia inglesa, y entre otras novedades contaba con el primer disco de los Beatles.
Y hasta una peluca del gran John Lennon.
De hecho, no logró convencer a Borges de que se la pusiera, aunque se asegura que hubo un literal tira y afloja.
“Mire, che, usted, con lo empacado que es, nunca va a llegar a nada en la vidaâ€, al parecer Victoria Ocampo alcanzó a proferirle al Maestro, por su ecuanimidad ante una locura como los Beatles.
¿O se trataba sólo de un asunto de carácter?
También es verdad que cuando le preguntó José Miguel Ullán muchos años después en la ciudad de Mérida –Venezuela–, cuál grupo preferÃa entre los Rolling y los Beatles, eligió a los segundos.
“Lo que yo siempre quise llegar a ser en la vida fue un músico lo más parecido a John Lennon. Pero creo que ya es demasiado tarde para lograrlo.â€, agregó.
Lo dijo el escritor para escritores.
De ascendencia inglesa y formación lectiva en aquella lengua a tal punto que El Quijote lo leyó primero en inglés.
Tan devoto de la literatura inglesa que ya ciego, en sus últimos tiempos, dictó su autobiografÃa en inglés.
Las metáforas de John, de los Beatles, de los escarabajos: no fueron lejanas sintáctica y semánticamente para Borges, como podrÃa serlo para cualquier latinoamericano común y silvestre.
O incluso de esos con un cartón que acredita haber terminado un curso completo de inglés británico.
Él seguramente captó a los Beatles como un auténtico inglés dado que aquella cultura era parte de la suya.
Sin dejar de lado la evidencia de su condena a la lengua de Cervantes.
Al final no formó su obra en francés, alemán o inglés, idiomas que tanto le cautivaron, sino en el idioma de su primera tierra.
El chiquillo cortÃsimo de vista y archiretraÃdo que eligió como forma de afrontar la existencia las lecturas.
Que vivió a través de ellas.
Por ellas.
Dentro de ellas.
Para ellas.
Cioran en una carta a Savater lo tilda de erudito como profundo.
Se expande sobre la erudición, se expande sobre la profundidad del sentidor ante todo, y acaba desembocando en la inaudita confluencia en el espÃritu Jorge Luis Borges.
La creación poética: una mezcla de olvido y recuerdos, formuló.
Y si es verdad que leer es conversar con los hombres más inteligentes y profundos de todos los tiempos, nadie como Borges para rememorarnos ese cosmos.
Para representarlo sin efectismos ni miedos, con la naturalidad del niño apasionado por seguir jugando.
Claro, es un dÃa especial para millones de febriles lectores borgeanos.
Es el cumpleaños del caballero Jorge Luis Borges: tiempo de conmemorar los 50 primeros años de los Beatles, que como ayer andan tan vivos como los libros del negado Nobel por antonomasia.
Cierto, de igual modo es un buen dÃa para seguir a otro escritor.
Muy interesante, por qué no, sÃ, un dÃa como hoy me regala la vida un nuevo amigo.
Recomiendo seguir los textos de Javier Molina: http://cultura.elpais.com/cultura/2012/08/23/actualidad/1345738526_653394.html
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