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Minimizando distracciones
| Alex Neira / Descargos de conciencia | Marzo 20, 2014
Si quieres escribir algo importante no puedes tener
el Facebook encendido.
Pretendes leer un libro de un autor por el cual
sientes curiosidad o devoción, entonces no es inteligente hacerlo cuando te
percibes cansado por el trajÃn del dÃa.
Te gusta conversar y eres de los que presta atención
a las personas, primero por tu educación y segundo porque con los años has
notado siempre aprendes cosas que no encuentras en los libros, asà pues resulta
estúpido andes revisando tu celular a cada momento.
Te están explicando un tema complicado, no tanto por
el profesor sino por la materia en sÃ, cuando de repente te abordan ganas de
enviarle un mensaje de texto a tu pareja.
Desde la adolescencia te han atraÃdo las pelÃculas
pero no aceptas apagar tu celular para ver una cuando menos sin interrupciones.
Vamos, pese al desarrollo tecnológico y cientÃfico
cada vez es más difÃcil concentrarse. El déficit atencional no es sólo una
enfermedad para pocos, al presente es ya mal de muchos.
¿Cómo afrontar las obligaciones y los proyectos sin
un ambiente que propicie nuestra concentración?
SerÃa contentándonos con dejar las cosas a medias.
Dándonos palmaditas en la espalda por reprogramar nuestra agenda, puesto que es mejor muchos pocos a pocos muchos.
¡Mentira!: la concentración puede ahorrar tiempo y
ofrecer una perspectiva superior si nos reconcentramos, si nos disponemos a
desarrollar un quehacer intelectual pensando primero en minimizar las posibles
distracciones.
Reconcentrarnos es en este caso “máxima
concentraciónâ€.
Eso cuando va de la mano con las prioridades, es
decir cuando previamente se ha meditado acerca de los quehaceres y en
consecuencia se tiene una idea clara de por dónde es cardinal comenzar… viene a
ser los alicientes óptimos para lograr nuestros objetivos.
No buscar cómo profundizar nuestra concentración es
además de un error, un socavamiento, pues a la vez que disminuye ésta, nos
creamos el hábito de entorpecerla, nos hundimos más en el pantano de las tareas
cortadas, apuradas, amputadas, mal encaminadas.
Con esto de meditar acerca de nuestros quehaceres no
intento asegurar eso significa partimos divisando el inicio, el cuerpo como el
final, la cobertura y amplitud de nuestras ideas previas. Para nada, soy
consciente en un trabajo intelectual existe bastante de incertidumbre,
rectificaciones y descubrimientos insólitos, pero también hay que tener
presente sólo desaparecerán poniéndonos manos a la obra.
Máxima concentración en lo de mayor trascendencia es
al fin y al cabo lo que marcará la diferencia entre el que somos y el que
esperamos ser.
Antes de socavarnos mejor perfeccionarnos. Nuestra
perseverancia ensancharla a base de técnicas que sirvan para afianzar la unión
de ideas dispersas. Bien mirado, se va por la vida sólo con un manojo de ideas
concretas, lo demás… una seria de
conocimientos disgregados.
A propósito, cabe destacar, en estos tiempos se ha
invertido aquella metáfora educativa y filosófica de Montaigne. Hoy ya no vale
más una cabeza bien puesta que una repleta. La información se hace pasar por
conocimiento, el conocimiento se hace pasar por sabidurÃa. De ahà las mismas o
peor crisis existenciales a las de otras épocas.
No basta con pensar, tampoco con pensar bien, es
necesario los receptores sean buenos pensantes, esto es, personas capaces de
ligar los datos adquiridos propios de un área del conocimiento con el
conocimiento en general, reflexionando acerca del destino humano y el andar de
la ciencia.
Parte sustancial de la falta de concentración es la
falta de metodologÃa para unificar un saber particular con el saber en sÃ. La
mayorÃa de gente se queda en lo técnico, superespecializado, fragmentado,
compartimentado.
En conclusión, ayudémonos ayudando. Concentrándonos
al máximo en lo esencial con miras al saber en total, de paso, no solamente nos
beneficiamos, asimismo vamos en contra de una regresión, la del desarrollo
democrático, esa regresión que convierte a los ciudadanos en seres incapaces de
manifestar siquiera sus pensamientos con claridad.
¿Qué esperar de personas sin lógica para manifestar
sus anhelos o molestias? Pues violencia, infantilismo, discriminación, abuso,
egocentrismo.
Los vÃnculos con la sociedad no se aprenden por arte de magia, son consecuencia de un esfuerzo que se motiva desde los primeros años. Además, la concentración nunca anda sola, y con quienes anda forma un trÃo indestructible.
“De todos los caminos que conducen a la fortuna, los más seguros son la concentración, la constancia y el trabajoâ€, dijo alguien alguna vez, y es una lástima se no sepa ya quién fue. Lo que sà es seguro, tenÃa razón.
Hasta agregarÃa algo: acá fortuna significa “alegrÃa constanteâ€, o si se quiere “felicidadâ€.
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